Defendió a su vecina y mató al hombre que la golpeaba: absuelto

Para la fiscalía y la defensa fue un hecho en legítima defensa propia y de terceros. Fundamentos de una sentencia detrás de otra historia de violencia de género.

7 de Julio de 2015 17:50

Por Redacción 0223

PARA 0223

La historia de violencia a la que Ayelén fue sometida por el padre de sus dos hijos terminó el 12 de diciembre de 2009 cuando un vecino respondió a su pedido de ayuda. El hombre de 32 años llegó en medio de una de las tantas golpizas que ella recibió y mató al agresor de una puñalada. Cinco años y medio después, fue absuelto por la Justicia.

La decisión del Tribunal Oral en lo Criminal 1 acompañó el pedido del fiscal Eduardo Amavet que requirió la absolución de Raúl Rodríguez al considerar que su accionar estaba encuadrado en la justificación de la legítima defensa, propia y de terceros. El planteo fue respaldado por la defensora oficial Carla Ostachi.

Para los jueces Facundo Gómez Urso, Aldo Carnevale y Eduardo Alemano la prueba aportada durante el debate no dejó lugar a las dudas acerca de la conclusión del Ministerio Público Fiscal. En la sentencia a la que tuvo acceso 0223 plantearon que “el acierto de la decisión del fiscal no admite discusión”.

 

Una historia de violencia sin fin

Ayelén vivía junto a sus tres hijos en una casa del barrio Belisario Roldán. Si bien hacía un año que se había separado de Claudio Paicil –padre de los pequeños- nunca pudo escapar de las amenazas, golpes y violaciones a la que era sometida por el hombre.

Paicil la acosaba de manera permanente, tanto en su casa ubicada en Coronel Suárez bis al 3100 o en las calles del barrio. “Donde me encontraba me tomaba del cuello, me ahorcaba y abrazaba, diciendo que no gritara y que simulara que éramos una pareja” declaró la mujer La simulación terminaba en distintos lugares, pero siempre de la misma manera: con una violación.

La visitas a los hijos –uno de los cuales no estaba reconocido- eran una excusa para abusar de ella. Paicil entraba de una patada a la puerta y forzaba a su expareja a tener relaciones sexuales, aunque los chicos estuvieran ahí.

La noche del sábado 12 de diciembre, Ayelén había terminado de darle de comer a sus hijos cuando fue sorprendida por su ex pareja. Paicil le golpeó la cabeza contra la pared e intentó desvestirla para abusarla, mientras los hijos mayores –de 4 y 5 años- lo golpeaban y le pedían que se fuera.

La mujer alcanzó a pedirle a los niños que pidieran ayuda, por lo que salieron y le contaron a Rodríguez lo que sucedía. Cuando el vecino ingresó, Paicil tomó un palo y comenzó a agredirlo.

Durante las audiencias, Rodríguez recordó que tras recibir varios golpes que lo obligaron a salir de la casa, reingresó con un cuchillo y le pidió a Paicil que se retirara. En ese momento fue abordado de nuevo por el agresor que logró tirarlo al piso y al realizar “una estocada defensiva", lo hirió mortalmente en el cuello.

Los testimonios de los otros vecinos que concurrieron al debate confirmaron cada uno de los dichos de Ayelén: su ex pareja volvía “para golpearla, pedirle plata y violarla”. De la situación –por muchos conocida- daba cuenta el rostro de la mujer, que en más de una ocasión apareció “moreteada, con marcas de golpes pasados en la cara".

 

Legítima defensa sin dudas

Para el Tribunal en lo Criminal 1 durante el hecho que culminó con la muerte de Paicil, siempre estuvo latente la agresión ilegítima de éste a su ex pareja y al vecino. Su fortaleza física demostró claramente que no iba a desistir de los ataques iniciados.

Cada una de las amenazas realizadas con anterioridad al desenlace “te mato a vos, lo mato a él y después me mato yo", la utilización de un palo de dimensiones suficientes como para lesionar y causar la muerte, los antecedentes de graves agresiones físicas y psíquicas respecto de la mujer, confirman la naturaleza del pedido hecho por la fiscalía.

Antes de absolver a Raúl Rodríguez los jueces también tuvieron en cuenta el comportamiento del hombre para auxiliar a su vecina, los intentos verbales y concretos para que Paicil cesara con su agresión y los informes de autopsia que confirmaron la mecánica planteada por los testigos.