Joel Amoroso: "Me quería ir a mi casa del dolor"

El héroe del ascenso de Unión, jugó infiltrado por una fractura en el hombro y la pasó mal hasta el mismo día del partido. Con el apoyo de sus compañeros y cuerpo técnico, se levantó y fue figura.

Amoroso hizo un esfuerzo conmovedor para estar en la final y tuvo el premio en el gol y el ascenso. Crack. (Foto: Diego Berrutti)

16 de Noviembre de 2014 16:28
No lo podía creer. En medio de los festejos, viéndolo con la férula en el hombro, se me ocurrió preguntarle a Joel Amoroso cómo se había sentido jugando con la el hombro luxado. “No es luxación, tengo quebrado un hueso”, dijo el exFerro para sorpresa de este periodista que se quedó sin palabras. El volante que marcó el gol del ascenso para Unión ante Talleres (le metió 4 de los 5 goles que anotó en la temporada), jugó la final con un hueso desprendido y fecha de operación para la próxima semana, infiltrado, con mucho dolor y molestia en el hígado por las inyecciones de los últimos días.
 
Si de por sí tenía mérito haber convertido el gol que se verá por el resto de la historia del “celeste”, la forma en que se consiguió, el jugador que lo hizo y cómo llegó al encuentro, lo vuelven aún mucho más novelesco. Amoroso se bancó a los jugadores de Talleres que lo buscaron, que lo iban a golpear a la zona afectada para sacarlo del partido, y que no lo podían detener pese a estar en inferioridad física. El desgarro del supraespinoso con abulsión de troquiter del húmero, así se llama la lesión que tiene, no lo detuvo. Por eso, por juego, mentalidad y muchos huevos, Joel Amoroso no podía estar afuera de esa definición. No sólo estuvo adentro, sino que fue el autor del tanto más importante de la historia de Unión.
 
-Ver el hombro con la férula, el festejo con el brazo abierto creo que la única vez en el partido, todavía parece increíble
 
-Sí, en el momento de infiltrarme hacía movimientos a ver como respondía el brazo y lo podía levantar hasta cierto punto y en el festejo había dicho que si hacía un gol iba a hacer con el brazo izquierdo como la “quebradita” y por suerte me salió y lo pude hacer.
 
-¿Te costó mucho jugar? Se veía que arrastrabas el brazo, que corrías con uno y el otro lo llevabas. Pero así y todo marcaste diferencia en el gol y también en una del segundo tiempo, que si hubieras estado al 100% podrías haber definido el partido.
 
-Sí, por ahí en jugadas puntuales iba con un poco de miedo, porque me llegan a chocar en el hombro, a pegar el tirón me hubiesen hecho mal. Pero yo quería estar con mis compañeros, infiltrado había que dejar la vida en la cancha, hice lo que más pude, y por suerte salió bien, porque pude hacer el gol y nos dio el ascenso.
 
-El domingo cuando nos dijeron que era una luxación dijimos “Amoroso no llega al desempate”…
 
-No es luxación.
 
-¿No es luxación?
 
-No, se me quebró un hueso.
 
-Me estás cargando.
 
-En serio, me tengo que operar la semana que viene (silencio). Se me desprendió un hueso, ya estaba todo pactado la cirugía, pero tenía que estar. Incluso a la mañana me levanté mal, por el tema de las inyecciones me afectó el hígado, casi no pude dormir en toda la noche y decía “no puede ser, todo en contra”, pero con el apoyo de mis compañeros que son unos fenómenos, ya desde el lunes que estamos acá me dolía muchísimo, me quería ir a mi casa porque no lo soportaba, me ayudaron a levantarme, el cuerpo técnico también, son unos genios. Ahora hay que disfrutar esto al máximo porque no se da todos los días, a descansar con la familia y pensar en el año que viene.
 
-Los jugadores de Talleres por momentos te buscaban. Hubo una jugada clara de Mozzo contra el banco, varias infracciones sobre vos.
 
-Sí, hubo jugadas que no sé si lo hicieron a propósito o qué, pero me iban a pegar y lo sentía, pero en ese momento no te das cuenta. Después en el segundo tiempo sí, porque me había enfriado un poco, me volví a infiltrar en el entretiempo para ver si podía durar los 90’, pero en esa jugada que entro por izquierda, me queda la derecha para forcejear y no puedo, por eso me la gana. Esto es algo soñado, no lo puedo creer todavía, veo las familias de todos los chicos y es algo increíble. Mi familia que vinieron varios de Venado Tuerto y otros que se quedaron haciendo fuerza allá, se los dedico a todos ellos que hicieron un esfuerzo para estar acá conmigo.
 
-Después del partido con Talleres en el Minella, el de los dos goles, que festejabas con la pelota bajo la remera por el embarazo de tu mujer, decíamos que se venga con un pan bajo el brazo, pedazo de pan trajo.
 
-Sí, recién ahí le fui a dar un besito a la panza, la verdad que es increíble. Encima me dijeron que era varón, se dio todo de la manera soñada.