Arroyo y el arte de inventarse problemas

"Dejenme pasar una", parece decir Arroyo. Foto: 0223. 

9 de Noviembre de 2016 20:24

Hace 15 días, esta columna empezaba así: “He pedido esta conferencia de prensa porque vemos que la gestión es permanentemente atacada y acosada con noticias que son verdades a medias o directamente no son verdad. Se omiten logros de gran importancia”. La frase pertenece a Carlos Arroyo y había llamado a los medios para contar las inversiones en obra pública que llegarían a Mar del Plata y reprocharle a los medios que inventaban noticias para atacar a la gestión. Por aquellos días, se había autoproclamado peronista y bregado porque su sucesor fuera de ese color partidario; José Cano se había ido del bloque oficialista y Agustín Cinto abandonó la gestión.

Hoy, fue Vilma Baragiola la que recogió el guante de los "ataques": “Muchos están tratando de generar un desgobierno”. Le apuntó así a dirigentes y medios que se hicieron eco de los dichos de Arroyo en un acto escolar, en el que habló de "moda" en relación a las campañas contra la violencia de género. Se le sumó, casi al mismo tiempo, la denuncia de Marta Montero, la mamá de Lucía Pérez, contra el secretario de Gobierno Alejandro Vicente por una agresión ocurrida el viernes último en el hall municipal.

Sería ingenuo suponer que no hay intereses detrás de un título o una frase dicha en la radio. Pero Mar del Plata tiene un variado arco de medios de comunicación, en todos sus formatos, con diferentes intereses e ideologías, por lo que es imposible sostener una afirmación que los incluya a todos. El intendente de Mar del Plata, sin embargo, es uno solo: ya es hora de que deje de buscar culpables afuera y empiece a mirar en su círculo y, sobre todo, haga un mea culpa. 

Arroyo pidió hablar en Radio Brisas sobre sus dichos. Otra vez, enumeró todas las acciones que impulsó en favor de la lucha contra la violencia de género. Pero jamás aclaró si dijo lo que dicen que dijo en aquel acto escolar. El martes, desde su entorno, tampoco lo negaban. Quiso decir otra cosa, la frase era más larga, justificaban.

Este miércoles Baragiola decidió salir a poner la cara por el intendente. Y en una entrevista por la misma radio en la que habló su jefe fue tajante. “Yo tengo el audio, yo lo escuché y no habló de violencia de género”, lanzó y les pidió a los medios que difundan el audio para que se termine toda la polémica.

Acertadamente, los periodistas de la radio le pidieron a Vilma que les acerque el audio y aclararon que gustosamente lo difundirían. La misma propuesta se le realizó a la secretaria de Desarrollo Social desde este medio. Pero hasta ahora el audio no apareció.

Ese día no había ningún periodista presente en la escuela de San Patricio. Si algún vecino lo hubiese grabado ese audio o video ya se hubiera viralizado por todas las redes sociales y medios de la ciudad y el país. Por ende, la única posibilidad de que ese audio realmente exista es que algún colaborador de Arroyo o integrante de su equipo de prensa lo haya grabado. Todo indica que el pedido público de Baragiola está en manos del  propio Ejecutivo, no de los medios.

Desde el municipio también intentaron deslegitimar a la presidenta de la sociedad de fomento de Playa Serena María Inés Benítez por ser militante del sciolismo en Mar del Plata y asesora del concejal Balut Tarifa Arenas. Ninguna de las dos cosas la desacredita si Arroyo dijo lo que ella (y varias maestras que hicieron circular su enojo por redes sociales el fin de semana) escucharon. Y hasta ahora nada indica lo contrario.

Los antecedentes no están del lado del jefe comunal. No se trata del primer desliz dialéctico que comete. A esta altura, ya se podrían armar varios decálogos con sus frases más memorables. En su equipo todos tienen asumido que “así es Arroyo” y procuran que los daños que genere sean los menores posibles.  Ante cada uno de esos yerros buscan algunos ejemplos que permitan instalar en la opinión pública que “uno no es lo que dice, sino lo que hace”.

En un cargo tan importante como el del intendente no solo hay que ser, sino parecer. Además, no son pocos los que piensan que ante cada sincericidio Arroyo desnuda lo que realmente piensa, sin filtros, asesores, segundas lecturas y correcciones.

Por si la repercusión nacional de esos dichos no fuera suficiente, la madre de Lucía Pérez activó otra bomba en la gestión municipal. Tras quejarse por el incumplimiento por una promesa que el propio Arroyo le había hecho, le apuntó todos los cañones al secretario de Gobierno. “Me agarró de los hombros y me empujó tres metros”, denunció a través de los medios.

Se trata de uno de los hombres de máxima confianza del jefe comunal que queda envuelto en un escándalo del cual es imposible salir bien parado. Marta Montero es la madre de una adolescente de 16 años violada y asesinada que acusa a un funcionario municipal de haberla agredido. Cualquier explicación sobra.

El martes fue uno de los días más intensos de los últimos meses. Porque tanto uno como otro caso eran abordados de manera simultánea por todos los medios de Mar del Plata, pero también por muchos medio del país. La sensación que se percibía era de agobio. Cuando el intendente no debe enfrentar problemas de gestión, “inventa” otro tipo de problemas. Y así, tal cual anunciábamos hace 15 días, nunca termina de ponerse de pie.