Postales portuarias del subdesarrollo

Encontraron parte de un equipo de dragado enterrado en el canal principal. Pesa 30 toneladas y debe llegar una grúa foránea para reflotarlo. Las navieras no entran porque no hay profundidad en el muelle.

San Salvador ruega por un poco de sentido común.

11 de Diciembre de 2014 08:34

La semana pasada anunciamos que la obra del dragado de los canales principales de acceso al puerto marplatense ya tenía fecha de finalización, de no mediar mayores obstáculos en un resto náufrago que había detectado la draga Hang Jun 4011, hundido a 9 metros de profundidad, sobre el veril sur del canal principal, a pocos metros de la Escollera del Cristo.

Y, como dice Murphy, el de la ley, todo lo que puede salir mal, saldrá mal. Esa pequeña mancha que detectó la zonda de la draga el mes pasado, e interrumpió los trabajos, se terminó convirtiendo en una pieza colosal de unas 30 toneladas de peso, que para poder sacarla de las profundidades del lecho marino será necesario traer una grúa especial, ya que no hay en Mar del Plata un equipo capaz de reflotarlo.

La desidia y el descontrol en el puerto marplatense, como vemos, no comenzaron con el arribo de la draga Acróbata en el 2007, deformada en su estructura, lo cual generaba la pérdida de buena parte de los sedimentos que almacenaba en la cántara, ni con la draga Mendoza, en abril del 2009. El desinterés y la falta de mecanismos serios de contralor por parte de organismos gubernamentales, regalan hoy esta postal del subdesarrollo.

Los buzos que bajaron y tuvieron una aproximación al objeto enterrado contaron que tiene una superficie de 4 metros de ancho, 2 de alto y 8 metros de longitud. En un principio pensaron que se trataba de un ancla, o “muerto” que utilizan las dragas de corte, que no tienen propulsión propia, para posicionarse y trabajar sobre el banco de arena del canal principal.

La hipótesis se diluyó con el correr de las horas. A lo sumo un ancla de este tipo puede pesar 10 toneladas, no el triple, como piensan que pesa el resto náufrago. “No hay draga en el mundo capaz de recoger un ancla de 40 toneladas”, razonó un especialista en la materia.

La UTE que hace el dragado probó junto con la empresa de buceo Canal y Canal, extraerlo con distintos mecanismos pero nada lo movía. Para colmo, por las condiciones de la deriva de litoral, el esfuerzo que empeñan en intentar destaparlo de arena, se diluye a los pocos minutos. El mar lo tapa de nuevo.

En las últimas horas hubo nuevas precisiones. Ahora están convencidos que no es un ancla, sino parte de una estructura metálica, el término técnico es “escalera”, donde se ubica el eje, en cuyo extremo se coloca la mecha de una draga de corte. El peso no varía: siguen pensando que oscila en las 30 toneladas.

Desde la empresa que hace el dragado evalúan por estos días traer a Mar del Plata una grúa de gran porte. Pero no tienen apuro. Entienden que remover ese último obstáculo no forma parte de la obra original. Para ellos el dragado terminó y este nuevo operativo tiene un costo diferencial. Ya se lo aclararon a las autoridades del Consorcio Portuario y a la Subsecretaría de Vías Navegables. 

Pero de quién es, a qué draga pertenece esa estructura que dejaron adrede en el fondo del canal. En los últimos veinte años hubo varias dragas que operaron en Mar del Plata. Todas las fichas apuestan a la draga Amazonia, una de las embarcaciones que participaron del operativo de dragado y refulado, en tiempos de Duhalde gobernador. Pero puede pertenecer a la draga James Ensor o la propia Acróbata. “Hasta que no lo tengamos fuera del agua, es prematuro aventurar hipótesis”, razonan en el puerto.

Además de la inexistencia absoluta de controles de finalización de obra –alguien debió corroborar las profundidades alcanzadas y no lo hizo, o descubrió el obstáculo y se hizo el distraído-, hubo otros operativos de dragado desde aquel del siglo pasado hasta ahora, donde también deberían haber detectado la estructura, si es que dragaron las zonas que dicen haber dragado. Aparecen los mismos elementos: descontrol o “distracciones”.

“Dejar esto y no avisar a la autoridad portuaria o a la Prefectura es una conducta criminal”, resumió Claudio Cuevas, de Servidraga,  una de las patas que conforma la UTE que hace el dragado y dio aviso de la novedad. “Lo encontramos a los 9 metros; un barco se chocaba esto y le abría un rumbo en el  casco”, aseguró.

Por la posición donde está enterrada la estructura, no corre riesgos la operatoria del puerto cuando comience a recibir buques de porta contenedores, aclararon autoridades del Consorcio Portuario. Allegados al nuevo Presidente, revelaron que pueden correr el eje central del canal principal y quedar a salvo del “obstáculo”.

Este contratiempo ha impedido hacer la foto de asunción de Jorge Hidalgo como nueva autoridad portuaria. Para colmo, las navieras por ahora envían representantes comerciales, no barcos, como descontaban que ocurriría en la administración sciolista.

Surgió un “pequeño” inconveniente tras la visita de Javier Luser, manager de operaciones, y Esteban Pisani Salas, gerente de Reefers,  de la naviera  MSC. Los directivos comprobaron que no hay calado suficiente en la Sección Novena y Octava del muelle de ultramar,  donde tenía pensado amarrar el “Henriette Schurle”, para que los exportadores pesqueros marplatenses vuelvan a cargar mercancía rumbo a Brasil, tras un paréntesis de 30 meses.

Ahora es necesario dragar el muelle, sacar unos 50 mil metros cúbicos de sedimentos –está en 8,20 de profundidad y es necesario llevarlo a 9,70 metros- para que el barco que llegue con carga seca desde Rosario y Campana, pueda ingresar y egresar sin sobresaltos.

Esta obra, como el dragado del muelle de la Terminal de Cruceros, no forma parte de la licitación que ganó Román y las dragas chinas. Pero es urgente que se realice y no sirve la draga de succión por arrastre que completó el dragado de la boca del puerto. Se requiere de una draga más chica, que pueda moverse con soltura en espacios pequeños y distancias más cortas de desarrollo.

Qué empresa hará el trabajo, con qué draga, en qué plazos, a qué costo, son preguntas abiertas. Es probable que Jorge Hidalgo demore su presentación oficial en el Consorcio justamente para evitar quedarse sin respuestas, a las pocas preguntas.

Aunque parezca inverosímil, la Provincia de Buenos Aires y el gobierno nacional pagan casi 108 millones de pesos para dragar el canal de acceso a puerto Mar del Plata, la obra se hace medianamente en los plazos previstos, pero los problemas se mantienen intactos.

La foto con el puerto recuperado, que sea un fiel reflejo del apoyo a la producción, a la defensa del trabajo, al incentivo a las inversiones genuinas, a la esperanza y a la fe…,  todavía debe esperar porque no hay ningún gran buque ni crucero que lo pueda revestir de sentido, que lo pueda patinar de tangibilidad.

Por ahora seguimos sumando postales del subdesarrollo a la colección.