Proponen que la Cooperativa Nuevo Amanecer distribuya leche en escuelas

La CTA de la provincia de Buenos Aires, junto a la CTA regional Mar del Plata, brindó su “total apoyo”  a la Cooperativa Láctea Nuevo Amanecer ante los diversos obstáculos legales que ponen en riesgo la fuentes de trabajo de más de 80 trabajadores quienes en 2012 recuperaron la fábrica luego de que el dueño la abandonara. 

El juez Novelli y la sindicatura definirán este martes si aceptan a la propuesta de la fábrica respecto al pago de un alquiler para lograr la continuidad laboral en la fábrica. Durante una reunión con Fabio Pandini, titular de la cooperativa Nuevo Amanecer, el secretario general adjunto de la CTA bonaerense, Raúl Calamante, expresó su apoyo a los trabajadores para que “puedan seguir avanzando en los proyectos, sueños y alegrías para poder seguir creciendo y, por eso, vamos a acompañar en todo lo que necesiten”. 

A su vez, destacó el “compromiso social” de la fábrica recuperada porque “a través de desarrollo de la economía social, organizando ferias comunitarias y sosteniendo precios a veces por debajo de los Precios Cuidados, generan oportunidades para otros trabajadores”.

Calamante además planteó la posibilidad de “pensar proyectos en común para que la cooperativa articule con las escuelas donde se pagan sobreprecios por productos que no tienen la calidad y frescura que Amanecer provee y, a partir de ahí, poder avanzar en una experiencias donde las escuelas, junto a otros emprendedores, garantizaría acceder a productos frescos a menor precio para que consuman nuestros alumnos”.

Pandini explicó que el juez Novelli ordenó un contrato de alquiler por esos establecimientos, “es el mismo que ahora dijo entender lo que planteamos”. "Él también conoce ahora el apoyo que nuestra cooperativa tiene. Cumplimos un rol social que es valorado por los vecinos, por otros trabajadores y por muchos organismos del Estado”, completó.

Unos 77 trabajadores de la empresa Lácteos El Amanecer habían quedado a la deriva en mayo de 2012 cuando Milita SA, la firma que había tomado el mando de la tradicional fábrica marplatense, decidió abandonarlos y dejarles un tendal de deudas y algo de mercadería almacenada en los depósitos. Con la experiencia de haber pasado varias veces por esta situación, los empleados se organizaron y conformaron una cooperativa para evitar que se perdieran las fuentes laborales.