Los verdaderos locos de este cuento

RonDamon lanzó su nuevo disco, Sí serás. El cantante, Mingo Tambourindeguy, habla sobre extraterrestres, la energía que se transforma y lanza una crítica al consumismo.

Hacia el mundo. RonDamon presentará Sí serás en Argentina, México, Costa Rica y Brasil.

5 de Enero de 2016 14:56

La diferencia es mínima. El Chavo dice Si serás. Incluso habría que agregarle unos puntos suspensivos, Si serás..., porque la frase queda flotando en el aire para no pronunciar un insulto al final, esa es la gracia. RonDamon mantuvo la estructura, pero le agregó un acento: Sí serás. Ese cambio en la ortografía, tan simple, construye una afirmación sobre el compromiso de ser. Esas dos palabras y ese acento como título de su nuevo disco resumen buena parte del espíritu de la banda. Ellos dicen que alguien va a ser. Que es cuestión de hacer.

Hacer. Ellos hicieron, hacen. Una carrera, van trece años, y un disco, el cuarto, que confirma el éxito de insistir en el terreno de la voluntad. Sí serás, desde lo técnico, es una obra brillante, suena con la exactitud de cualquier banda mainstream. La producción estuvo a cargo de Néstor Ramljak, líder de Nonpalidece, y las canciones salieron, en principio, de las guitarras de Mingo Tambourindeguy y Baltazar Ávila. Había treinta, eligieron trece. En estudio, entre todos, encontraron la forma y los detalles. Néstor, como productor, trabajó para subrayar el estilo de la banda. Fue un proceso de casi dos años. Mingo explica que le mostraron todo lo que tenían. “Hubo temas que me costó dejar afuera, pero bueno, mejor, quedan para otro disco. Encaramos el trabajo con un criterio muy variado, hay temas roots, oscuros, hay baladas, temas más power, otros más pop. Es un disco bien heterogéneo”, dice.

- ¿Cómo hicieron dentro de esa heterogeneidad para mantener la identidad del grupo?

- Creo que el único hilo conductor entre todas las canciones es que las tocamos nosotros. No hay otra conexión, porque no es un disco conceptual tampoco. Después de tantos años tenemos un estilo de tocar, son pequeñas cosas características que no las perdimos, aun trabajando con un productor, que es el miedo que yo tenía. Néstor, quedó claro, es un buen productor, nos potenció en nosotros mismos. Lo que se escucha es RonDamon.

- Me decís que la identidad está en cómo tocan ustedes. Bien. ¿Cómo toca RonDamon?

- No sé. Somos muy amigos entre nosotros, puede que eso haga al estilo. Pero no sé qué contestarte. Tal vez mi voz tenga algo que ver también, pero el estilo y la identidad no sé cómo definirlos. Nuestras influencias tienen algo que ver. El Balta no es un guitarrista común, nuestro bajista, el gato [Gastón Lescano] tampoco. La verdad, no sé.

La pregunta no tiene una respuesta concreta, Mingo da en el clavo. La identidad en el arte es una combinación única de elementos más o menos comunes. Algo así como un fractal que define su diseño de acuerdo al trabajo, a las casualidades, a las ideas, a la amistad, a las circunstancias, a los errores. De esa combinación puede surgir cualquier cosa. Algo distinto, tal vez. RonDamon, por ejemplo.

- ¿Qué diferencias encuentran entre Sí serás y los discos anteriores?

- Antes que nada quiero aclarar que sin los discos anteriores no existiría este. Queremos mucho a las otras canciones. Aun así, creo que la diferencia está en que antes nos gustaban varios temas y otros quedaban por debajo. En este disco nos gustan todas las canciones. Nos emocionan todas. Y eso es muy bueno. Nos sirvió buscar una mirada de afuera. Aprendimos un montón. Nosotros creíamos que teníamos la posta y nos dimos cuenta que es genial que alguien te marque un poco el rumbo.

- ¿Y en cuanto a las letras?

- En este disco tocamos tópicos distintos. Somos pibes más grandes. La vida que estás llevando se refleja en un disco. Hablamos de la energía, que nunca habíamos hablado. Hablamos de amor, de la guerra y de la vida. En cierto modo, hicimos un disco más filosófico. Las letras son muy diferentes a los discos anteriores.

