Crimen de Mario Riera: careo entre el testigo de identidad reservada y un imputado

El hombre confirmó que vio a Junior Balbuena salir corriendo con otra persona después de los disparos. Las defensas pidieron incorporar nuevos testimonios.

26 de Octubre de 2016 16:42

Por Redacción 0223

PARA 0223

El dato saliente de la tercera jornada en el juicio por el homicidio del taxista Mario Riera fue la realización de un careo entre uno de los imputados y el testigo de identidad reservada que confirmó haber visto a Junior Balbuena salir corriendo con otra persona luego de que se escucharan los dos balazos. Al igual que en la investigación, en su testimonio no hubo dudas sobre la identificación del imputado.

Ante los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal 3, el testigo ratificó que esa jornada estaba parado frente a la casa de su suegra cuando vio pasar un taxi que estacionó a pocos metros. Segundos después escuchó varios disparos y vio pasar a su lado a Balbuena y a otra persona -de características similares al otro imputado- corriendo por la calle y pasar a su lado.

Esta afirmación provocó que el nombrado solicitara un careo con el testigo que fue autorizado por los jueces Fabián Riquert, Eduardo Alemano y Juan Manuel Sueyro. Si bien Balbuena le pidió que dijera que "no había estado en el lugar" y tras las aclaraciones de los magistrados, el testigo mantuvo su declaración inicial.

El Tribunal también escuchó las explicaciones del médico que realizó la autopsia acerca de las heridas que provocaron los disparos recibidos y la de un par de comerciantes que también ratificaron -aunque sin identificar- que dos personas salieron corriendo de al lado del rodado después del ataque.

Los defensores oficiales Carla Ostachi y Claudio de Miguel -en representación de Alan "Mono" Luna y Balbuena respectivamente- pidieron la incorporación de nuevos testigos al debate. De esta manera la ronda de testigos se completará el viernes y la próxima semana comenzarían los alegatos del fiscal Juan Pablo Lódola y Rubén Legler en representación del particular damnificado.