Varios comerciantes denuncian robos en continuado en los últimos sesenta días

Hace dos meses, el local Welfas, que vende ojotas y sandalias, resultó el primero de una siere de comercios afectados por el accionar delictivo en Villa Gesell. Poco después, a escasos metros, Básico, otro negocio, en este caso del rubro de indumentaria y ropa, sufrió también un revés delincuencial. La problemática acontecida en plena geografía céntrica de la localidad balnearia no cesó y el último domingo, un nuevo comercio llamado Ariadna, -polirrubro que vende diversos artículos-, recibió visitas indeseables y quedó con sus arcas vacías.

En diálogo con 0223, Sergio, comerciante de la zona de avenida 3 al 500, contó la historia que terminó por completar el circuito delictuoso: llegó el lunes último por la mañana a su local, -ubicado en medio de los otros tres comercios mencionados anteriormente- y encontró que las rejas del fondo del inmueble estaban destruidas. Se salvó de una concreción de hurto, pero se erigió en la cuarta víctima de la inseguridad en un radio que no excede los cincuenta metros.

“No me queda otra que al menos mejorar el servicio de la alarma” comentó el joven empresario. Además de tener que invertir en los refuerzos de restauración de las rejas, Sergio contó que cada uno de sus colegas debió tomar algunas resoluciones paliativas por su cuenta: “En Ariadna, la propietaria está levantando detrás del local un paredón de cuatro metros y en los otros casos directamente están colocando ladrillos en algunas salidas y/o ventanas”.

El común denominador de estos robos es la existencia de un terreno baldío detrás de todos los inmuebles comerciales por el que, los propietarios, creen que han ingresado los ladrones. Más allá de que la comisaría primera recepcionó todas las denuncias, según Sergio, desde las autoridades gubernamentales apenas han esbozado “que van a colocar una cámara de seguridad”.