Salieron dos meses, la hostiga hace más de un año y se tuvo que ir de la ciudad

En 2013, Anahí conoció a Eduardo. A ella no le gustaron sus conductas controladoras y cortó la relación. Lo que siguió fueron pintadas insultantes, tres incendios y una restricción de acercamiento. 

Ésta es una de las pintadas con la que Eduardo agredió e intentó difamar a Anahí.

13 de Mayo de 2015 11:57

Anahí pregunta si hay tiempo para contar, porque la “relación duró dos meses, pero el hostigamiento ya lleva un año y medio”. Anahí cuenta que Eduardo le gritaba Puta, que la espiaba por el pasillo y que de madrugada mandaba policías engañados a su casa para no dejarla dormir. Anahí cuenta, con angustia y bronca, que una mañana llegó al sindicato de trabajadores universitarios (APU) donde era secretaria adjunta y encontró la misma pintada que en la puerta de su trabajo: “Sos una turra, te gusta la pija cordobesa”.

En el lapso de cuatro meses, Anahí y dos personas de su entorno sufrieron incendios intencionales. Uno en su PH, en septiembre de 2013. Otro en la casa del novio de la amiga que le prestó el departamento para vivir con sus hijos. Y el tercero y último –también en la puerta de su vivienda- en enero de 2014: el auto de la pareja de Anahí amaneció quemado, irreconocible.

Las escenas, todas repletas de violencia y obsesión, no cesaron. Anahí decidió mudarse. Se fue de Mar del Plata hace 7 meses. Pero viajo en estos días para reencontrarse con su familia, que permanece en la ciudad. Cuando estaba emprendiendo el regreso, Eduardo reapareció. Anahí no lo podía creer. O sí. Como sea, lo descubrió espiándola en la Terminal de Micros, escondido. Ella le gritó, lo corrió, le sacó fotos y pidió ayuda. La Policía lo detuvo por violar nuevamente la orden de restricción de acercamiento autorizada por la jueza Lucrecia Bustos.

Esta vez, Anahí decidió quedarse y dar a conocer su caso por Facebook. “Quiero denunciar a este hombre, quiero hablar con todo el mundo, tengo miedo y lo quiero preso. Tiene antecedentes: lo condenaron por tentativa de homicidio contra su exmujer. Es un tipo peligroso. Es una persona que infunde terror”, relató.

“Es una persona que infunde terror”

Anahí conoció a Eduardo en un boliche. Algunos días después empezaron a salir. La relación duró poco. A los dos meses y medio ella decidió cortar. No le agradaban sus “toques” controladores. Según cuenta, la llamaba por teléfono para preguntarle dónde estaba y él estaba en la puerta de su casa. Le mandaba mensajes invitándola a salir, haciéndose pasar por otro tipo, para que ella “pisara el palito” y la seguía al sindicato. La buscaba por el trabajo, la hostigaba todo el tiempo.

Con los meses y la separación, la situación empeoró. Timbres a cualquier hora en la casa, llamados a la policía, vecinos que avisaban que un hombre la miraba por el pasillo y el incendio de su casa. Anahí se mudó al departamento de una amiga. No le dijo a nadie la dirección. Sin embargo, Eduardo la encontró. La amenazó en la puerta. “Ya te vas a enterar qué te va a pasar”, le dijo.

Así llegaron las pintadas, se recrudecieron las persecuciones y Anahí juntó todas las denuncias que había radicado en las comisarías cuarta, segunda y primera y se presentó en el Poder Judicial. Fue recibida por el fiscal Fernando Castro. Se armó una causa, que tramita en el Juzgado de Garantías Nº 6. Según Anahí, Eduardo “nunca fue citado a declarar”.

“Si esta persona no está encerrada, va a seguir hostigándome. Preciso una custodia, un botón de pánico. Realmente tengo miedo. Llegué a dejar la vida en esta ciudad por miedo. Me mude. Mi vida está totalmente acotada, no por mi decisión sino por la de otra persona. Tengo que cuidar mi integridad y la de mi entorno. Voy a pedir ayuda por todos lados. No se puede dejar a las mujeres libradas a la solidaridad de los familiares. Así que me voy a quedar porque quiero que se haga algo”, sentenció Anahí, que pidió a las mujeres que “también sufren violencia, acoso u hostigamiento que denuncien activamente”.

“Muere una mujer cada 32 horas. Esto es un lento sangrar de las mujeres, es muy triste, es desesperante y desolador”, remató.