Desempleo récord y cambio en el rumbo de los últimos tiempos

Otra vez los índices de desempleo impactan de lleno en nuestra ciudad, que en este trimestre ocupa el primer lugar nacional. Duele estar en este podio, en el cual sistemáticamente nos mantenemos en los últimos tiempos, con diferentes administraciones de distinto signo que empobrecieron poco a poco la urbe y no solucionaron este terrible flagelo por seguir equívocas políticas públicas.

Hemos sido insistentes y obsesivos señalando que para nosotros es prioritario encarar y resolver este problema que ha devenido en estructural para General Pueyrredon con un cambio en serio en la agenda pública local. Porque lo consideramos una cuestión crucial es que articulamos una visión de Mar del Plata basada en las inversiones al servicio de la creación de empleo. Por aquí hay que empezar. No hay solución a este problema  ni a otros como el del déficit municipal y al resto de las demandas ciudadanas si no ponemos de pie la actividad económica y el potencial productivo del conjunto de nuestra rica ciudad.

Vamos a reiterarlo por si no quedó claro: en primer lugar la política debe dejar de mirarse el ombligo, centrada demasiadas veces en lo que pasa internamente en el palacio de la calle Yrigoyen, para levantar la mirada y ampliar el horizonte, a fin de atender aquello que sucede en el resto de la ciudad, en la calle, más allá de la municipalidad.

Hay más de 100.000 marplatenses con problemas de empleo, con la indignidad personal, pauperización familiar y problemas sociales que acompañan la terrible situación de no poder encontrar trabajo para vivir y salir adelante.

Un problema de tal magnitud no se soluciona con empleo estatal ni con planes sociales. Lo que se necesita es poner en funcionamiento el potencial de la ciudad, detenida por políticas que no entendieron ni estimularon la producción, el comercio, las inversiones, los emprendimientos, el turismo, la capacitación, las oportunidades que pasan y no se aprovechan. 

El declamado desarrollo integral no puede hacerse poniendo trabas constantes y cargas insoportables al sector privado, desalentándolo. Las inversiones y obras públicas deben tener en cuenta la ampliación del desarrollo de los sectores dinámicos que pueden ampliar el PBI local y el empleo en nuestra ciudad, la cual tiene todo para salir adelante si la conducimos con prioridades claras y determinación.

Otra lógica debe guiarnos, las energías deben estar puestas en apuntalar la actividad económica y no desanimar a los actores que están dispuestos a generar empleo genuino. No bajemos los brazos, duele esta situación pero poseemos todo para salir adelante

Tenemos un puerto ubicado estratégicamente, un parque industrial que puede crecer más aún, un cordón frutihortícola con condiciones naturales únicas en el País, un sector de la construcción que rápidamente puede reactivarse, una industria informática dinámica, un atractivo turístico que no perdió vigencia pero al que hay que dinamizarle la conectividad y promoción, un comercio que enseguida se pone de pie si bajamos las trabas y presión tributaria. Enumero algunos puntos, sólo para que no olvidemos que no es ilusorio apuntar a otra realidad.

Salir adelante, solucionar el desempleo y los graves problemas que lo acompañan no es una quimera, es algo posible si encaramos de otra forma la gestión y dirección de esta increíble ciudad.