Julio: la base (floja) de la educación

Los chicos de una escuela terminaron recibiendo clases en el gimnasio de otra.

31 de Diciembre de 2014 00:18

Por Redacción 0223

PARA 0223

Paros antes, durante y casi, casi después del ciclo lectivo. Comedores sin cupos y aulas sin bancos. Subsidios para escuelas que nunca se repararon y un colegio clausurado por orden judicial. Marchas de docentes, movilizaciones de alumnos y no pocas quejas de padres y cooperadoras. El 2014 decididamente no fue un buen año para la educación pública.

Todo arrancó en enero, con la confirmación de que la paritaria docente se discutiría en febrero. Que un 20% es poco, que no se puede bajar del 35%, que hay obras adeudadas, que quieren recortar (y finalmente recortaron) los cupos para alimentos.

Los maestros advirtieron “lo complejo” que sería el año lectivo y para muestra gratis, hasta casi abril no arrancaron las clases en la provincia de Buenos Aires. Más de 15 días de paro y un acuerdo del que sólo se cumplió –denunciarían luego- el pacto salarial.

El 30.9% en dos cuotas se pagó, pero los nuevos nombramientos, las mejoras en infraestructura y la puesta en marcha de una Comisión de Monitoreo “quedaron en la nada” y motivaron, ya entrado julio, otra medida de fuerza y más movidas gremiales en la calle. La discusión se saldó con el comprimiso de reabrir la paritaria en diciembre, 

Para entonces, la situación de los comedores escolares era insostenible. Primero, porque desde marzo los proveedores estaban exigiendo el pago de deudas y el incremento del monto por vianda por estudiante; segundo, porque la Provincia –discrecionalmente- ordenó el recorte de cupos en casi 90 colegios de la ciudad, y tercero, porque esa reducción implicó dejar sin desayuno, almuerzo o merienda a más de 9.000 alumnos marplatenses.

Aunque a cuentagotas, la restitución de los cupos llegó. Fue a base de marchas, declaraciones eufóricas de los docentes y varias reuniones del Consejo Escolar con las autoridades de Desarrollo Social.

Los problemas de infraestructura, el talón de Aquiles del sistema educativo, parecen no tener fecha de vencimiento. Están ahí, latentes. Arreglan tres puertas y se rompen dos caños. Calefaccionan cuatro aulas y clausuran una escuela entera. Durante todo el 2014, los docentes exigieron un plan de infraestructura que “nunca se dio a conocer”.

Sin embargo, las autoridades provinciales juran que enviaron fondos para los arreglos. Hasta el Municipio, a través de Obras Sanitarias, se comprometieron $25.000.000 para reparar cañerías, baños y tanques. Algunas obras se hicieron; otras se completarán en verano.