La corona se va para Otamendi

El partido fue malo, tuvo pocas situaciones de gol y el cero le quedó clavado. Pero era una final y dicen que las finales no se juegan, se ganan. Y cuando no se logra en los 90', se tiene que definir y se recurre a los penales. Ahí pesa la personalidad, la confianza y la pegada de los pateadores, pero también son importantes las manos de los arqueros. Por eso, Círculo Deportivo le ganó por 4 a 3 a Argentinos del Sud desde los doce pasos y es el dueño absoluto de la temporada del fútbol marplatense. Porque sus cuatro ejecutantes no fallaron y Sergio Del Curto se vistió de héroe para contener los remates de Catalani y Soria y desatar la locura de todo un pueblo, que ve a su equipo consiguiendo algo que no sucedía desde el 2006, cuando Unión ganó los dos torneos del año.

Los 90 minutos dejaron pocas emociones para contar. El encuentro lo empataron los jugadores, pero también los técnicos, que jugaron al ajedrez y fue una táctica de los dos que hizo que se terminen neutralizando y los mejores hombres fueron más los de equilibrio que los de juego. Juan Cruz Nayar y Bruno Catalani se comieron la cancha, no dejaron pensar a Diego Hidalgo, único "5" natural de Círculo, y entonces impidieron que pudiera empezar a elegir cómo y por dónde atacar.

Pero a su vez, el "Paisano" absorvió la presión del medio y no dejó que los volantes centrales albiazules pudieran hacer jugar a los volantes externos y los puntas. En la primera mitad, no pasó nada cerca de las áreas, salvo algún desborde de Enzo Vértiz o a llegada de los laterales que no pudo ser conectada por nadie en el medio o terminó en las manos de Emiliano Carrá. Argentinos casi no atacó, buscó con Carrizo y Del Río por las bandas, pero no tuvo claridad y los hermanos Echeverz casi no tocaron la pelota. Por eso, de manera lógica, se fueron al descanso con el marcador en blanco.

El arranque del complemento ilusionó que pudiera cambiar un poco el desarrollo, porque a los 2' nomás, Marcelo Vértiz sacó un centro de la derecha, peinó Astiz en el primer palo y Martín Prado ingresó en absoluta libertad, se tiró en palomita pero cabeceó mal y la tiró por encima del travesaño. Poco después, Bruno Catalani metió un gran cabezazo luego de un tiro libre ejecutado por Carrizo y Sergio Del Curto sacó una pelota descomunal, con las manos sobre la línea, detrás del cuerpo, para ahogar el grito del capitán.

Pero en definitiva, eso fue todo. Los cambios no dieron resultados, García le puso un poco de "picante" al ataque de Argentinos en los minutos finales, pero ya era demasiado tarde y estaban más preocupados por no perderlo que ansiosos por ganarlo. Entonces, se atacaba con poca gente y se afirmaban en el medio. Con poco, Círculo tuvo alguna ocasión con pelotas cruzadas que no llegaron a conectar en el segundo palo los hombres de punta. El pitazo de Franco Campagnoli (de correcto arbitraje) mandó a lo que a esa altura era cantado, la definición por penales.

La tensión se notaba en el ambiente y se hizo más grande cuando Sergio Del Curto se hizo gigante, se quedó parado en el medio, justo donde pateó Catalani, para poner las manos y dar la primera gran emoción de la tarde. Luis Muñoz sacó la ventaja y el "papero" estaba 1 a 0. En continuado anotaron Gamio, Hidalgo, García, Astiz, Paz y Enzo Vértiz, y entraban en la recta final. Francisco Soria fue con la presión de convertir para seguir con vida y el arquero no quiso ser héroe pateando, sino atajando. Cuando iba a patear el quinto de la serie que le podía dar el triunfo, no dejó llegar a esa instancia, le detuvo el remate a "Pancho" y desató la fiesta de Círculo y todo un pueblo.

Por primera vez desde 2006, un equipo logra ganar los dos títulos del año y cerrar el campeonato sin final para determinarlo. El "Papero" llegó a una instancia decisiva diez años después y la hizo completa, es el nuevo dueño del fútbol marplatense, no deja dudas y llega con el ánimo en alza para una nueva participación en el Torneo Federal C, ahora con Damián García, que en 8 meses ya se metió en la historia del club y que todo lo que toca lo convierte en oro.