"Tonolec fusiona la integración de lo ancestral y lo contemporáneo"

Con su mayor formación, la del octeto electroacústico, Tonolec festejará a pura música sus primeros diez años de vida este domingo 16 de agosto a las 21 en la sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium. De la mano de sus creadores, la cantante y compositora Charo Bogarín y el músico y arreglador Diego Pérez, el grupo realizará una retrospectiva musical, pasando por las canciones más representativas de toda su obra en un show que dieron en llamar “La Celebración”. Como invitados estarán el coro de niños de Mar del Plata "Color Humano" y el cantautor Lucio Mantel.

En diálogo con 0223, Diego Pérez destacó la esencia del grupo que "fusiona la integración de lo ancestral y lo contemporáneo", resaltando la búsqueda personal por destacar y dar a conocer nuestras propias raíces, desde la cultura de los pueblos originarios, su lengua, los paisajes y una vasta cultura. 

-¿Bajo que premisa y en qué momento nació Tonolec?

-Con Charo Bogarín nos juntamos a trabajar y a componer juntos en el año 2000, con música electrónica que tenía otro estilo que la que se conoce hoy. Tuvimos la suerte de al poco tiempo poder viajar a tocar a España y en ese viaje fue donde se generó esta necesidad personal que tiene que ver con buscar más en las raíces. A partir de eso decidimos volver a Chaco y Formosa donde nos criamos y empezamos a conocer a los pueblos originarios, con la música de los Tobas y los Qom y aprender de ellos. Desde allí comenzó nuestro proceso de aprendizaje que nos llevó cuatro años y empezamos a integrar ambos sonidos y llegar al característico, identificando nuestro paisaje y el momento en el que vivimos a partir de la herramienta tecnológica. La esencia de Tonolec fusiona la integración de lo ancestral y lo contemporáneo.Una de las cosas más importantes fue la decisión de que esto sea un proceso de aprendizaje y no un remix de una grabación de un día para el otro. Fuimos a las comunidades, aprendimos de su lengua y cultura y eso nos transformó no solamente como músicos sino también como personas. En medio de ello se va gestando esa integración. Buscamos que los elementos no se tapen ni se sobrepongan, sino que se potencien. Buscamos que el sonido sea actual pero que también conserve la sabiduría de nuestros ancestros.

-¿Cuál es el mensaje?

-Creemos que el ADN nativo está despierto y muchas veces tratamos de comunicarle eso a la gente, porque muchas veces lo que más se sabe de los pueblos originarios es lo que menos tienen y lo que les hace falta, que es muy importante, pero también queremos comunicar que hay muchas cosas que sí tienen, como la rica cultura, los conocimientos ancestrales y un arte muy vasto.

-¿Lograron la respuesta que esperaban de parte del público?

-Fue increíble lo que ha ocurrido en esta búsqueda. Empezó a generar en la sociedad una sincronía y empatía muy fuerte con nuestra búsqueda y se generó un público muy heterogéneo. Buscamos desde el principio un mensaje simple y profundo a la vez. Nos empezaron a pedir nuestras letras desde los jardines de infantes para que los niños aprendan las cancinoes en qom y en guaraní. Es un orgullo para nosotros. 

-¿Cómo se logra complemetar la música y la parte visual en sus recitales?

-Trabajamos con un equipo de gente que toma el concepto de integración del cual hablamos. La idea es que eso se expanda a los diferentes aspectos de nuestros recitales. Tener un vestuario que haga esa noche especial y que profundice nuestro lenguaje es muy importante porque hace a la propuesta integral y ayuda a sumergir al público en un viaje musical y visual. 

-¿Qué balance hacen de los primeros diez años?

-Nuestro priemer compromiso fue ser consecuente con nuestra búsqueda, encontarnos con nuestra propia identidad sin renegar de nada, ni lo actual ni lo pasado, sino tratar de incorporar todos los elementos. Sentimos que a pesar de los diez años que han pasado, es un camino que recién empieza por la gran diversidad de culturas que conviven en Latinoamérica y la riqueza inmensa de nuestras tierras.