- ¿Te sentaste a escribir en esa búsqueda o salió así naturalmente?

- La verdad es que salió así naturalmente. No busqué palabras lindas ni complicadas, es un disco que va al hueso. Para todo público. Nada fue premeditado.

"El único hilo conductor entre todas las canciones es que las tocamos nosotros".

Durante la charla se forman silencios extensos. Mingo toma mate con miel y yo trato de garabatear algunas frases que más tarde pueden servir para hilar la entrevista. Es un ejercicio casi siempre inútil, pero es una referencia de lo que está sucediendo. Mientras escribo que las nuevas letras tienen una sustancia distinta, posiblemente con más proyección poética que las anteriores, comienza a sonar de fondo la canción ¿Quién es el loco? un reggae roots que reflexiona sobre la existencia de culturas extraterrestres.

 

Abren puertas del cielo

Alguien está viniendo

Parece ser que es un ángel

Parece pero no es cierto

¿Quién es el loco en este cuento?

 

- ¿Cómo es la relación de la banda con los extraterrestres?

- Yo creo en la existencia de extraterrestres. En la religión hay mucha gente que está profesando su fe y sus certezas no son tan ciertas como ellos creen. Nosotros lo mostramos como que puede ser otra cosa. Por eso preguntamos quién es el que está loco. Es un tema que te puede hacer pensar diferente.

- No recuerdo ahora una canción en el reggae que hable sobre extraterrestres...

- Creo que no hay. Lo que más nos importa es que lo que decimos puede ser cierto. Decimos que hay hombres que creen ser sabios. Ellos interpretaron el mismo libro de distintas formas, esas verdades pueden ser otras cosas.

- ¿Cómo te imaginás a los extraterrestres?

- Hay varios tipos. Algunos se parecen a nosotros. Otros son muy altos y otros tienen el formato clásico de las películas. Debe haber unas veinte clases, calculo a grosso modo. Todos con diferentes funciones.

- ¿Cuáles, por ejemplo?

- Algunos tienen la misión de ayudar, de educar. Esos tienen data. Y otros no tanto. Pero son los menos, no pasa nada.

Otro silencio. Otras preguntas.

- El reggae nace como un género musical político. ¿Ustedes se sienten parte de ese grito político o sólo toman la estética musical?

- En la banda particularmente no ejercemos la militancia hacia un partido. Pero sí mostramos nuestros puntos de vista sobre cosas que creemos que están mal. Por ejemplo las peleas por el poder, la religión, la guerra, la ambición. Eso también es política. Creo que hablar de revolución a través del amor también es política. Si política es sinónimo de revolución, hacer un tema de amor es también revolucionario. Estamos en contra de la multinacionales, del consumismo. Lo nuestro no es partidario, pero sí es político, eso es claro.

El disco sigue avanzando y llega Energía, tal vez la canción más lograda. Base en dub y unos versos que desafían la idea de inmortalidad. La muerte es –sugiere– una etapa de la eternidad. El concepto es complejo y está bien resuelto, escapa de lugares comunes que lo arruinarían todo en el primer compás.

- Con mucho respeto. Hablar de la energía en una canción puede ser una tremenda cagada. El tema de la energía, de fluir, de la unión del universo, todo eso es muy fácil que suene a autoayuda. ¿Cómo se piensa una canción para salir de ahí?

- La verdad, no sé. Creo que me basé en determinados principios científicos que hablan sobre la transformación de la energía. La energía no se termina, se transforma. Surgió desde ahí y se aplica para todo lo que está en el planeta, incluso para nosotros. Hay energía, eso existe. Tiene su lado espiritual, pero hablo de la eternidad de uno, en esta forma humana o en otra. 

- ¿Reencarnación?

- No necesariamente. Un pedazo tuyo, por ejemplo, cuando no estés, va a estar en la tierra o en el aire en forma de calor. Y a la vez vos tenés algo de un caballo medieval o del polvo que anduvo por el desierto. Puede ser. Viene por ahí. La suma de las cosas que te hacen ser vos van a estar dando vueltas. A eso me refiero.

