Las verdades de la oposición

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La consultora Ecolatina reveló que en 2014 con un billete de 100 pesos se compra lo mismo que con uno de 10 en el año 1999.

La primera sensación que genera en el lector es el deterioro de poder adquisitivo por la inflación. Sin embargo, una lectura inteligente del mismo dato permite comprobar claramente la mejora del poder adquisitivo del conjunto de la población.

En 1999 el salario mínimo era de $200, mientras que desde el próximo enero será de $4.716.

Teniendo en cuenta que un billete de 100 equivale a 10 (deflacionando), podemos decir que la relación entre uno y otro es de 200 a 471. 2,35 veces mayor.

La jubilación mínima era de $150, hoy es $3231, deflacionando con los números de Eco Latina se obtiene que el salario mínimo hoy es 2,15 veces mayor.

 

Promediando

Otra nota interesante es la que sacó el diario Clarín el día lunes 17 de noviembre. En ella postula que el salario promedio de los trabajadores registrado que informa el Ministerio de Trabajo creció menos que el precio de los alimentos.

Asumamos por un momento que los datos del precio de los alimentos son válidos (compara precios nacionales 2001 con precios actuales en ciudad de Buenos Aires).

Hay que tener un problema de percepción serio para creer que los salarios actualmente son más bajos que en 2001, sin embargo, lo que dicen puede ser cierto. Efectivamente el promedio de los salarios en registrado es menor al del 2001.

¿Cómo puede ser?

El promedio del salario en blanco es la suma de todos sueldos registrados dividido por la cantidad de trabajadores.

En la Argentina del 2001 la tasa de desocupación era del 18% y el trabajo informal superior al 38 por ciento. Por lo tanto el promedio que se toma es del 44% de trabajadores formales, que son además, los de mejores ingresos.

Actualmente, la desocupación es del 7,5% y la informalidad cercana al 33%. Por lo tanto el promedio actual del salario registrado se calcula con el 60% de los trabajadores.

Individualmente los salarios tienen un mejor poder adquisitivo, pero la inclusión de millones de trabajadores que estaban desocupados o con trabajos no registrados, lógicamente, hace caer el promedio salarial.

Para que se entienda, si hoy se quedaran sin trabajo 3 millones de personas y otras 2 millones pasaran a la informalidad, el promedio del salario de los trabajadores formales aumentaría porque quedarían sólo los puestos “más competitivos” y con mejor remuneración.

Además, el drama social de los 90 y 2001 no fue la disminución del poder adquisitivo de los salarios en blanco, sino la terrible exclusión que se generó. Los altísimos índices de desocupación, que uno de cada dos adultos mayores no podía jubilarse ni tener obra social, que los chicos con padres sin trabajo formal no contaban con asignación familiar, por ejemplo.

La fuerte pérdida de poder adquisitivo se generó con la mega devaluación de 2002, la misma que hoy es tan reivindicada por algunos sectores. Esa transferencia de ingresos brutal generó más de un 50% de pobreza.

Otra vez, los medios manipulando datos para decir cosas que no son ciertas.