Amenazas, drogas y tiros: las claves en el asesinato del “Pata”

El Tribunal Oral en lo Criminal 3 comenzó a juzgar a Germán Villarreal por el asesinato de Walter Loiza. El hecho ocurrió en septiembre de 2014 en Padre Dutto al 2900.

Germán Villarreal acompañado por su defensor en la primera audiencia.

25 de Noviembre de 2015 17:49

Por Redacción 0223

PARA 0223

“Pata salí, salí”. Esas fueron las palabras que se escucharon en una casa del barrio Juramento el 7 de septiembre de 2014. El hombre desconfió y no salió. Luego, escuchó varios disparos contra su casa. Horas más tarde, Walter Loiza fue a reclamar a otra vivienda por el ataque, pero no recibió disculpas: un tiro en el pecho lo mató en el acto. Qué sucedió antes y después de ese ataque es lo que los miembros del Tribunal Oral en lo Criminal 3 deberán resolver en el juicio que comenzó este miércoles.

Los jueces Eduardo Alemano, Juan Manuel Sueyro y Fabián Riquert comenzaron a juzgar a Germán Villarreal por el asesinato cometido esa tarde en la vereda de su casa en Padre Dutto al 2900, a la vuelta del lugar de la amenaza inicial. Según los testigos que desfilaron en la primera audiencia, víctima e imputado se conocían desde pequeños y tenían una relación de amistad matizada por la compra y el consumo de estupefacientes.

El fiscal Juan Pablo Lódola planteó en su alegato inicial la misma hipótesis que surgió de la instrucción penal preparatoria: esa tarde Villarreal disparó una carabina desde el interior de su casa y le quitó la vida al “Pata” Loiza. Ante el Tribunal ratificó que el hecho debe ser calificado como homicidio agravado por el uso de arma de fuego.

Por su parte, el defensor de Villarreal sostuvo que los hechos no ocurrieron de esa manera y que su defendido no es el autor del hecho. De manera subsidiaria, el abogado Alejandro Borawsky intentará acreditar de que no hubo dolo y de que la herida se produjo por la impericia al momento de accionar el arma de fuego.

Aunque las partes intervinientes en el debate habían programado la presencia de dieciséis testigos, cuatro de ellos fueron desestimados este miércoles. La reducción de testimoniales y la incorporación de los informes de autopsia y de Policía Científica por lectura, provocaron que el jueves se cierre el debate y se hagan los alegatos finales.

 

Disparos, asado y reclamo

Los tres testigos del primer turno fueron familiares de la víctima: su padre, su madre de crianza y un hermanastro que relataron momentos previos y posteriores del hecho ya que ninguno estuvo en el lugar en el momento del hecho.

Omar Loiza les dijo a los jueces que además de conocerse desde chicos, Villarreal le regalaba y a veces le vendía droga a su hijo. “Me enteré que esa mañana habían discutido y que Walter fue a reclamarle algo a la casa y le dispararon”, aseguró. Ante la consulta –fueron varias durante su testimonio- del presidente del Tribunal, señaló que cuando vio el lugar donde estaba el cuerpo de su hijo observó al padre del imputado con una carabina en su poder.

El testimonio de Dora Figueroa sirvió para conocer lo que pasó en el comienzo de esa jornada. “A las siete de la mañana escuché que tres personas gritaban en la puerta de casa para que Walter saliera a la calle y tiraron por los menos dos tiros para el pasillo de casa y se fueron”, declaró. La mujer identificó al imputado, su hermano y otra persona del barrio como los autores de la agresión y reveló que además de su relación de amistad y de compra y venta de droga, habían estado detenidos juntos con anterioridad.

Las amenazas y los disparos fueron tomados casi como algo natural por los testigos, quienes afirmaron que horas más tarde de la agresión decidieron hacer un asado en la casa. Carlos Arambel, hermanastro de la víctima, dijo que le preguntó al “Pata” lo que había pasado y este le restó importancia. “Me dijo que no pasaba nada, pero después de comer fue hasta la casa de Villarreal –donde le vendían droga-  y lo mataron”, recordó. El testigo sostuvo que unos vecinos le contaron que el “Pata” llegó a la casa de los Villarreal y se puso a discutir con el padre hasta que llegó el imputado y le disparó.

Tras un breve cuarto intermedio, los jueces escucharon a tres miembros de la familia Carabajal y a otra vecina con la intención de tener más precisiones de lo sucedido esa tarde. El testimonio de la cuarta vecina fue cuestionado por la defensa ya que a su entender “no pudo haber visto nada desde el lugar en que se ubicó durante su relato”.

En diálogo con 0223, Alejandro Borawsky sostuvo que los testimonios de padre, esposa e hijo Carabajal fueron todos generados a partir de lo que supuestamente vio Molina, la vecina cuestionada. “No coindice la mecánica señalada con los informes de la autopsia y de la pericia balística”, indicó.

La defensa intentará probar que el proyectil que mató a Loiza rebotó previamente contra una superficie dura “que provocó el achatamiento de una de sus caras”. El hecho de que la munición no fracturara costilla y no generara un orificio de salida demuestra que no se le disparó directamente a la víctima, sino que el arma apuntó hacia otro lado, cambió de dirección y lo hirió.

Si bien tras el homicidio del “Pata”, varios vecinos robaron y quemaron la casa del padre del imputado, esas circunstancias no surgieron durante la primera jornada de debate.