"Sin control popular, no hay seguridad democrática"

A una semana de la salida a la calle de la Policía Local, desde el movimiento Patria Grande emitieron un comunicado con "observaciones" sobre el funcionamiento de la flamante fuerza de seguridad.  

8 de Octubre de 2015 18:03

Por Redacción 0223

PARA 0223

A una semana de la salida a la calle de la Policía Local, desde el movimiento popular Patria Grande reclamaron al Ejecutivo de Gustavo Pulti que impulse la creación –como se establece por ordenanza- de un órgano de control externo a la fuerza de seguridad.

Para los integrantes de este espacio político, la conformación de un ámbito para el monitoreo de las actuaciones policiales “preocupa y ocupa”, ya que “desde lo discursivo intentan pintar una fuerza democrática que no cuenta todavía con un órgano de control externo”. “Sin control –advirtieron- no hay seguridad democrática”.

“Sin negar que se han tomado algunas medidas que intentan democratizar el sistema de seguridad pública –tal como pueden ser el análisis y producción de información sobre el delito y la forma de nombramiento de los jefes policiales-, esa intencionalidad tuvo decaídas gracias a la urgencia por dar respuestas inmediatas al problema de la inseguridad. Ejemplo de ello fueron la intervención de la Secretaria de Seguridad por el sciolista Rodolfo Iriart y la convocatoria de fuerzas nacionales –Prefectura y Policía Federal- a la ciudad, ante hechos violentos”, introdujeron desde el movimiento.

“Si bien es apresurado haber un análisis de la Policía Local, que nació de una ordenanza de adhesión al decreto de Scioli y que hace apenas una semana que está en la calle, sí cabe hacer observaciones respecto de cómo se llegó a sacarla la calle”. En este sentido, en primer lugar, desde Patria Grande subrayaron que “la nueva fuerza resulta ser un apéndice de la Bonaerense, que es una de las policías más violentas del país”. “Puntualmente, quién paga los sueldos de esta policía local es la Provincia, la misma que gestiona a esa Policía Bonaerense”, razonaron.

“En segundo término, la formación de la Policía Local parecía ser un eje respecto del cual Mar del Plata iba a ser vanguardia. Sin embargo, como siempre, las coyunturas corren y hoy tenemos más de 600 personas armadas en la calle que tuvieron solo 6 meses de formación; de lunes a viernes en la Escuela Juan Vucetich, al igual que lo hace la Bonaerense, y únicamente los sábados en la Facultad de Derecho. Ciertamente, este no resulta ser el avance que se esperaba”, analizaron.

Seguidamente, desde Patria Grande dijeron “creer que sí es un avance, tanto para la seguridad de la sociedad, como de los mismos policías, la decisión tomada por el jefe de la Policía y secretario de Seguridad –Fernando telpuk- de que no porten el arma las 24 horas y desterrar así el estado policial permanente, que tantas vidas se llevó y numerosas denuncias de abusos de arma originó”.

“Por último -remarcaron- lo que más nos preocupa y ocupa es que el texto de la ordenanza municipal que creó a esta Policía Local, menciona también la creación de un órgano de control externo de la fuerza, que si bien podría ser meramente formal, ni así fue creado. Este quiere decir que desde lo discursivo intentan pintar esta fuerza policial de democrática, pero ella no cuenta ni con un órgano de control externo”, reclamaron desde el movimiento popular.

“Consideramos que la lógica que permanece en el trasfondo de la política de seguridad del Gobierno Local, al igual que del Provincial, es ´a más hechos violentos, más Policía´. Y nosotros no compartimos estos enfoques. Si no queremos, y no quieren, que la recientemente egresada Policía Local termine siendo mano de obra de la Bonaerense y realmente salga a combatir el crimen organizado, la trata de personas, el mercado de autopartes y el narcotráfico, se necesitan espacios colectivos que denuncien la relación entre las grandes actividades económicas ilegales y las fuerzas de seguridad, como así también las violencias y abusos institucionales que se sufren en las barriadas de la ciudad. En este sentido, para avanzar en una seguridad democrática y no violenta, se requiere que esta nueva fuerza, entre otras cosas, enfrente el autogobierno de la “vieja” institución policial y -sin dudas- que desde las cúpulas políticas en forma urgente y de modos realmente participativos se cree el órgano de control de esa policía local; esto último de la mano de  la creación de un área de “Erradicación de la Violencia y la Corrupción Institucional” para -en conjunto- poder monitorear y denunciar la violencia policial e institucional”.