Orgullo y agradecimiento a la Selección

Más de mil marplatenses se congregaron en el Monumento a San Martín para expresar su apoyo y reconocimiento al equipo argentino. Otra vez hubo corridas e incidentes que no se pudieron prevenir.

13 de Julio de 2014 22:05
Da bronca. Estamos todos tristes porque Argentina jugó un gran partido ante Alemania, mereció más, pero se quedó con las manos vacías y se tuvo que conformar con el subcampeonato mundial. Pero el equipo nacional murió de pie, generó orgullo, y por eso en todo el país, las calles se poblaron para brindarles un homenaje a los jugadores de Sabella. En Mar del Plata no fue la excepción y más de mil personas le pusieron color al Monumento a San Martín. Pero hubo menos familia que en los festejos anteriores y un final a puras corridas, con enfrentamientos entre grupos y con la policía.
 
Estaba todo armado para la fiesta de Argentina campeón del mundo. Otra vez, los idiotas que se creen vivos y hacen lío cuando se “disfrazan” de hinchas de Alvarado, Aldosivi, Boca, River o quién sea, tenían todo preparado para ir a protagonizar desmanes. No se sabe con qué necesidad, porque la realidad es que la gente se bancó la derrota, muchos llegaron con los ojos enrojecidos de las lágrimas derramadas minutos antes, cuando Nicola Rizzoli pitó el final del partido y el sueño argentino. 
 
A diferencia de los otros festejos, esta vez la familia dudó. Algunos fueron, otros miraron de más lejos, y muchos prefirieron quedarse en su casa. La última experiencia, emocionante por donde se la mire, no había terminado bien, barras de Aldosivi y Alvarado se enfrentaron y volaron botellas que dejaron como saldo varios heridos. Por eso, desde temprano, apenas terminado el encuentro, la gente se acercó de a poco y el alcohol volvió a ser protagonista. Por más que se impedía vender bebidas en la zona céntrica, parece que tenían todo preparado y se lo habían llevado desde sus casas.
 
Controlando de cerca, se veían muchos policías para cuidar que no hubiera incidentes. Pero de entrada nomás, abundaron las corridas, las peleas mano a mano que algunos separaron rápidamente y muchos grupos que iban de un lado a otro buscando con quién enfrentamiento. Los primeros incidentes generaron que lo poco de familia que habían ido peguen la vuelta, y que muchos que recién estaban llegando se arrepientan en el camino y vuelvan a sus casas.
 
El orgullo que nos generaron los jugadores otra vez se vio empañado por vándalos que se adueñan de la fiesta de la gente, que se ponen una camiseta (sea de un club o una selección) y se creen los dueños del monumento, espantan a la gente que realmente quería brindar un reconocimiento a los jugadores y se quedan ellos solos, a pelear y brindar una imagen de la ciudad que no es la que la gran mayoría quisiera.
 
En la desconcentración hubo tiros y según informaron testigos, habría un herido de bala en un enfrentamiento entre dos bandas. También la policía reprimió con balas de gomas para poder dispersar a los que quedaban.