Más de una hora, 16 palabras: así fue el paso de Analía Schwartz por Tribunales

Faltaban dos minutos para las ocho de la mañana cuando Analía Schwartz atravesó caminando junto a su abogada el estacionamiento de Tribunales. Sin embargo, no entró por el hall central, sino por la rampa que lleva a la alcaidía por donde habitualmente entran los detenidos.

La entrada fue aplaudida por unas cincuenta personas –entre familiares, amigos y compañeros de trabajo- que permanecieron en el ingreso de Brown y Tucumán con carteles en los que reclamaban por la inocencia de la maestra de música.

Acompañada por la abogada Patricia Perello, Schwartz subió hasta el octavo piso y esperó quince minutos hasta ser fichada en la Oficina Técnica de Identificación de las Personas (OTIP). Cumplido el trámite, bajó por el ascensor hasta el segundo piso donde la esperaban en la Fiscalía 1.

Luego de tres intentos fallidos, la imputada ingresó a la oficina del fiscal Fernando Castro. Luego de que le leyeran el acta de la indagatoria, Schwartz habló por única vez: “por consejo de mi defensa mientras no sea convocada de manera legal no voy a declarar”.

Tras estas palabras no volvió a hablar. Ni siquiera cuando salió –otra vez por un lugar poco habitual-  a las 9.20. Caminó hasta el puesto de vigilancia policial sobre calle Tucumán y apenas levantó y agitó sus brazos para saludar a las personas que fueron a apoyarla.

Mientras la docente salía de Tribunales y sus allegados se retiraban, Perelló volvió a cuestionar la legalidad de la convocatoria. A dos pisos de distancia, el fiscal analizaba los pasos a seguir.