¿El langostino aumenta porque disminuye la merluza?

Los desembarques del marisco no paran de crecer, pero los de merluza son cada vez menores. Desde ell Inidep abren interrogantes sobre las causas del fenómeno y piden analizar todas las variables. 

27 de Agosto de 2015 08:46

“Si esto sigue así, en un par de años puede haber langostino a 24 horas de Mar del Plata”. El pronóstico de un armador pesquero que lleva años tirando las redes en las aguas del océano Atlántico es más una muestra de deseos que una sentencia.

El langostino protagoniza un fenómeno del que ya nos hemos referido en Puerto de Palos. El crustáceo no deja de romper récords de desembarques año tras año y es el único pilar que sostiene lo que queda de una industria cuyos cimientos han sido corroídos por la falta de rentabilidad de sus principales productos. 

Pero en la sobre abundancia del langostino hay un interrogante que sobrevuela a la pesca nacional. ¿El crecimiento exponencial del marisco puede relacionarse con la disminución de la biomasa disponible de merluza?

Karen Fischbach y Daniel Bertuche integran el grupo de Crustáceos del Inidep. Son los autores del Informe Técnico 14 del 2015, en  el que no solo analizan el crecimiento de la pesquería de langostino desde 1991 hasta el 2014, sino que abren el interrogante sobre una posible modificación del ecosistema marino a partir de la disminución de los peces.

En el período 1991-2014 se declaró un desembarco total de langostino proveniente del área patagónica de 1.032.600 toneladas. Más de la mitad de este desembarco, -653.000 toneladas-, fueron declaradas en los últimos 9 años con la particularidad de que la captura ha sido siempre creciente.

El promedio de desembarco total anual de 25 años analizados dio 43.032 toneladas. Pero la curva se dispara hacia arriba entre 2006 y 2014, en que fueron 72.596 toneladas. Y subiendo, puesto que el año pasado es el quinto período consecutivo con un desembarco anual declarado de langostino superior a 70.000 toneladas. Y la segunda temporada con un desembarco anual mayor a 100.000 toneladas. El anterior había sido el 2013. 

Fischbach y Bertuche trabajan en el Programa de Pesquerías de Crustáceos en el organismo de investigación. Los científicos de este Proyecto no creen que el aumento de la abundancia de langostino pueda explicarse solo como el resultado de un buen manejo pesquero: retrasar el inicio de la cosecha hasta que los ejemplares tengan el mejor tamaño/mayor valor comercial.

Tampoco los récords de desembarques se explican porque haya un mayor esfuerzo pesquero, es decir, que ahora haya más barcos pescando langostino que antes. Esa regla solo se aplica en jurisdicción de Chubut con su descontrolada e insaciable flota artesanal que opera en Rawson.

Al revisar el historial de la duración de las mareas, lo que tarda un barco congelador en zarpar, pescar, completar bodega y volver a puerto, advierten que las mismas se han acortado. Han pasado de 30 o 40 días en la década del 90, hasta 10 días o aún menos en los últimos años.

“Parece claro -dice el Informe- que la única explicación posible del aumento sostenido del desembarquede langostino es un incremento de su abundancia” al tiempo que sugieren analizar todo el ecosistema para buscar respuestas más concretas.

Pero el Inidep mucha certidumbre no puede brindar. Hace más de 18 meses que por un reclamo laboral de los tripulantes de los buques de investigación, estos no se separan del muelle. Sin campañas no hay datos para corroborar el fenómeno. 

Ante la imposibilidad de indagar en las profundidades del océano, los científicos del Grupo Crustáceos citan ejemplos de lo que ha pasado en otros confines del mundo. “La disminución de la abundancia de poblaciones de peces ha sido, en algunos ecosistemas, la causa de la aparición de altas e inusuales densidades de crustáceos parientes del langostino argentino comercialmente valiosos que devienen en pesquerías monoespecíficas muy exitosas”, remarcan.

Claro que si bien así se generan sistemas simplificados que son más fáciles de manejar y económicamente más valiosos que las pesquerías que reemplazaron, advierten que para algunos autores, esta situación es peligrosa porque los ecosistemas se hacen más inestables y vulnerables.

Los peces que faltan fundamentalmente son ejemplares de merluza hubbsi, principal especie desembarcada por la flota marplatense y sostén de toda la estructura productiva en tierra, pero que ha sido sometida a un excesivo esfuerzo pesquero en las últimas décadas.

El estado biológico del stock de merluza que se encuentra al norte del paralelo 41º de latitud sur, el más próximo al puerto marplatense, es más que precario. Las autoridades han impuesto una zona de veda durante su ciclo reproductivo aunque las capturas se siguen componiendo mayoritariamente de ejemplares juveniles. 

En 20 años las capturas declaradas sobre este stock de merluza disminuyeron un 80%. En 1995 se declararon descargas por 128.364 toneladas. Una década después fueron 61.280 toneladas. El año pasado, apenas se desembarcaron 24 mil toneladas. 

Sobre el stock Sur, el principal de la pesquería, se ha dispuesto una zona de veda permanente de protección de juveniles, de 12 mil km2, más un adicional de esfuerzo restringido. Ambas medidas de manejo han permitido una recuperación incipiente de la cantidad de peces disponible para ser pescada por la flota comercial.  

La estadística oficial reporta que en este sector al sur del paralelo 41 la flota nacional pasó de desembarcar 449 mil toneladas en 1995, a 296.666 en el 2005. La pérdida de capturas siguió evolucionando y el año pasado se contabilizaron apenas 232 mil, aunque hay que tener en cuenta la falta de estímulos de los armadores para ir a pescarla en los últimos años.

A falta de certezas, desde el Programa de Pesquerias de Crustáceos del Inidep proponen caminos para buscar respuestas. Cuál es la causa del aumento sostenido de las concentraciones de langostino, por qué dichas poblaciones se localizan en nuevas áreas, que amplían el área total de distribución hasta una escala sin precedentes, se preguntan los científicos del Grupo.

Hasta el año 2000 el desembarco de langostino proveniente de la jurisdicción provincial de Santa Cruz fue levemente superior al resto y se mantuvo sin variaciones anuales durante el periodo 2000-2009. Pero a partir de 2010 la situación cambia; crece el desembarco de la jurisdicción nacional y disminuye el proveniente de Santa Cruz.

Crecen las capturas fuera del Golfo San Jorge y se amplía el área donde pesca la flota. El Informe 14 toma solo los barcos que han contado con observadores a bordo para distinguir dos periodos: desde 2007 al 2010 y otro entre 2011 y 2014.

En el último segmento se observa una distribución más extendida de las operaciones de pesca al este de la longitud 63°W y al norte del paralelo 42°S. “En los últimos años, aunque en un orden de magnitud mucho menor, comienza a producirse el desembarco declarado de langostino capturado en el Golfo San Matías, jurisdicción provincial de Río Negro”. Acá es donde el pronóstico inicial del armador fresquero marplatense deja de ser una expresión de deseos y se reviste de sentido. 

No hay manera de corroborar científicamente que la explosión de langostino sea una consecuencia de la disminución de la merluza. Pero algo es claro, la hubbsi cada vez está más lejos de Mar del Plata, factor que no solo revela la merma de las concentraciones disponibles para las redes de arrastre, sino que eleva la incertidumbre de poder completar bodega en un tiempo acorde con la sustentabilidad sanitaria del pescado.

Nadie tiene certezas para refutar la queja frecuente en la mesa de fileteado, donde los trabajadores protestan por tener que manipular merluza podrida.