¡Que la quinta sea la vencida!

Desde las 10, el sueño argentino se pone en marcha con el duelo entre Federico Delbonis y Marin Cilic. A continuación, la carta nacional, Juan Martín Del Potro, se mide con el "gigante" Ivo Karlovic. Es la quinta final de Argentina.

La gloria en sus manos. El EQUIPO argentino (equipo con mayúsculas), buscará quebrar con el maleficio de las finales y alzar la tan ansiada como negada Ensaladera de Plata. 

25 de Noviembre de 2016 08:15

No será fácil. Pero la falta de presión de un equipo que arrancó la temporada sin expectativas, que fue mostrando una conjunción colectiva pocas veces vista por los famosos egos del tenis, la reaparición fulgurante de Juan Martín Del Potro y tres triunfos como visitante, donde se destaca el conseguido en Cardiff ante la Gran Bretaña del número 1 del mundo, Andy Murray, le ponen un tinte de esperanza al conjunto capitaneado por Daniel Orsanic, que desde las 10 comenzará un sueño que se viene negando.

Cuatro veces llegó a la final Argentina y, en todas, siempre hubo algo que faltó para poder alzar la ansiada "Ensaladera de Plata". Desde aquella en 1981 en Cincinnatti, cuando Guillermo Vilas y José Luis Clerc, aún sin hablarse, estuvieron a un paso, hasta la última en Sevilla de 2011, un poco más lógica ante una España superior, con Rafael Nadal como abanderado. En el medio, quedó la ajustada derrota ante Rusia fuera de casa en 2006, y la más dolorosa, la caída en el Polideportivo "Islas Malvinas" de Mar del Plata, cuando los problemas internos entre Del Potro y Nalbandian terminaron conspirando para que una España diezmada diera el golpe y se llevara el premio en una fiesta que estaba armada a pedir del equipo argentino.

1981

En esa temporada, Argentina se apoyaba todas sus ilusiones en la dupla Guillermo Vilas y José Luis Clerc, enfrentados por el circuito y por ser el mejor tenista argentino, que por jerarquía individual llevaron al equipo a la definición. Pero en Estados Unidos, John McEnroe ganó sus dos singles (al marplatense 6-3, 6-2 y 6-2 y a "Batata" 7-5, 5-7, 6-3, 3-6 y 6-3) y fue clave en el dobles junto a Peter Fleming para llevarse el trofeo por 3 a 1.

2006

Cuando Argentina fue a a jugar la serie final a Moscú, la única esperanza era David Nalbandian, por su estirpe copera y su nivel en este tipo de partidos. El tenis nacional atravesaba un gran momento, pero enfrente tenía a los poderosos Marat Safin y Nikolay Davydenko, más la colaboración inestimable de Dmitry Tursunov en el dobles que fue determinante. El cordobés de Unquillo ganó sus dos puntos, pero Juan Ignacio Chela no pudo el día inicial con Davydenko y José Acasuso cayó a manos de Safin en el quinto punto que volvió a ahogar el festejo argentino.

2008

Parecía que la Copa Davis esperaba que Argentina la pudiera levantar en casa, y se armó todo para que así fuera. En un imponente Polideportivo "Islas Malvinas" remodelado para la ocasión, con España con la baja de su máxima figura Rafael Nadal, y el equipo nacional con el "As de Espadas" y el "As de Basto" en óptimas condiciones. Pero los "ases" pusieron sus egos e intereses personales por encima de lo colectivo, desde la elección de la sede (Nalbandian quería Córdoba y Del Potro Mar del Plata), hasta la velocidad de la carpeta de la superficie (todo para complicar a un Nadal que finalmente no vino). Y todo salió mal. Porque el de Unquillo adelantó a Argentina, pero el de Tandil cayó con Feliciano López y le pusieron presión al dobles. Nalbandian y Agustín Calleri jugaron el punto clave que fue a manos de los europeos y el doble match poing para la jornada del domingo. Con Del Potro afuera por una dolencia, otra vez José Acasuso tuvo la responsabilidad de ser el "bombero" y estirar la definición, pero Fernando Verdasco "no tuvo miedo" como le cantaba la gente, le ganó en un maratónico partido y se desperdició una chance histórica de quedarse con el título más importante por equipos del tenis mundial.

2011

Parecía que después de aquella derrota, y ya con gran parte de "La Legión" fuera del circuito, iba a ser muy difícil volver a una instancia final. Pero así como muchas veces el ego les juega en contra, en varias oportunidades, esas ganas de demostrar y ese amor por el país, los hace potenciarse en Copa Davis y jugar por encima de sus posibilidades. Eso hizo Nalbandian en esa temporada, hasta llegar a una final en la que nada se pudo hacer. Porque España llegaba en un altísimo nivel, con Nadal en un excelente momento y quería levantar la "Ensaladera de Plata" como local. Sevilla fue el lugar elegido, sobre polvo de ladrillo, y no hubo chances. El "mallorquín" despachó sin problemas a Juan Mónaco y David Ferrer comenzó a diluir las ilusiones argentinas al vencer a Del Potro. A diferencia de lo que pasó en el "Poli", el dobles con Nalbandian y Eduardo Schwank mantuvo con vida al equipo nacional. Pero "Rafa" terminó por ser el héroe español, derrotó a la "Torre de Tandil" y por cuarta vez, Argentina se quedó con las ganas.

2016

¡Que la quinta sea la vencida! Si a cualquier integrante del equipo argentino le decían a principio de año que iba a estar en la final, lo firmaba sin leer la letra chica. Daniel Orsanic sabía que por jerarquía individual, no podía llegar muy lejos, y apostó a formar un verdadero equipo. Lo consiguió y, una vez que lo tuvo, le sumó a un recuperado Juan Martín Del Potro que volvió al circuito en alto nivel, que brilló en los Juegos Olímpicos y que fue la esperanza en la que se basó para llegar a esta instancia. Que sea de visitante, no es un problema. Haber vencido a domicilio a Polionia, Italia y, nada más y nada menos, al campeón Gran Bretaña en Glasgow, la casa del número 1 del mundo, Andy Murray, lo dejan a la misma altura de la poderosa Croacia, que tiene a Marin Cilic como hombre destacado, el dobles como punto clave de la serie y ver cómo está Ivo Karlovic, el gigante que juega a partir del saque, pero que no es "imposible" para los tenistas argentinos.