"Debe haber unas veinte clases de extraterrestres. Todos con diferentes funciones". 

Si algo caracteriza a Mingo Tambourindeguy como compositor y estudioso de la escena reggae es la picardía para señalar genialidades en las canciones populares. Es una virtud que tiene, sabe escuchar ese fraseo, esa palabra, esa vuelta en la melodía que despega el tema de otros parecidos. Después, cuando se sienta a componer, pone en movimiento todos esos recursos. Su voz, primera señal, es una mixtura entre Bob Marley, Guillermo Bonetto y Mick Jagger. Cuando canta en inglés está más cerca de Jagger. Cuando canta en español vuelve a las raíces. No es casualidad, su formación musical sucedió en esas escuelas. “Durante años escuché a los Stones y no escuché ninguna otra banda, porque ahí tenía todo lo que quería escuchar. Un nabo, pero bueno. Ahí hay blues, balada, rock and roll, todo. Alguien me tendría que haber pegado una cachetada en esa época”, dice.

- ¿Y cuándo llegó Marley?

- Seguramente lo descubrí en mi casa, porque mi hermano lo escuchaba siempre. Pero el día que dije que quería hacer reggae fue cuando cayó con un cassette que de un lado tenía canciones de Culture y del otro Frecuencia Cafre, el primer disco de Los Cafres. Ese día entendí que el reggae también se puede cantar en castellano. Los Cafres fueron de los primeros que hicieron reagge en español con letras poéticas y coros tipo Israel Vibration. El cantante tenía dreadlocks hasta la cintura. Ahí me dije que quería ir por ese lado.

RonDamon nació en La Mula Plateada, mítico espacio de rock que merecería un libro extenso y bien cargado de anécdotas extraordinarias. El inicio fue con algún que otro instrumento y muchas ganas. Cuenta Mingo –se emociona cuando lo cuenta– que Adolfo, el dueño de La Mula, los alentó a que le dedicaran tiempo a la música, les dio comida, lugar para ensayar y los contactó con otras bandas de reggae que en ese momento, allá por el 2002, recién daban sus primeros pasos fuertes. Los Cafres, por citar una, tocaban en La Mula. Dread Mar I. Nonpalidece. Riddim. Fidel Nadal. Y muchas más. Ahí entremedio estaba RonDamon, abría shows y organizaba cada tanto fechas propias. Las vivieron todas: lluvia arriba de la consola, se quedaron sin nafta para el generador eléctrico en el medio de los conciertos y hasta salieron de gira en la caja de un flete, cuatro horas con el viento en la cara abrazados al bombo de la batería. “Hoy hay pocas bandas de reggae porque es muy difícil mantener una banda de reggae unida. Hacen falta muchos músicos, combinar horarios para ensayar, hay que dejar cosas importantes personales de lado. Pensá en una banda que está empezando, que no tiene lugar para juntarse, que tiene que invertir, que pierde plata cuando toca. Es difícil mantener eso”, dice Mingo.

- Ustedes trabajaron duro y crecieron. ¿Qué sigue?

- El objetivo es que todos los RonDamon vivan de la banda. Más que nada para estar concentrados en el proyecto, queremos estar ciento por ciento pensando en música. Si la banda toca y a la gente le gusta, en algún momento se va a cumplir. Ahora lo que tenemos que hacer es salir a defender un disco que nos gusta mucho.

- ¿Conciertos?

- Vamos a presentar el disco en Mar del Plata y en Buenos Aires, calculo que en marzo. Después, estaremos por Brasil, México, Chile y Costa Rica. Este disco es el arma que nos faltaba. Siempre nos pasa que sacamos el disco después de tocar un año las canciones en vivo, entonces el disco ya es viejo cuando sale. Esta vez nos cuidamos mucho.

Con el último mate, Mingo suelta un comentario: “Nosotros siempre apuntamos a grabar un disco así. Apostamos mucho a la banda. Hemos dormido en el suelo, hemos salido de gira sin tener nada para comer. Ensayamos, trabajamos como profesionales. En algún momento íbamos a llegar”.

Lo hicieron. Llegaron.