Se terminó la ilusión de Kimberley

Si bien era casi utópico que pudiera meterse en la tercera fase, porque no sólo tenía que ganar los dos partidos que le quedaban, sino que había que esperar una serie de resultados que lo ayudaran, Kimberley cayó por 3 a 1 ante Independiente en Chivilcoy y confirmó su eliminación de la temporada 2013/14 del Torneo Argentino B. Azurmendi abrió la cuenta en la primera etapa, pero el líder de la Zona H fue con todo por la clasificación y lo revirtió en el complemento con tantos de Cayumán, García Olmos y Milozzi, de penal. El próximo domingo, el “dragón” cerrará su participación en el José Alberto Valle frente a Agropecuario de Carlos Casares.

En un partido equilibrado, con pocas situaciones de gol, Kimberley sacó provecho de una buena jugada colectiva y una mejor definición de Azurmendi para ponerse en ventaja a los 10’ y desarticular al sorprendido conjunto local, que no pudo plasmar en ningún momento por qué lidera con tanta autoridad esta Zona H. Con la ventaja, el “dragón” se afianzó y se adueñó de mitad de la cancha, cortando los circuitos de Independiente y sacándolo de lo que más le gusta, jugar a la segunda pelota y, a partir de ahí, atacar por las bandas con Medina y Kees.

Sin la posibilidad de desnivelar con los volantes, los dirigidos por la dupla Salvaggio-Viglietti empezaron a abusar de los pelotazos para Cayumán y Milozzi, lo que favoreció a los centrales marplatenses, que se cansaron de ganar en los envíos aéreos. Así y todo, el “rojo” tuvo alguna que otra jugada de peligro aislada que siempre fueron bien conjuradas por Pablo Morata. En la única que el arquero no intervino directamente, sí achicó rápido para incomodar al exAlvarado, que terminó rematando afuera en una óptima posición de gol.

Kimberley hizo un planteo inteligente y lo llevó a la práctica a la perfección, golpeó en el momento justo y pudo estirar la diferencia con una buena acción de Barros que se llevó a la rastra a un defensor y remató desviado. Con esa ventaja se fueron al descanso, sabiendo que si mantenía la concentración y seguía ganando en el medio, el local no tenía forma de lastimarlo.

Todo lo bueno hecho en la primera mitad, se derrumbó apenas comenzado el complemento, porque luego de una infracción de Del Potro, Medina metió un centro envenenado de zurda, nadie la pudo sacar y Jonathan Cayumán mostró su olfato goleador para anotar el empate y dejar todo como al principio.

La igualdad cayó como un baldazo de agua fría para el “dragón” que no se pudo recuperar. Por su parte el local lo vio medio groggy y no le tuvo piedad, siguió atacando para liquidarlo. Y lo liquidó. A los 8’, centro de Milozzi, no llegó Cayumán y García Olmos apareció por atrás de todos para sentenciar a Morata y revertir el resultado y tirar por la borda el prolijo trabajo que había hecho Kimberley en la etapa inicial.

Damián García recurrió al banco y mandó a Damián De Hoyos y Matías Ferreyra para aportar más frescura de mitad de cancha en adelante. Con el ingreso de la “garza”, Kimberley empezó a lastimar en los metros finales y casi Alarcón llega al empate, pero Abetti alcanzó a despejar por la línea de fondo.

Independiente no quería dejar con vida al “dragón” y lo remató. A los 32’, Nahuel Jaime dibujó una gran maniobra individual, se metió al área y sorteó a Pablo Morata que lo derribó, Arasa no dudó, cobró el penal y mandó al arquero a las duchas por último recurso. Ya con Guillermo Benítez en el arco, Matías Milozzi canjeó por gol y marcó el 3 a 1 que definió la historia.

El resto estuvo demás. Kimberley no tuvo fuerza para ir por la hazaña e Independiente se relajó y manejó la pelota para dejar que corran los minutos y confirmar su primera victoria ante el “dragón” en la temporada, en el cuarto partido entre sí. La expulsión de Leonardo Kees fue un dolor de cabeza para la dupla técnica local, pero con la clasificación asegurada, tampoco opacó la fiesta del “rojo”, el primer clasificado de la Zona H a la tercera fase del Torneo Argentino B.

Es el final de Kimberley en su primera experiencia en esta categoría, con la satisfacción de haber mostrado estar a la altura, convirtiéndose en el mejor equipo de la primera fase, sufriendo arbitrajes que lo perjudicaron en la segunda, conscientes de que el nivel no fue el mismo que en el inicio del torneo, pero con una identidad, una forma de jugar que excede los resultados y muestra la filosofía de un proyecto que todavía tiene mucho por delante.