Campazzo, el animal en su día

Mágica volada de Campazzo ante la mirada de Ghersetti y su compañero Leiva. El base estuvo imparable con un gran segundo tiempo (fotos: Diego Berrutti).

29 de Abril de 2014 23:36

Otra vez Peñarol. Otra vez Campazzo. El elenco de Fernando Rivero, con una enorme actuación de su base y una defensa grupal importantísima, se impuso 80 a 68 ante Quilmes, pasó al frente 2-1 en la serie de cuartos de final de la Liga Nacional, y quedó match point. Si el jueves gana, clasificará a las semifinales.

Un nuevo juego vibrante, de defensas intensas, y de marcador cambiante a cada rato. Quilmes pareció estar siempre mejor que su rival, nuevamente con un buen primer tiempo. Pero la defensa “Milrayitas” anuló por completo a Walter Baxley, que solo anotó 7 puntos en el juego (3 en el primer tiempo). El norteamericano nunca apareció en su esplendor, y el “Tricolor” no tuvo en el momento más caliente a su jugador más determinante, como sí lo tuvo Peñarol con Facundo Campazzo. El base cordobés fue el sostén del equipo, para hacerlo jugar, también para defender, pero especialmente en el aro contrario. El "animal", en su día, anotó 32 puntos, 24 de ellos en el segundo tiempo. Ocho asistencias, siete rebotes y cinco recuperos. En el tercer cuarto, marcó 13 de los 18 puntos de su equipo. Penetraciones mágicas, amagues, fajas, desfachatez. Una noche nuevamente esplendorosa para un Campazzo que está brindando sus últimas actuaciones en Mar del Plata.

Quilmes salió a jugar el partido con un equipo más bajo y ágil, con la inclusión de Maxi Maciel por Diego Romero. Una propuesta que sorprendió a Peñarol de entrada. El “Cervecero” empezó con mejor mano, tanto para el pase como para sus lanzamientos en el perímetro. Tras comenzar 3-6 abajo, logró un parcial de 11-0, con tres bombazos consecutivos de Maciel, Sahdi y Marin, que puso al “Cervecero” 14-6 al frente, con una buena ventaja.

Tras un minuto solicitado por Rivero, Peñarol intentó volver al juego. Cuando reaccionó, otra vez Maciel desde el perímetro alejó a su equipo 17-10. El elenco de Ramella jugó bien el pick and roll, y el “Milrayitas” tuvo problemas para defender. Sin embargo, cerró mejor el cuarto, llegando a igualarlo en 19 producto de un parcial de 9-2, con Campazzo como asistidor y anotador.

En el segundo período, Matías Ibarra tuvo un buen ingreso. Con un doble+falta sacó la máxima para el “Milrayitas” hasta entonces (19-24). Rivero puso la formación alternativa a excepción de Leiva. En tanto, Quilmes jugó interno y con la aparición de Diego Romero, encontró los espacios para generar en él la mejor vía de gol, todavía con un Baxley apagado. El misionero anotó 12 de los 20 puntos de su equipo en el parcial. Cuando los de Ramella se acercaron 24-26, Isaac Sosa desde el perímetro recién anotó el primer triple de Peñarol en el partido (1 de 6 en el primer tiempo).

Pero Romero estaba indetenible para Leiva. Con un parcial de 8-0, el “Cervecero” pasó al frente 32-29. Peñarol volvió a mostrarse muy nervioso, molesto en el juego friccionado.  Otra vez Romero estiró la ventaja de Quilmes (36-31), mientras el “Milrayitas” no encontraba gol ni en el perímetro ni en la pintura. Sin embargo, el elenco de Garay y Santiago del Estero pudo cerrar antes del descanso mucho mejor, de la mano de la dupla Boccia-Campazzo (39-37).

Al retorno de los descansos, Quilmes volvió a mostrarse más seguro que un Peñarol de ofensivas muy trabadas. A los pocos segundos, Leiva llegó a la tercera infracción. El pivot “Milrayitas” tuvo inconvenientes con un Ghersetti de gran pasaje, tanto en el rebote como en ofensiva. Quilmes abusó del tiro perimetral (venía de un 0/4 en el segundo cuarto). Fallaron Maciel y Sahdi en dos oportunidades. Pero Ghersetti, confiado, sí embocó para el 44-39. Tras una pérdida de Leiva, en el contragolpe Marín estiró ventajas a 46-39. Pero el “Tricolor” fue decayendo en el parcial. Romero fue bien controlado por el ingresado Gabriel Fernández, y Ghersetti llegó a la cuarta falta a los 5 minutos. Encima, Quilmes tuvo cinco pérdidas consecutivas en ataque que Peñarol no supo aprovechar del todo, aunque Facundo Campazzo empezó a cambiar el rumbo. Siete puntos consecutivos (con un triple y dos penetraciones mágicas) para quedar 50-49, a un punto de su rival, a 2m20s del cierre. Peñarol, con su base ya determinante mientras Leo Gutiérrez seguía fallando triples (0/3) y Boccia fallaba dobles increíbles, finalizó al frente 55-56, con un triple de Campazzo, que llegó a los 13 puntos en el parcial (sobre 18 anotados por el equipo).

Parecía, en el arranque del cuarto período, que Baxley encontraba su camino en el partido. Comenzó con cuatro puntos seguidos para devolver al frente a su equipo (59-56). Pero solo fue un espejismo. Fisher empató desde el perímetro con un buen triple, y Campazzo dejó locos a todos con un amague de faja y bandeja en el aire, con suspenso ya que la pelota quedó quieta y cayó para convertirse en doble, que el base le agregó un punto más por la falta.

Quilmes seguía en caída. No encontraba gol ante la férrea defensa de Peñarol.  Entre Vildoza y Maxi Maciel (triple para igualar en 64) mantenían encendida la esperanza. Pero Leiva con una tapa, y Campazzo con cuatro puntos seguidos nuevamente de calidad, pusieron el 64-70 a 3m51s del final, mientras los hinchas le hacían reverencia al enano cordobés. Leo Gutiérrez anotó su primer triple de la noche a 2m28s para decretar el parcial de 10-0 que quebró la historia (64-74). Lo restante, fue más magia de Campazzo, ovación de los hinchas, y festejo alocado de un Peñarol que apareció en el momento más caliente. Quizás excesivamente dependiente de su base, pero ganador al fin, también gracias a una defensa que volvió a incomodar a su rival.

Ganó Peñarol. La serie está 2 a 1. Quedará un juego, o dos. Dependerá de lo que haga Quilmes el próximo jueves, que deberá trabajar y mucho para reponerse, justamente un 1° de mayo.