Todo el color de Argentina e Irán

El ingreso al estadio Mineirâo de Belo Horizonte fue una fiesta con argentinos, brasileros, iraníes. Las mejores postales, antes del partido.

Cuatro marplatenses hinchas de Alvarado, presentes en Belo Horizonte y ante la cámara de 0223.

21 de Junio de 2014 20:24

La fiesta mundialista se trasladó a Belo Horizonte, ciudad capital del estadio de Minas Gerais que recibió el choque entre Argentina e Irán. Desde muy temprano, más de 50 mil personas se acercaron para asistir al encuentro de la segunda fecha del Grupo F, que sufridamente terminó con victoria del equipo de Lionel Messi, autor del gol del triunfo.

Con un exhaustivo control policial que comenzó en la avenida Antonio Carlos, solamente por allí pudieron pasar el vallado quienes tenían entrada en mano. Luego, todos tuvieron que caminar más de 10 cuadras, en una cuesta empinada, para llegar a la calle Coronel Dias Bicalho, próxima al estadio. Ese trayecto fue particular por la variedad de nacionalidades, con mayoría de hinchas argentinos pero también con notoria presencia local. Los brasileros no quisieron perderse ver de cerca a Lionel Messi, y de paso, alentar junto a los iraníes contra Argentina. Pero también asistieron japoneses, alemanes, mexicanos, chilenos y portugueses .

Los locales comerciales abrieron de par en par sus puertas. Restaurantes, kioscos, y puestos ambulantes con, incluso, argentinos que pudieron vender merchandising no oficial de la Selección. Estuvieron presentes todos los canales de televisión de Argentina allí. La cadena Fox Sports estuvo haciendo notas en vivo con la muy bonita modelo Silvina Luna, que le dio más calor a los hinchas, quienes frenaron ser tomados por la cámara y así saludar a sus familias a la distancia.

Por la misma calle pasó Juan Sebastián Verón, junto a los periodistas Juan Pablo Varsky y Matías Martin, encargados de la transmisión para DirecTV. La "Bruja" apenas frenó para algunas fotos con los hinchas.

Para entrar al estadio, todo se desarrolló con notable gran prolijidad. Un vallado con una larga pero veloz fila, hasta llegar unas carpas que distribuyeron a los hinchas a los distintos portones. Los tickets simplemente fueron apoyados en un lector para marcar el ingreso, y quienes tuvieron bolsos o mochilas, debieron pasarla por un escaner. También encargados de seguridad palparon con detectores de metal a cada uno de los hinchas. No hubo demoras, y en pocos minutos la gente ya podía estar sentada en las gradas del estadio, no sin antes pasar por los puestos de los sponsors principales de la FIFA, que ofrecieron sus bebidas con vasos plásticos muy lindos, con el logo del Mundial, y que cada hincha atesoró apilados como recuerdo para lucir en sus mesas.

Una fiesta, antes de la fiesta. El ingreso a la cancha fue casi tan emotivo como lo vivido dentro del Mineirao.