La familia de Bello apunta contra un amigo del remisero asesinado

A 48 horas del hallazgo en una fábrica abandonada del cuerpo de Pablo Bello, el remisero de 38 años que estaba desaparecido desde el 24 de mayo, la familia del hombre cuestionó la investigación iniciada hace dos  meses atrás. 

Para la abogada de la familia Bello, Verónica López Jalil, “es muy raro que el cuerpo haya sido encontrado en la fábrica que ya había allanada el 28 de mayo”, a metros de donde dos días después de su desaparición hallaron el auto de Pablo. 

En declaraciones a Radio 10 Mar del Plata, la letrada mencionó que, incluso, la semana pasada le habían pedido a la fiscal María Isabel Sánchez que se volviera a revisar el lugar porque  creían probable que estuviera allí. “Si el auto de Pablo estaba ahí, él no podía estar mucho más lejos”, razonó. También contó que solicitaron que se lo buscara sin vida pero Sánchez “negó ambas medidas”.

La mamá de Bello también criticó el accionar de la justicia y pidió saber si pudo haber existido “algún tipo de discriminación” en la investigación al tratarse de una persona que tenía adicción a las drogas. “Como madre intuía y estaba segurísima de que el cuerpo estaba ahí. Es más, quise ir hace tres semanas al lugar pero el papá de Pablo no me lo permitió”, afirmó este lunes en declaraciones a la misma emisora.

A su vez, apuntó contra Francisco Quiñones, amigo de la víctima y quien, poco después de la desaparición de Bello, se fue a vivir con la esposa del remisero. “No estoy en condiciones de acusar a nadie pero sí puedo decir que tengo la certeza de que Quiñones sabía. Él se instaló en la casa de mi exnuera porque sabía que mi hijo no iba a volver. No creo que haya sido él quien efectuó el disparo, pero él sabía qué le había pasado a Pablo”, insistió.