Leo Poletto: “De una pasión pude hacer una carrera”

Productor, músico y docente. Pasado y presente de un artista que aún tiene muchos conocimientos para compartir y decir a través de sus canciones.“Quería cambiar, sino no valía la pena volverme solista”, manifestó.

Fotos: Mara Sosti.

 

 

11 de Octubre de 2016 13:21

Leo Poletto cuenta – entre guitarras, consolas, computadoras, amplificadores y demás artefactos tecnológicos – que le llevó mucho tiempo (y dinero) incorporar todo lo que tiene en su estudio de grabación – Atenas – de Saavedra y Jujuy. Ahí es donde recibe a 4MROCK, epicentro de largas jornadas de grabación, charlas y zapadas. Lo que vendría a ser su lugar en el mundo, en el que pasa gran parte de sus días, rodeado de la música que endulza sus oídos.

Un par de cuadros adornan las paredes de su espacio de trabajo. Ahí están reflejadas las producciones que supo grabar en sus anteriores proyectos, mientras señala la Les Paul negra – con la leyenda Poletto – que luego tomará para posar ante los flashes fotográficos que ilustrarían esta entrevista. Entrevista que sacó a relucir su costado docente en el Instituto CEM, su pasado y presente como productor, lo que significó para él dejar la guitarra en vivo y dedicarse puramente a cantar, como también su nuevo proyecto: Leo Poletto Band.

 

 

Leo puntualiza que, entre sus ocupaciones, una de las que más satisfacciones le genera es la de dar clases. “El director del Instituto CEM, Roberto Aramburu, me convocó para que enseñe Técnica de Grabación 1 y 2, como también Sonorización y Grabación en vivo dentro de la carrera Producción Musical. Antes, era únicamente de inglés, pero ahora es terciario”, dice.

-¿Qué te genera?

-Hace dos años que trabajo ahí y estoy realmente muy contento. Lo disfruto muchísimo. Me parecía que en Mar del Plata no se podía grabar de la misma manera que en Buenos Aires. Me daba la impresión de que no se grababa de la forma correcta, es decir, no se salía del formato típico de ensayo. Eso mismo era la grabación del disco. Entonces, en vez de un disco terminaba siendo un demo largo, le faltaba la producción. Por eso me involucré bastante en ello. Como la música te da otros tiempos, pude hacer muchos viajes y estudiar con los ingenieros más importantes del país como Mario Breuer, Amilcar Chilavert y Pablo Rabinovich.

-¿Te lleva mucho tiempo?

-Unas 15 horas semanales, más o menos. Más el tiempo de preparar las clases, pero es algo que disfruto mucho, porque me gusta muchísimo. He hablado con colegas que saben muchísimo pero particularmente no les gusta dar clases.En mi caso, está relacionado a poder compartir el conocimiento que tengo. De una pasión pude hacer una carrera y eso no es poco, tanto con la música como la producción y creo que eso es valorado.

“Hoy por hoy, lleva grabados unos 300 discos”.

 

 

 

 

“Todos necesitamos un productor”

Cuando empecé, prácticamente no había muchos productores en Mar del Plata”, confiesaLeo con una sonrisa, mientras recuerda que “las primeras producciones que hice como músico con un productor externo fue con Daniel Gorostegui, que es un gran tecladista, que estaba en “Don Cornelio y la zona”. Me enseñó muchísimo, después ya conocí a Martin Carrizo con el cual laburé en la producción de  “No me dejes caer” el disco de “Corderos”. Así me fui metiendo en la producción, viendo cómo laburaban los que más saben”. Hoy por hoy, lleva grabados unos 300 discos. “Una animalada”, desliza.

-¿Más de 10 años en la producción, no?

-En total, 13. Empecé en el 2003 laburando  con banda de rock amigas o algunos seguidores de “Corderos”, dándoles una mano. Ahíempecé a ver que era súper importante el trabajo del productor. Desmalezar un poco lo que el músico traía de la sala de ensayo, elegir los sonidos, darle una mano con las estructuras de las canciones que capaz eran incorrectas y volcar lo que el músico quería decir emotiva y artísticamente a un lenguaje entendible. Cuando me largué, trabajé con “La Ira de Jaqke”, con la cual sigo laburando hace más de 10 años, hice toda la producción de la carrera de “Ligeia Circus”, que fue una banda importantísima acá.

-¿Qué te gusta más? ¿Trabajar con músicos que sepan trabajar con un productor o quienes nunca lo hicieron con uno y eso represente un desafío para vos?

-Hay pocas bandas que están acostumbradas a trabajar con productor en Mar del Plata, esa es la verdad. Siempre es un desafío, quizás el músico que tiene más experiencia, es más abierto, pero porque tiene más experiencia a la hora de poder llevar a la práctica un arreglo, que quizás sería más difícil para un músico nuevo. He trabajado con gente muy experimentada y con chicos más jóvenes. Pero es más fácil trabajar con un músico que tenga cierta experiencia, sin duda.

-¿Qué rol cumple un productor?

