Alvarado perdió un partido inexplicable

El conjunto de Duilio Botella dominó el partido durante los 90', jugó toda la noche en campo rival, hizo figura al arquero rival, pero no la metió. Y se descuidó una vez de entrada, Belgrano de Santa Rosa lo aprovechó y se llevó un triunfo inesperado del Minella.

Con los delanteros, con los mediocampistas, hasta con los defensores. Alvarado buscó por todas las vías y no pudo romper la barrera que propuso Belgrano. (Fotos: Diego Berrutti)

23 de Noviembre de 2016 21:43

Por Redacción 0223

PARA 0223

El fútbol se gana con goles. Belgrano de Santa Rosa hizo uno y Alvarado no hizo ninguno. Entonces, la visita se llevó un triunfo que ni siquiera ellos se esperaban, con un planteo mezquino, sin generar ocasiones de gol, pero con una efectividad del 100%, convirtiendo la única situación que tuvo en la noche. La falta de contundencia, de claridad por momentos y la actuacion de Vistarop, dejaron un sabor muy amargo al "torito" que arrancó de la peor manera la serie de tres partidos como local.

Seguramente Duilio Botella se fue al vestuario en el entretiempo buscando alguna explicación de por qué su equipo se fue perdiendo 1 a 0 en los 45' iniciales. Y seguramente no la encontró. Porque lo único que explicaba ese resultado era la falta de efectividad de Alvarado en el comienzo, la altísima contundencia de Belgrano en la única jugada que creó en toda la etapa y, después, el apuro, el buen trato de pelota pero la falta de profundidad, cayendo en el embudo que proponía la visita, que raspaba, luchaba e impedía llegar con riesgo.

Si a los 10' el local hubiera estado ganando por dos goles, nadie hubiera dicho nada. Porque en ese lapso generó tres situaciones netas de gol y los jugó de tres cuartos al arco rival. Compagnucci definió apenas afuera tras una corrida de Molina, una buena jugada colectiva terminó con el cierre, al revés de Antú Hernández que casi la pone contra el palo derecho de Vistarop y De La Vega sacó sobre la línea lo que era la apertura del marcador luego de un córner de Compagnucci, el taco de Luengo en el primer palo y el toquecito suave de Presentado por encima del arquero.

Pero todo eso bueno que hizo el "torito", se dilapidó con un descuido en la primera aproximación visitante, con un tiro libre en tres cuartos de cancha, alguien perdió a Strillevsky y el "9", en absoluta libertad, la acomodó de cabeza contra el palo izquierdo de Barucco que nada pudo hacer. Más allá de la desventaja, siguió yendo el local, tratando de no desesperarse, pero evidentemente apurado por el resultado. Y lo pudo empatar enseguida, en un tiro libre que ganó Martínez por atrás, pero definió demasiado alto.

Lo que quedó, fue media hora de un monólogo de Alvarado, que tuvo casi el 100% de posesión de pelota, intentó por todas las vías posibles, pero siempre chocó con un cruce salvador de algún defensor. Por afuera, por adentro, con Albarracín pivoteando y Escott haciendo lucir a Vistarop, con las corridas de Molina y Compagnucci, con Luengo bien cerca de los hombres de ataque. Hizo todo al menos para empatar el equipo de Botella, menos el gol. Y casi, de carambola, se va dos goles abajo, cuando Sánchez metió un centro envenenado, Barucco falló con los puños y la pelota le rebotó a Presentado que casi lo mete contra su propio arco.

El complemento fue el show de la pérdida de tiempo de Belgrano. Desde el primer minuto, cada jugador que pudo se tiró al piso, enfrió el partido, buscó que los minutos pasaran casi sin jugarse. Porque cada vez que la pelota estaba en movimiento, estaba en los pies de uun hombre local, atacando, intentando, a veces mejor, a veces peor, pero siempre con la idea de ir hacia el arco rival, donde había una figura indiscutida: Agustín Vistarop.

Si el "torito" no podía alcanzar la igualdad, mucho tenía que ver el "uno", que no sólo manejaba todos los tiempos del partido, sino que sacó todos y cada uno de los intentos de Alvarado. Primero cacheteó al córner un buen remate de Escott que capturó un rebote de un córner, después se lució ante un disparo lejano de Albarracín, le ahogó el grito a Susvielles que empezó una jugada por derecha, la siguió para la izquierda, se metió al área y cabeceó el centro de Molina con destino de ángulo. En la última de la seguidilla, se hizo enorme ante una muy buena mediavuelta de Uribe que se metía abajo.

A Belgrano no le dio ni un poco de verguenza hacer tiempo de manera continua, rotando el jugador que se caía al piso para "robar" aunque sea segundos. Pero el problema no es sólo del que lo hace, sino de un árbitro que lo dejó, que en ningún momento los advirtió y permitió que fueran haciendo desesperar a los de adentro y los de afuera. Las últimas dos fueron para Susvielles, pero en la que no pudo Vistarop, Antú Hernández corrió providencialmente para sacar de cabeza un tiro libre que buscaba ángulo. En la siguiente, el arquero decoró la noche para quedarse con un cabezazo y con tres puntos en el bolsillo que se festejaron como un título para el "tricolor" y que se padeció en un Alvarado que no le encontró explicaciones al resultado.