El espaldarazo de Vidal para que Arroyo se le plante a Aldrey

En su última visita a Mar del Plata la gobernadora le dio su apoyo al intendente en su puja con el dueño del multimedios La Capital. El voto de confianza también esconde un planteo para que tome definiciones y resuelva los conflictos. 

6 de Enero de 2016 20:16

Vos sos el intendente, Fernando. Nadie más”, dijo Vidal en una reunión este lunes, en Mar del Plata.             

Para entender el mensaje hay que remontarse al pasado. No mucho, apenas unos meses. Agosto. Carlos Fernando Arroyo ganó su interna frente a Vilma Baragiola, muy cómodo, como se esperaba. Pero con el correr de las horas ya del lunes 10 de agosto se afirmó la tendencia y, además de convertirse en candidato a intendente de Cambiemos, fue el precandidato más votado en General Pueyrredon. Se volvió, entonces, el blanco del intendente Gustavo Pulti y su equipo.

Desde Cambiemos comenzaron a denunciar una campaña sucia sin precedentes en la historia de Mar del Plata. Y se la atribuían a Pulti, claro está. Pero también iban más allá: “Y a su jefe de campaña Aldrey Iglesias”.

A partir de allí, Arroyo comenzó a deslizar algunas críticas, nunca tan directas como las de sus laderos. Por caso, aseguró que propondría cambiarle el nombre al Paseo Aldrey para llamarlo René Favaloro y que el propietario del multimedios La Capital sería un vecino más en su eventual gestión. Desde las páginas del diario volvían granadas contra el candidato de Cambiemos.

Probablemente, en otras circunstancias, el macrismo a nivel nacional no se hubiera metido en una pelea de pago chico. Pero Aldrey no se dedicó solo a Arroyo, también le apuntó a la frente a Mauricio Macri, rival del hijo putativo del empresario, Daniel Scioli. El resto de la historia se conoce: Arroyo se convirtió en intendente el 25 de octubre y Macri en presidente el 22 de noviembre.

Así, volvemos al lunes por la mañana, antes del desembarco de Macri a Mar del Plata, en su primera visita como presidente de los argentinos. La gobernadora visitó la terminal de cruceros y se reunió con el intendente y su equipo. Entre mensajes inspiradores, le ratificó el apoyo para mantener la disputa con el dueño del multimedios La Capital.

En rigor, hasta el momento el intendente y el empresario protagonizan una guerra fría. Se ignoran. La única medida concreta de la gestión municipal fue intimar a Aldrey para que identifique con el nombre de Estación Terminal Sur al sector cultural del shopping que montó en la Vieja Terminal. Lo hizo al mismo tiempo que trataba de resolver conflictos con municipales, guardavidas y cooperativistas. Si el verdadero objetivo era la pelea con Aldrey, falló el sentido de la oportunidad.

El resto fueron gestos. La gestión Pulti-Scioli acostumbraba a convocar conferencias, reuniones, encuentros, entrevistas y cualquier otra cosa en el Hermitage o el Hotel Provincial. Incluso, Aldrey se subía a estrados principales en actos institucionales en los cuales su presencia no tenía justificación alguna. Arroyo, en cambio, no llevó ninguna actividad oficial a tierras gallegas.

Si se mantiene en ese camino, la decisión del intendente de quitarle protagonismo y poder a Aldrey Iglesias es saludable. El empresario se había acostumbrado a ajustar las normas a su conveniencia. Pero algunos están atentos porque, como ocurre a nivel nacional, la balanza parece inclinarse rápidamente hacia el Grupo Clarín. Ya dijimos desde este espacio que no cayó bien la decisión de lanzar la temporada de teatro marplatense en el Espacio Clarín, cuando el municipio dispone de escenarios más representativos y bonitos para un evento de esas características. Días después, el propio intendente asistió a la inauguración de ese espacio. Sacar a uno poderoso y poner a otro más poderoso no parece ser la solución.

Todavía es muy pronto para afirmar que el quiebre de la relación entre Arroyo y Aldrey es definitivo. Y muy pronto, también, para saber si el grupo Clarín será bendecido exageradamente por esta gestión municipal. Habrá que esperar.

Lo cierto es que Arroyo recibió un espaldarazo de la gobernadora y el propio presidente Macri el último lunes. “Vos sos el intendente”, le dijo Vidal. El voto de confianza es también un traspaso de responsabilidad. Arroyo, hoy, tiene que gestionar una ciudad repleta de problemas. La gobernadora reconoció la compleja situación que heredó el líder de la Agrupación Atlántica, pero eso no lo exime de resolver los conflictos.

Este miércoles los municipales volvieron a amenazar con un paro, si para el viernes no tienen depositados los salarios. Algo similar ocurre con los recolectores de residuos. Ya se sabe que la responsable de pagarles los sueldos a los trabajadores que juntan la basura es la empresa 9 de Julio. Pero, por si las dudas, la empresa ya le avisó al Sindicato de Camioneros que esté atento. “Miren que no cobran, eh”, le dijo un hombre de la firma a un dirigente gremial. La frase esconde un pedido implícito: paren.

Además de las complicaciones financieras también comienzan a surgir las políticas. Arroyo todavía no le encuentra un reemplazante a Julio Razona en la Secretaría de Seguridad. La ausencia, por ahora, pasa desapercibida. Pero ante la primera situación difícil más de uno le recordará al jefe comunal que el área está acéfala. Y por si fuera poco, el abogado penalista sigue haciendo catarsis por Twitter. Hoy mismo escribió que le informó a Arroyo y al fiscal de Delitos Económicos David Bruna “hechos de corrupción de la gestión anterior”. “Responsables: dos funcionarios ratificados por Arroyo”, añadió. Sin nombrarlos, les apuntó al jefe de la Policía Local, Fernando Telpuk, y al titular del Centro de Monitoreo Sergio Andueza, quienes fueron traídos por Pulti y mantenidos en los cargos por Arroyo.  

Tampoco nombró un titular de Defensa del Consumidor, un área sensible, especialmente en verano, cuando históricamente se desplegaba un dispositivo especial para dar respuestas a turistas. A pesar de estas ausencias, Arroyo ya designó más de 70 funcionarios, muchos de los cuales son pagos políticos, aunque él se rasgue las vestiduras y afirme que cada persona que elige para un puesto es la indicada.

En ese marco de acuerdos y favores, hay varios que recorren las inmediaciones de la Municipalidad a la espera de una caricia que no llega. “Se olvidaron rápido”, lanzan al aire. Nadie se hace cargo de esas quejas y el malhumor de algunos crece.