-Varios. Elegir el material, las tomas de cada instrumento y los sonidos, por ejemplo. En casi todas mis producciones utilizo mis guitarras y mis equipos, porque sé que ese sonido va hacer el correcto. En cuanto al material, busco saber qué va a decir el disco. Por eso le pido a las bandas que me traigan varios temas más de los que después van a quedar. Si quieren hacer un disco de 12 canciones, pido que me traigan 16 o 18. Después, me fijo que si la canción es larga, de 5 o 6 minutos, sepa para dónde va. Si tiene esa duración, lo tiene que merecer con distintas facetas. La parte de las voces es otra parte que me gusta mucho. Los cantantes de rock, en especial, estamos acostumbrados a cantar las canciones en un determinado tono que tiene que ver cómo está armado el riff y quizás ese tono  no le queda bien por la tesitura de la voz. Entonces hay que cambiar el arreglo vocal o transponer la canción para que le quede bien  y se pueda lucir.Todos necesitamos un productor, de hecho, cuando hago mis grabaciones también utilizo uno.

En el medio, Leo recuerda que “si bien empecé con un solo micrófono, me he cruzado con un montón de personas que me han ayudado. El primero que confió en mí fue Gerardo Sáenz, hace 13 años. Él tenía Mix, un estudio muy emblemático de Mar del Plata. Quizás no lo sabe, pero para mi carrera fue muy importante. Me enseñó a tener una carrera respecto a la producción y la grabación. Después sí pude empezar a sumar más micrófonos, equipos, etcétera”.

“Está bueno mirar un poco el pasado para darse cuenta de dónde está uno hoy”.

 

 

 

De guitarrista a cantante

De un tiempo a esta parte, Leo dejó la guitarra y se abocó exclusivamente a cantar, al menos en las presentaciones en vivo – compone con las seis cuerdas y conserva varias de sus violas en su estudio – junto aPoletto Band. Los chicos de la banda se encargan de los arreglos porque tengo plena confianza en ellos como para saber que van a hacer lo correcto”, deja en claro.

-¿Cómo fue la transición de guitarrista a cantante?

-Me costó dejarlaporque estaba protegido atrás del instrumento. Cinco años atrás no sabía qué hacer con las manos (risas). En los primeros recitales me costó, hasta que me di cuenta que podía interpretar las canciones de otra manera. Hoy por hoy te digo que no volvería a tocar la guitarra en vivo y si lo haría, lo haría por diversión. Si toco la guitarra, estoy muy pendiente de los acordes, los pedales… si lo hago ahora, sería muy injusto con la canción.

-¿En los ensayos tampoco te dan ganas de zapar un rato?

-Ahí sí, toco muchísimo. Toco más ahora que cuando estaba en “Cabrío”. Me la paso todo el día en el estudio, entonces, agarro las guitarras que tengo – soy un poco coleccionista – y me cuelgo un rato largo. Además, toco para muchas producciones de muchos artistas. Ahora estoy produciendo el disco de Limousine, la banda de Hugo Torasso. La diferencia es que ahora disfruto mucho más la guitarra, sin la presión de hacerlo sí o sí.

-¿Tu primera viola?

-Una Faim, que después vendí. Creo que en los 90 todos arrancamos con una Faim. Al tiempo la vendí, y cuando me compré mi primera Fender americana y otras violas, quise recuperarla y nunca la encontré. Sin embargo, un amigo me regaló una exactamente igual, que sí conservo. No soy demasiado nostálgico, pero está bueno mirar un poco el pasado para darse cuenta de dónde está uno hoy.

-¿Cantante desde cuándo?

-Me largué con la guitarra y a mitad de los 90 armé una banda con Gabriel Parín, que luego fue el guitarrista de “Los Caballeros de Pedro Juan”. Ahí me largué a cantar, un poco por necesidad. En la época de “Corderos” ya tenía el rol asumido.

 

 

Se viene "La Roca"

A fines de octubre – probablemente – Leo lanzará “La Roca”, su primer disco como solista. Por ahora – según cuenta – será digital, pero no descarta editarlo de manera física. “Muchos me dicen que hoy por hoy es una pérdida de tiempo y/o dinero invertir en el formato físico, pero quiero tenerlo en mis manos. Serán 11 canciones originales mías, todo en formato de banda. Tiene una diferencia con ‘Corderos’ y ‘Cabrío’: usamos secuencias y sintetizadores.Quería cambiar, sino, no valía la pena volverme solista. Sino, seguía con Cabrío. Lo que no cambió fue la polenta”.

“Esta semana lanzamos ‘La Roca’, la canción que le da el nombre al disco. Se trata de un disco conceptual que habla de los lugares que uno conoce cuando va a tocar al interior del  país. En este caso, se trata de un bar de Santa Fe, en el cual me encontré con un montón de personajes e historias y eso me inspiró.

En este trabajo, Leo contó con la participación de dos invitados de lujo como Pato Duhalde (ex Dios los Cría) y Joanina Deangeli, que ganó Operación Triunfo hace dos años. “Los dos son amigos, uno del rock, otra del pop. Se sumaron para aportar y quedé muy contento”, reflexionó.

-¿Qué ideas pasan por la cabeza de Leo Poletto, hoy por hoy?

-Cuando uno empieza, en la adolescencia, escribe sobre el amor y el desamor. La chica que a uno le gusta no le da bola. Después llega el momento de lo social. En este momento, estoy en algo más filosófico. Hay muchas cosas que se estabilizan en la vida, emocionalmente. Este álbum tiene un montón de personajes de un bar, pero visto desde el lado filosófico. Por ejemplo, a un borracho lo comparo con Charles Bukowski, un tipo que me encanta leer, del cual siempre paro la vista con las frases que tira.

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