“Piensan que porque tienen plata pueden hacer lo que quieran”

Tras chocar al Corsa, el auto de Ramos se estrelló a un costado de la ruta. Foto: FB Rogelio Zumpano.

31 de Marzo de 2014 14:40

Por Redacción 0223

PARA 0223

Coki se despidió de todos y cerró la puerta. Llegó a escuchar el ruido del motor del Corsa que se alejaba y se sirvió una taza de café. Hacía apenas unos segundos se había sentado frente al televisor cuando oyó una frenada, primero, y el golpe, después. Un golpe seco. Entonces salió y los vio: los hierros del Corsa retorcido, su familia entre los hierros; sus nietos ahí. Al otro lado de la 226, un Mercedes Benz cruzado sobre un zanjón. Corrió pero alguien la sujetó de los brazos y la sostuvo con fuerza. Sus vecinos de Gloria de la Peregrina los ayudaron. Luego vinieron los bomberos voluntarios, la policía, los automovilistas que se detenían. Alguien advirtió que a bordo del Mercedes Benz iba alguien conocido, un expiloto de TC. Fueron a putearlo, la policía se lo llevó. Coki no sabe qué pasó después. El café se enfrió sobre la mesa.

El hecho se produjo el sábado a la tarde en el kilómetro 19 de la ruta 226 y generó conmoción. Producto del violento impacto, Thiago, de 4 años, sufrió una triple fractura de cráneo y desde entonces está internado en la unidad de terapia intensiva del hospital Materno Infantil, donde se encuentra en coma farmacológico y con asistencia respiratoria mecánica. También padeció fractura de ambos lados de la mandíbula aunque no hubo desplazamientos óseos y no fue necesario operarlo.

Según el parte médico emitido este lunes, el cuadro reviste de gravedad pero se encuentra estable. Las próximas 72 horas serán claves: los profesionales controlarán que la presión intracraneal se mantenga dentro de los parámetros normales.

Los padres y la hermanita del niño también resultaron heridos aunque sus cuadros no revisten de gravedad. Sólo a la nena, de 7, le dieron el alta. Se cree que el golpe provocó que se desprendiera la butaca del lado del acompañante y eso dio de lleno contra Thiago, que viajaba en el asiento de atrás y con el cinturón de seguridad puesto.

Coki dice que esto es una pesadilla. “Nosotros somos gente honesta, no es justo que nos pasen estas cosas”, dice, pero el llanto contenido no la deja continuar la frase. Ella es la abuela de Thiago y confía en que todo va a salir bien. “Hay que tener fe”, repite.

Según la mujer, Ramos “manejaba a alta velocidad y bajó del coche tambaleándose, como si estuviera borracho”. Por eso, pidió justicia. “Creen que porque tienen plata pueden hacer lo que quieran y los que no tenemos nada tenemos que quedarnos acá, llorando”, lamentó.