El festejo en el corazón del Puerto

Cuando muchos pensaban que la celebración de Aldosivi se iba a dar en el Monumento a San Martín, epicentro de todos los festejos en Mar del Plata, ellos no. E hicieron bien. Porque mucha gente de la ciudad es hincha del “Tiburón”, pero el lugar de encuentro tenía que ser de pura identificación portuense, y por eso las casas de la zona Sur empezaron a abrir las puertas y todos comenzaron a salir embanderados de auriverde. La Manzana de los Circos, el Monumento al Pescador, allí se encontraron miles de simpatizantes que sintieron que tocaban el cielo con las manos y que verán a Aldosivi en lo más alto del fútbol argentino.

 

Con la presencia del tiburón gigante, con mucha pirotecnia, papel picado, bengalas y todo lo que sirviera para hacer ruido o poner color, Mar del Plata tuvo su fiesta en el Puerto. Porque la puntualizaron en ese lugar, más allá de algunos que se acercaron al centro, pero era de toda la ciudad. Porque como dice la camiseta del “tiburón”, Aldosivi es Mar del Plata, y será el representante de la ciudad ni más ni menos que en la Primera División

 

Muchas familias, gente grande que lloraba de la emoción, generaciones y generaciones de hinchas de Aldosivi que se aglomeraron, vecinos que se encontraban y se abrazaban, pescadores que salieron de los barcos para no perderse la fiesta, chicos que no tienen ni idea lo que fueron los Torneos Nacionales y que el año que viene tendrán la oportunidad de ver al club de sus amores enfrentando a Boca y River. Con el dilema de muchos, que ahora que están en la máxima categoría tendrán que optar por el cuadro de su infancia, del barrio, de la vida, o el otro, el poderoso, el que jugaba por otro tipo de cosas, hasta que se encontraron en el mismo lugar.

 

Todo era fiesta, todo era alegría. Nada podía empañar una noche mágica, más allá que nunca faltan los idiotas de siempre que se disfrazan de “hinchas de (completen con el club que quieran) y sólo usan este tipo de manifestaciones para hacer lío, pelearse, romper locales, o hasta amedrentar con armas, como lo hicieron algunos desubicados desde arriba del “tiburón”, con dos escopetas que generaron el asombro primero, la bronca después y el repudio generalizado, de muchas familias que ante eso decidieron continuar el festejo solos en casa, por las dudas.

 

Pero esos fueron los menos. La inmensa mayoría, miles y miles embanderados, con camisetas históricas, con camisetas más modernas, con la especial a rayas verticales roja y blanca, con la del centenario, con la actual, con la fluor, con la que sea, festejaron como debía ser,a pura alegría. Todo tenía el escudo verde y amarillo, el “tiburón” impregnado, en una jornada histórica, cargada de emociones y en la que Aldosivi, después de mucho trabajar, les dio la alegría de su vida, y llegó a la Primera División.