De Austria con amor: Strudel de manzanas

Sólo tenés que usar tu imaginación y poner en práctica tus dotes culinarias. Masa crocante, manzana, canela, nueces y pasas de uva, una combinación irresistible. ¡Probalo!

21 de Febrero de 2015 19:48

Esta semana decidimos cocinar una receta típica de Austria, conocida por todos como strudel de manzanas. Para hacer esta masa, vamos a empezar mezclando en un bol dos cucharadas de aceite neutro, un huevo y 150 centímetros cúbicos de agua. Unimos bien y le agregamos 300 gramos de harina y 5 gramos de sal. Hay que lograr un bollo uniforme, para poder iniciar el amasado.

Esta masa termina quedando muy fina, por lo que vamos a necesitar un proceso de amasado diferente. Agarramos el bollo y lo vamos a golpear contra la mesada hasta que se vuelva más lisa (unos 7 u 8 minutos). Hay que repetir varias veces el proceso.

Una vez que quedo lisita, vamos a pintarla con aceite y la envolvemos en papel film para que no tenga contacto con el aire. La dejamos descansar una hora.

Recién ahí, en una mesada grande vamos a estirar un lienzo (limpio) y lo vamos a espolvorear con harina o fécula. Llevamos la masa al lienzo y con la ayuda de un palo de amasar vamos a formar un rectángulo. En este punto necesitamos la ayuda de alguien, vamos a tomar la masa entre 2 personas y con el revés de la mano y los nudillos vamos a empezar a estirar la masa muy suavemente, con mucha paciencia, como separando las manos. Giraremos la masa para ir estirándola de forma pareja y con mucho cuidado de que no se nos hagan agujeros.

Cuando la masa ya está bastante estirada, para no romperla, la apoyamos en el lienzo y recién ahí vamos a estirar los bordes. Esta masa tiene que quedar casi transparente. Una vez que lo logramos, vamos a retirar los bordes más gruesos con una tijera y a dejar orear la masa unos 10 minutos antes de rellenarla, para que se seque.

Relleno

Los rellenos pueden ser dulces y salados, y en los dos casos suele tener una particularidad, sobre la masa se esparce pan rallado frito en manteca antes de colocarlo. 

El relleno dulce por excelencia es el de manzana, y para hacerlo (aparte del pan) vamos a usar manzanas verdes peladas cortadas bien finitas, que dispondremos en una franja de la masa, dejando un borde de unos 10 centímetros, un poco de azúcar espolvoreada, canela molida (ojo con pasarse), unas nueces y unas pasas rubias sin semilla previamente remojadas.

Una opción de relleno salado puede contener cebollas rehogadas con queso de cabra (o el que tengamos) y unas semillas de amapola. 

Cualquiera sea el contenido que incorporemos, vamos a enrollar la masa sobre si, muy suave con la ayuda del lienzo. Llevaremos a una placa con el último pliegue hacia abajo, pintamos con manteca  y cocinamos en horno medio hasta que la masa queda crocante (unos 45 minutos). Retiramos del horno y volvemos a pintar con manteca.