Una promesa de Pulti, goza de buena salud

Se cumplió el plazo que anunció el Intendente Municipal y la Terminal de Cruceros se mantiene como símbolo testimonial en el plano de las obras innecesarias.

23 de Octubre de 2014 08:31

Un día histórico, que sin dudas marcará un punto de inflexión para la ciudad y los marplatenses en su relación con el turismo internacional, se vivió con el corte de cintas que dejó formalmente inaugurada la Terminal de Cruceros “Eduardo Tomás Pezzati”, sobre la Escollera Norte.
 
La presencia del gobernador bonaerense, Daniel Scioli, acompañado por el intendente Gustavo Pulti, el interventor del Consorcio Portuario, Matías Machinandiarena, el legislador provincial, “Manino” Iriart y demás funcionarios de áreas diversas le dieron el marco de trascendencia a una ceremonia que ubica a Mar del Plata como la primera terminal de cruceros de la Provincia de Buenos Aires en toda su historia.
 
La multitud que se reunió en las inmediaciones de la Escollera y los invitados especiales que ocuparon las amplias y modernas instalaciones vidriadas del edificio saludaron con vivaz emoción la llegada de los primeros turistas que asomaron por la cubierta del “Carlos Fernando I”, el crucero de 107 metros de eslora que amarró en el muelle de la flamante terminal, con 273 pasajeros y 45 tripulantes a bordo.
 
Integrantes de la Banda Municipal de Música regalaron un repertorio clásico del cancionero popular en tanto la Guardia Nacional del Mar, con su uniforme de gala, desplegó su habitual destreza y colorido, para el regocijo de los visitantes llegados desde los canales fueguinos.
 
Conmocionado por el momento histórico que le tocaba vivir, Scioli resaltó el trabajo realizado y le auguró un futuro promisorio. “Cada vez son más los ciudadanos que pueden disfrutar de un crucero y buscan destinos no tradicionales”, aseguró el mandatario, al tiempo que definió al nuevo edificio como una “obra ícono, al igual que el MAR y la recuperación del Hotel Provincial”.
 
A su lado, también sin poder ocultar alguna lágrima que se escapaba y rodaba por sus mejillas, Gustavo Pulti ponderó la inversión realizada. “Continuamos consolidando la estrategia para que Mar del Plata siga recibiendo turismo internacional de manera creciente porque eso es trabajo y progreso para los marplatenses”, sentenció el Jefe Comunal, quien luego participó del descubrimiento de la placa en tributo a Pezzati, un perseguidor incansable para que vengan los cruceros a la ciudad. “Es el mejor homenaje que podemos darle”, coincidieron distintos compañeros de ruta.
 
"Nuestra gestión identificó una oportunidad para la ciudad, la Provincia y para la Argentina ya que hay pocas posibilidades para que los cruceros toquen puertos argentinos, y Mar del Plata tiene la suya”, dijo Pulti antes que comenzaran a bajar los visitantes para completar los trámites migratorios.
 
Cancele el turno con su médico clínico estimado lector/a ya que está ubicado/a en tiempo y espacio. Acá termina el terreno de la ciencia ficción que recorrí en los párrafos superiores. No hubo acto, corte de cintas ni nada que se le parezca. Solo imagine lo que hubiese pasado si se cumplía el anuncio exclusivo formulado por el Intendente Gustavo Pulti, al sitio Noticias de Cruceros. El 9 de julio pasado el Jefe Comunal sostuvo que en 100 días se inauguraba la Terminal. El plazo se cumplió el martes pasado. Todo está como era entonces.

 

La Terminal sigue siendo esa postal que transforma en parodia el slogan oficial de la ola naranja, el de la “Buenos Aires Activa como Nunca”. Hace casi dos años que la obra está terminada y espera por un crucero que le dé sentido. El “Carlos Fernando l” solo existe en las encuestas.
 
Pulti en este tiempo adosó  inexactitudes adicionales al relato oficial, cargado de un optimismo escaso de fundamentos. Fue cuando dijo que el dragado en el área de operaciones de la Terminal ya había sido anexado a la obra que realiza la UTE del Grupo Román y dragas chinas en la boca de acceso al puerto.
 
Ya lo conté en la pasada columna “Misterios, mentiras y cruceros”. La obra es indispensable porque así como esta hoy la celda, es imposible que pueda amarrar una embarcación de lujo ya que no tiene calado suficiente.
 
Pero Claudio Cuevas, gerente Comercial de la UTE, desmintió al Intendente a los pocos días. No había nada firmado para que las dragas hicieran una changa extra. Solo buenas intenciones y el pedido de la Municipalidad a la Provincia y Nación para hacer la obra. Todavía no alcanza con decirlo a la prensa. Es recomendable firmarlo.
 
En las últimas horas el representante de la UTE dio más detalles de la obra necesaria para recibir un crucero, que complicarían cualquier sueño de inaugurar la terminal antes que termine el 2014.
 
Cuevas aseguró que todavía hoy, a más de un mes del anuncio de Pulti, no hay nada firmado para dragar al pie de la Terminal de Cruceros. Y que cuando terminen en Mar del Plata, la draga se va a operar sobre el Canal Norte del puerto de Buenos Aires. 
 
La intención de las autoridades provinciales y municipales es llevar la profundidad en la celda  y la zona de giro a los 8,50 metros, suficientes como para que pueda ingresar con holgura una embarcación de más de 200 metros de eslora. Las mismas que pasan por el frente de Mar del Plata, ida y vuelta desde el sur.
 
“Estimamos que deben extraerse unos 300 mil metros cúbicos de sedimentos de la zona”, reveló Cuevas. “Eso tiene un tiempo estimado de trabajo no menor a los dos meses”, explicó el directivo que le puso fecha a la culminación de la obra de dragado. “Si todo sigue así terminamos a mediados de noviembre”. 
 
Cuevas no sabe cuánto puede costar la obra pero a la UTE le interesa llevarla a cabo. Es la excusa perfecta que tendrían para ajustar la tarifa que no pudieron retocar por el dragado del canal de acceso. Cotizaron hace un año con un dólar a $6,30.
 
Pero Pulti tiene un par de obstáculos adicionales que convencer a la Provincia y a la Nación de poner los millones adicionales para sacarse la selfie con el crucero de fondo. Para colmo ni siquiera puede practicar con los porta contenedores, que tampoco parecen decididos a romper el aislamiento al que está sumergido este puerto desde junio de 2012.
 
Una vez que encuentre una draga capaz de hacer la obra, el Intendente deberá encontrar la frutilla de postre que falta: el crucero. Y no hay buenas noticias en este boletín: por la caída del turismo internacional y los fuertes costos operativos que las navieras deben enfrentar en el puerto de Buenos Aires, el movimiento de cruceros evidencia una fuerte retracción.
 
Según reporta un informe publicado en Cronista.com, la próxima temporada (noviembre 2014 - abril 2015) llegará con una merma generalizada: un 28% menos de barcos, una reducción del 30,4% en arribos y un 28,7% en visitantes.
 
Resulta difícil imaginar cuándo ese cubículo insulso que decora la Escollera Norte cobrará un esporádico y fugaz sentido. Mientras tanto, la promesa de Pulti goza de buena salud.