Crónica de otra fiesta clásica

Con menos gente que en los dos partidos anteriores, pero con el mismo color, la misma pasión, Quilmes y Peñarol disputaron el tercer juego de la serie de cuartos de final de la Liga Nacional de Básquet, que ahora tiene a los “milrayitas” con ventaja de 2 a 1 y doble match point. Una vez más hubo una fiesta de ambos lados, con una distribución rara del Polideportivo que dejó ver pulmones demasiado grandes y el público visitante muy apretado.

El cambio de localía obligó a hacer modificaciones en el Polideportivo. Porque ya en el parquet hubo que cambiar las publicidades del piso para poner los sponsors de Quilmes y lo mismo sucedió en la publicidad estática que se encuentra frente a los bancos de suplentes. Otra cosa que llamó la atención y dejó un vacío grande fueron las rebatibles que no se abrieron debajo de la popular de Peñarol y todo el vallado que no estaba detrás del aro del mismo lado.

También en la platea lateral que se encuentra enfrente a las cabinas de prensa, se dejaron dos pulmones muy grandes para separar a un grupo no muy grande de hinchas “cerveceros” y uno mucho más chico de Peña, que estaban acurrucados contra el codo donde se ubica el grueso de la hinchada. Por su parte, en la que está detrás de los bancos, la gente “milrayitas” quedó muy amontonada e incluso algunos debieron sentarse en las escaleras. Innecesario, teniendo en cuenta la capacidad del estadio.

A lo largo de la temporada, y en los dos clásicos que se llevaban jugados en esta serie de play offs, no había sucedido ningún incidente entre las parcialidades. Si bien el martes tampoco hubo que lamentar cruces de las hinchadas, sí hubo una agresión que salió desde la popular de Peñarol, que tiraron un rollo de papel sin cortar a la platea rebatible de Quilmes y una señora terminó con un corte en la cabeza, que por suerte no fue de gravedad. Tanto control de la policía, podrían prever este tipo de cosas, ya que son innumerables los rollos de papel que ingresan para la presentación de los equipos.