Barrio privado en San Jacinto: el Municipio desmiente el proyecto

Un grupo de vecinos, integrantes de la asamblea “Verde Mundo”, convoca a a participar el próximo domingo a las 11 de una protesta en defensa de la Reserva Forestal y Educativa San Jacinto, ubicada en ruta interbalnearia 11, a tres kilómetros del faro. Desde el Municipio negaron que este previsto avanzar con este proyecto.

Ese espacio, situado frente al barrio que lleva el mismo nombre, está bajo la órbita municipal desde el año '79 y forma parte de la Reserva Turística y Forestal “Paseo Costanero Sur”, que se extiende a ambos lados de la ruta, desde el faro hasta el arroyo Las Brusquitas. 

La Reserva Forestal y Educativa San Jacinto es la única abierta al acceso público: esas tierras fiscales forestadas por el estado provincial durante la década del '50, son protegidas desde hace más de dos años por “Verde Mundo”, una ONG que, con el subsidio del Ministerio de Educación de la Nación, realiza en forma gratuita diversas actividades con el fin de concientizar a niños y adultos sobre la necesidad de preservar la naturaleza. 

Pero desde que la entidad ecologista quedó a cargo del cuidado de ese sector público, el fantasma de la privatización apareció en reiteradas oportunidades. Inclusive, en su momento los asambleístas denunciaron que la empresa Azul Pro SA había empezado a alambrar gran parte del terreno con intenciones de emplazar allí un emprendimiento inmobiliario. 

Esa misma incertidumbre y preocupación sintieron el fin de semana pasado, cuando descubrieron a una arquitecta tomando medidas en el lugar. Si bien la mujer se negó a identificarse, reconoció que integraba la firma Azul Pro, por lo que la asamblea se declaró en estado de alerta y movilización. 

En diálogo con 0223, Javier, miembro de “Verde Mundo”, advirtió que “se corre un gran riesgo de perder el derecho de disfrutar de la última franja de médanos que conserva nuestra costa” debido a que la compañía pretende “construir un barrio privado con 10 cabañas en un espacio de 7 hectáreas”. 

"Este lugar forma parte de la franja de tierras privadas costeras que aún existe en nuestra ciudad. En el año 1970 la Corte Suprema de facto devolvió a la familia Peralta Ramos 100 hectáreas de litoral marítimo que le habían sido expropiadas para la construcción de la ruta 11 en el año '38, pese a que esta situación va en contra de lo dispuesto por el Código Civil en el artículo 2339, que estipula que no deben haber playas del mar en manos privadas ya que son bienes de dominio público”, explicó. 

Según el asambleísta, el panorama en el sector se complicó a partir de la década del '70, cuando “el gobierno municipal entregó las reservas en 'padrinazgo' la empresa Playas del Faro SAI, perteneciente a la familia Peralta Ramos”. De esta manera, agregó, las reservas Fiscales empezaron a ser “utilizadas como balnearios en donde el alquiler de una carpa vale más que el de un departamento”. 

Sin embargo, Javier aclaró que el “avasallamiento sobre los recursos naturales y bienes comunes” no sólo es responsabilidad de los empresarios, sino que también es consecuencia de la “nula acción política”. Y especificó: “Pese a que los funcionarios públicos deben defender y mejorar los bienes comunes, los empresarios jamás recibieron ni una inspección por las decenas de camionadas de escombros y residuos que tiraron al lado del médano, o por el alambrado que comenzaron a instalar en una reserva pública”. 

Por eso, para evitar que se pierda el último médano, un numeroso grupo de vecinos comenzó a organizar una protesta a la vera de la ruta, frente al barrio San Jacinto. “Vamos a cortar el tránsito por momentos para poder conversar con los automovilistas y contarles lo que está sucediendo porque si permitimos que esto avance, en poco tiempo ni ellos ni nosotros vamos a poder acceder a un lugar público, a un espacio que es de todos”, concluyó.