Maradona le hará el "aguante" a Argentina en Croacia

Como no podía ser de otra manera, la llegada de Maradona a Croacia fue caotica. Y como no podía ser de otra manera, Diego se enojó con los periodistas y se fue sin hablar del Aeropuerto croata hacia el hotel que hospeda a los tenistas argentinos para brindarle todo su apoyo en la noche previa. "Esto es un despelote, así no hablo. Si se hubiesen organizado hablaba", dijo el exfutbolista al pasar y salió despedido hacia la combi que lo esperaba junto a su novia Rocío Oliva.
  
Maradona arribó a la capital de Croacia alrededor de las 22.30 de Zagreb y no ocultó su mal humor y fastidio porque no había una conferencia de prensa organizada en la estación aérea ubicada en las cercanías de la localidad de Pleso, a no más de media hora del centro de la ciudad balcánica. El mejor jugador de todos los tiempos vuelve a mostrar su amor por la "celeste y blanca" y viajó para alentar al equipo argentino en la final de la Copa Davis.

El excapitán del seleccionado argentino campeón del mundo en México 1986 y también director técnico en Sudáfrica 2010, fue recibido por una combi que lo transportó junto a su pareja hasta el hotel donde concentra el equipo argentino de Copa Davis, que aguardaba su llegada antes de irse a dormir.

La presencia de Maradona en una final de Copa Davis no será la primera, ya que también estuvo en la derrota ante Rusia (3-2) de 2006, en Moscú. Además, cuando pudo también estuvo en las series en nuestro país:  presenció la victoria de Argentina sobre Croacia por 3-2 en abril de 2002, en una serie válida por los cuartos de final que se jugó en el Buenos Aires Lawn Tennis Club. El astro también estuvo en el triunfo ante Suecia por 5-0 en el estadio Mary Terán de Weiss, en Villa Soldati, en la ronda inicial del certamen en 2006.

El "10" se comprometió a estar junto al equipo argentino, llegó a Croacia y su presencia seguramente no pasará inadvertida en el estadio Arena Zagreb, como suele suceder en cualquier rincón del mundo cuando aparece su figura, la que deslumbró con una pelota en los pies cada vez que la acariciaba con su 'zurda' mágica.