Cómo fue la declaración de la maestra Analía Schwartz

Habló más de dos horas. Hizo un relato de su trabajo, respondió preguntas y terminó llorando. Cómo daba clases y las características del salón, los puntos principales.

Schwartz estuvo ante el fiscal durante dos horas. Conocé los detalles de lo que ocurrió. Foto: 0223

20 de Noviembre de 2014 14:45

Por Redacción 0223

PARA 0223

A diferencia de su frustrada declaración del 4 de septiembre, Analía Schwartz ingresó a Tribunales por la puerta. Ante más de cuarenta compañeros de trabajo y exalumnos que se acercaron para dar su apoyo, la docente imputada de abuso y corrupción de menores tomó el ascensor acompañada de su esposo, su hijo y su abogada.

Desde las 8.30 hasta las 9 de la mañana, esperó sentada en las butacas del pasillo del segundo piso. Cuando uno de los empleados de la fiscalía 1 la invitó a pasar, ingresó a la oficina –de diez metros cuadrados- junto a las abogadas Perelló y Agüero. En el interior la esperaban el fiscal, dos empleados, la jueza de Garantías Lucrecia Bustos y su secretario.

Esas siete personas escucharon el relato que la imputada hizo por espacio de dos horas. Solamente fue interrumpida ante la necesidad de ubicar su testimonio más cerca de los hechos denunciados y para pedirle algún detalle de lo que iba contando.

Fuentes judiciales confiaron a 0223 que Schwartz hizo un relato estructurado, adelantándose a las posibles preguntas que haría el fiscal. Declaró –como repitió a los medios- que nunca más podrá dar clases y su desconcierto por las acusaciones recibidas.

Las preguntas que formuló la fiscalía apuntaron a dos ejes centrales: la dinámica de las clases que daba en el Instituto Gianelli y las características del salón. Luego de detallar los juegos que practicaba con los alumnos, expresó que el salón tenía las ventanas claras, con las cortinas abiertas y que podía observarse todo desde afuera. En algún momento de la instrucción, los padres denunciantes explicaron que los vidrios fueron cambiados después de conocerse la imputación.

Ante las preguntas concretas de su abogada, Schwartz explicó la imposibilidad de desnudar a treinta chicos y de desnudarse sin que nadie se diera cuenta, y negó que tuviera acceso a un sótano de la escuela. Desde la fiscalía aseguraron que esos puntos nunca aparecieron en la instrucción y que eran parte de algunas denuncias que fueron desestimadas. “Negó cosas que no le imputamos ni detallamos en ningún momento de la instrucción”, confiaron.

La presencia de la jueza de Garantías fue un pedido que formuló oportunamente la defensa de Schwartz. Ante una pregunta de Lucrecia Bustos respondió que “siempre” estuvo “acompañada por otra docente durante el dictado de clases”.

Luego de contar de qué manera le “arruinaron la vida con una mentira”, la imputada de siete casos de abusos y otros de corrupción de menores, terminó su relato y se largó a llorar. Tras esperar unos minutos, el fiscal Fernando Castro dio por terminado el primer acto material de defensa.

A partir del momento que terminó su exposición, la fiscalía tiene cuatro meses para decidir los pasos a seguir. Más allá de que soliciten medidas extras y decidan evacuar citas, deberá resolver si dicta el sobreseimiento de Schwartz o pide la elevación de la causa a juicio.