Alveolite y los “dueños” de la Peatonal dejaron a un pochoclero discapacitado sin trabajo

19 de Abril de 2012 23:30

Por Redacción 0223

PARA 0223

A tres semanas de haber denunciado ser víctima de constantes hostigamientos y persecuciones por parte del municipio y los propietarios del local de tejidos “Genoa” y de la confitería “Fonte D'oro” para que se retirara de la esquina de San Martín y Córdoba porque “tapaba la visión” de los comercios; este jueves, en el marco de un exagerado operativo, la Subsecretaría de Control de la Comuna que dirige Adrián Alveolite le quitó el permiso para trabajar a un pochoclero discapacitado, sostén de dos chicos menores de edad. En su lugar, paradójicamente, los agentes municipales pintaron el símbolo internacional de la accesibilidad. En las próximas horas el damnificado presentará un recurso de amparo ante la Justicia. Mario Carballo, propietario de un carrito dedicado a la producción y comercialización de pochoclos y garrapiñadas, se había comunicado semanas atrás con este vespertino digital para exponer su dramática situación: con su discapacidad motriz a cuestas, había logrado manejar durante más de 20 años su pequeño comercio ambulante, pero desde 2008 era blanco permanente de “presiones” de parte de los propietarios del local dedicado a la venta de tejidos “Genoa” que funciona en esa intersección, quienes le reclamaban que se “corriera de lugar” porque les “tapaba la vidriera”. A esa persecución pronto se sumó el titular del café “Fonte D'Oro”, Miguel Martínez Allué, y el responsable de la Subsecretaría de Control de la Comuna, Adrián Alveolite. Fue allí cuando el pochoclero decidió hablar públicamente sobre la forma en la que se manejan los “grandes” empresarios de la calle San Martín, a quienes en el sector todos se refieren por lo bajo como los “dueños” la Peatonal”.
Y las represalias no se hicieron esperar: en los últimos diez días recibió al menos tres nuevas actas de constatación y, en una de las oportunidades, luego de discutir fuertemente con los inspectores municipales, la tensión del momento lo llevó directo al hospital con un coma diabético. Pero el golpe final tuvo lugar este jueves, cuando en medio de un importante operativo llevado a cabo por agentes que respondían a Alveolite se acercaron a la conflictiva esquina y, tras secuestrar el carro de aluminio, le informaron al trabajador que su permiso para desarrollar la actividad con la que mantenía a sus dos hijos menores había sido revocado a pedido de la Comisión Propulsora del sector. Ocurrió en horas del mediodía y ante la mirada de los transeúntes que, primero sorprendidos y después indignados, pudieron ser testigos directos de cómo opera la “mafia de la Peatonal” bajo el amparo de las autoridades, según se denunció. Incluso, un hombre que caminaba de la mano con su nieto ingresó a “Genoa” y le espetó a las empleadas: “¿Están contentas? Díganle a los dueños que dejaron a este hombre discapacitado sin trabajo”. Otros, igualmente irritados, registraban con sus teléfonos celulares las imágenes que acompañan este artículo. Pronto, los agentes que participaban del exagerado operativo -algunos peatones creyeron estar frente a la detención de narcotraficantes- pintaron en la acera la leyenda “ordenanza 9723”, que regula el funcionamiento de los comercios en módulos y, al lado, el símbolo internacional de la accesibilidad que consiste en la imagen estilizada de una persona en silla de ruedas. Paradójicamente, en ese preciso instante se estaba cercenando la posibilidad de trabajar a una persona discapacitada. Horas después del hecho, apenas un poco más tranquilo, Carballo dijo a 0223.com.ar que lo que ocurrió “era de esperar”. “Esta gente trabaja así: primero persigue, luego amenaza y al final te sacan todo para demostrar quiénes son los que tienen poder”, afirmó. Si bien reconoció que ahora vendrán “tiempos difíciles”, aclaró que “esto no termina así” pero que “ahora el camino es la Justicia”. “Ellos (por los empresarios) saben que todo lo que he dicho está documentado y que pienso seguir haciendo las denuncias que sean necesarias. Confío en que la Justicia se pronuncie a favor del más débil. Y si no he hecho una locura fue por mis hijos, para que ellos vean que su padre defiende sus derechos y cuando algún día lleguen a grandes sean señores, a lo mejor sin plata, pero con dignidad”, sentenció.

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