Los filmaban, pidieron identificación, pero recibieron golpes y gas pimienta

Dos jóvenes que iban a ver River-Boca vivieron una noche de terror. Tras pasar el primer control de acceso al estadio, agentes de Aprevide y policías, los violentaron y llegaron a quitarle el teléfono a uno de ellos para borrar lo que grabó.

La imagen que muestra parte de los golpes denunciados por los dos hinchas.

25 de Enero de 2015 13:43

Por Redacción 0223

PARA 0223

Gonzalo Chaet es un joven periodista de FM 96.5 radio Residencias. Junto a un amigo turista oriundo de la Capital Federal, se dispusieron este sábado a presenciar el primer superclásico del verano. Con sus dos entradas, llegaron minutos antes del inicio del encuentro y pasaron sin ningún problema el primer control de acceso al estadio. A partir de allí, según describió Gonzalo en diálogo con 0223, todo resultó una auténtica “ostentación de poder” por parte de la policía.

Mientras los dos jóvenes recorrían los 20 metros que separaban al primero del segundo de los controles de ingreso al Minella, un tercer individuo se movilizaba muy cercano a ellos. En paralelo, otra persona los filmaba durante todo ese breve trayecto y ponía foco en el mencionado hincha desconocido. El amigo de Gonzalo, entonces, le pidió al camarógrafo que se identifique. Sin intención de dar respuesta a ese pedido, la situación se volvió violenta, ya que el sujeto que portaba la cámara increpó a los jóvenes y, vestido de civil, tardó en mostrar su credencial de agente de la Aprevide mientras otros compañeros de trabajo y policías uniformados se acercaban a la escena, para volver todo aún más caótico. “Les molestó que pidiéramos la identificación” entendió Gonzalo. 

Según supone el joven periodista, el agente de la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte filmaba a esa tercera persona “por haberlo encontrado como sospechoso de sortear el derecho de admisión y nosotros por exigir nuestro derecho a saber ¿quién era el que grababa el video? nos llevamos la peor parte”. Para ese entonces, Gonzalo y su amigo fueron echados a golpes de la zona de acceso: “el que pegó palazos era uno de los comisarios a cargo del operativo, nos amenazaban además con que nos llevarían al calabozo”. 

Luego de retornar al primer control y explicar lo acontecido, los jóvenes intentaron nuevamente ingresar al estadio. “A 10 minutos de empezar el partido volvimos al segundo ingreso, con nuestras dos entradas en regla y otra vez la policía nos atacó, esta vez uno de los uniformados le tiró gas pimienta a mi amigo”. La gravedad del asunto no quedó ahí. Gonzalo había decidido grabar con su teléfono todos los incidentes y la feroz actitud que tuvieron los efectivos, que llegaron incluso a sacarle el celular. “Me lo robaron y minutos después, cuando me lo devolvieron, habían borrado todo lo que registré”.

“Obviamente desistimos de ver el clásico, no hicimos la denuncia porque mi amigo se tenía que volver a la ciudad de Buenos Aires, pero terminamos en la salita de salud de La Serena a las dos de la madrugada porque el efecto del gas le inflamó toda la cara, tuvieron que darle una aplicación de decadron de urgencia” concluyó Gonzalo, tras una noche que, de alegría, pasó al terror.