"Y mardel ya salió campeón..."

Orgullosos por el título logrado y por cómo se destacó permanentemente el comportamiento de los chicos en los seis días que estuvieron conviviendo en Salta, los familiares y amigos le fueron a prodigar un merecido recibimiento al Seleccionado de Mar del Plata Sub 17, que obtuvo las semifinales nacionales en la sub sede del norte del país. Con pirotecnia, bengalas de humo, banderas y espuma, armaron su propia fiesta en su llegada a la Liga Marplatense de Fútbol, donde también los esperaba el presidente Roberto Fernández. Merecido reconocimiento a los dirigidos por Marcelo López, que fueron noticia por todo lo bueno que hicieron tanto dentro como fuera del campo de juego.

 

Desde poco antes de las 14, la gente se empezó a agolpar bajo el sol en la puerta de la sede liguista, para darle el recibimiento que la delegación se merecía. Estipulado para las 14.30, minutos más tarde hizo su aparición el micro que traía a los campeones nacionales. Un ratito antes, el giro de otro colectivo desde Independencia hacia Colón, generó la ovación, pero fue un fallido porque se trataba de otro transporte que llevaba jubilados que saludaban fervientemente desde las ventanillas. La ansiedad le jugó una mala pasada a los familiares de los jugadores, que se encargaron de burlarse de ellos mismos ante el apresuramiento y el “ole” que les hizo el micro errado.

 

Pero después sí, los mismos futbolistas le iban avisando que estaban por llegar y las bocinas de algunos autos que lo escoltaban, dieron a conocer que verdaderamente arribaban. Apenas dobló, todos saltaron a la calle con las banderas de “Bienvenidos Campeones”, tocaron el redoblante, encendieron las bengalas de humo, hicieron explotar la pirotecnia y entonaron el clásico “dale campeón, dale campeón”.

 

Ansiosos por bajar y reencontrarse con sus seres queridos, el capitán Bautista Fares fue el primero en bajar los escalones y mostrarle la copa en alto a todos los presentes. Atrás de él, descendió el resto de los jugadores, que se paró delante del micro y comenzó con las canciones que habían cantado en Salta, a medida que fueron pasando los partidos y cuando el árbitro dijo que el encuentro con Corrientes había finalizado y se confirmaba la coronación.

 

El presidente de la Liga Marplatense, Roberto Fernández, que ya los había visto en Salta e incluso como presidente del Consejo Federal fue el encargado de entregarles la copa, no quiso tomar un rol protagónico, pero igual se acercó para darse un fuerte abrazo con el delegado Julio Pacheco y el entrenador Marcelo López, uno de los últimos en bajar, con una sonrisa de oreja a oreja, manteniéndose a un costado de la euforia de los chicos, pero acompañando con palmas las canciones y festejos.

 

Después llegó el momento de los saludos, del abrazo, las felicitaciones y el ingreso a la sede liguista, donde Roberto Fernández se quedó solo frente al plantel y cuerpo técnico, que ocuparon los atriles de los dirigentes del Comité Ejecutivo, y escucharon al presidente brindarle las felicitaciones por el resultado deportivo, pero sobre todo “por el comportamiento ejemplar que tuvieron en Salta. Recibí dos mails de gente de allá felicitándome por la forma en que se manejaron y la buena educación que mostraron, eso es para destacar y muchas veces es más importante que lo que pase adentro de la cancha”.

 

Y allá se fueron. Con padres, tíos, hermanos, amigos, alguna que otra novia, todos cansados por el viaje pero sumamente felices por haber conseguido el objetivo que fueron a buscar. Y esperando a ver cuándo se jugará la final nacional ante Mendoza, que esperan sea lo antes posible, para poder cerrar esta historia con un título más, que sería la frutilla del postre para un proceso que ya es por demás exitoso.