Arroyo y la dictadura: “Me contrataron para arreglar semáforos”

En la esquina de Belgrano e Yrigoyen, este lunes fue carnaval, pero sin murgas. Carlos Arroyo festejó, sin desabrocharse un solo botón del piloto, el triunfo de su lista en las Paso del domingo: no sólo por haberle ganado la interna a Vilma Baragiola, sino por haber pasado por arriba al intendente Gustavo Pulti, su principal contrincante de cara al 25 de octubre.

En este contexto, Arroyo convocó a una conferencia. Respondió todas las preguntas de la prensa. Incluso aquellas que se le hicieron sobre su vinculación, en calidad de funcionario municipal, del Ejecutivo comandado por Mario Russak en plena dictadura cívico militar.

Como este medio llegó tarde a la convocatoria, tuvo que entrevistarlo solo. Todo fue bien hasta que apareció la misma consulta que en la conferencia. Arroyo entonces refunfuñó…

-¿No escuchó usted lo que dije?

-No, no lo escuché, Arroyo. ¿Qué dijo?

-Que a mi me contrató la Municipalidad para que resolviera el problema de los semáforos que quedaban funcionando en rojo y verde al mismo tiempo y chocaban los autos. Me hicieron un contrato por un mes. Hice un trabajo técnico. Yo nunca trabajé para la dictadura. Pero yo le quiero recordar a usted que jueces como Zaffaroni fueron designados en dictadura. O sea. En lo que el Gobierno llama dictadura, hubo un sistema judicial, un sistema escolar, el Estado siguió funcionando y esto es así. Por si no lo entiende, se lo voy a traducir: quisiera que me mostraran qué habeas corpus firmó la Presidenta, ya que habla tanto de derechos humanos. Yo firmé y lo tengo guardado. ¿Le queda claro? Lo firmé en 1977.

-¿Y por qué no repudia entonces el terrorismo de Estado? Ni siquiera ha firmado el documento legislativo del 24 de marzo…

-Los derechos humanos no se defienden haciendo actos, sino presentando hábeas corpus, como hice yo. ¿Le queda claro?

Según un perfil publicado en Revista Ajo, Arroyo ofició de cadete en la Marina y fue soldado en el Ejército. “Su primer trabajo para el Municipio fue arreglar la red de semáforos de la avenida Colón. Russak estaba al frente de la comuna, pero no era intendente, sino comisionado puesto a dedo por el gobernador de facto Ibérico Manuel Saint Jean: transcurrían los últimos años de la década del 70; la democracia era un recuerdo y una ilusión, la dictadura decidía quién vivía y quién moría”, se cuenta en la nota.

Unos párrafos más abajo se agrega que el amigo de Gustavo Breide Obeid no sólo tuvo un de contrato para arreglar semáforos, sino que siguió en relación laboral con el Municipio. “Cuando reparó los desperfectos, las autoridades municipales quedaron encantadas y le encomendaron una segunda misión: poner en marcha el estacionamiento medido. Al poco tiempo, lo que recaudaba el municipio de los automovilistas pasó a ser el segundo ingreso en importancia del municipio, después del pago de tasas”.