15 veces Kimberley

El "dragón" se volvió a poner la corona y es el monarca del fútbol marplatense. En un partido chato, en el que fue protagonista pero le costó mucho generar situaciones, se hizo fuerte en los penales, le ganó 4 a 2 a Banfield y gritó campeón.

10 de Diciembre de 2016 19:02

En el comienzo de la temporada, cuando hablabas con los dirigentes o con el entrenador Mariano Mignini, más allá del interés por hacer un buen Torneo Federal B, llegar lo más lejos posible y, por qué no, ir por el ascenso, todos remarcaban que uno de los grandes objetivos era el Torneo Local. Sin demagogia, apelando a la realidad y a una ilusión: alcanzar a Quilmes en los máximos campeones de Mar del Plata con 15 estrellas. Y tras la inmerecida eliminación ante Sansinena en el certamen regional, Kimberley tuvo su premio, primero en la definición del Clausura ante River y ahora en la final del año, otra vez con los tiros desde el punto penal como aliado, para desatar la fiesta del "dragón" que mucho tuvo que ver con desahogo. Banfield fue un dignísimo rival, cayó de pie y le hizo frente pese a la inactividad a un rival que llegaba con el ánimo bien arriba.

El fútbol volvió a mostrar que es fútbol. Que más allá de todo lo que se hable en la previa, de lo que se diga, de cómo llegue cada equipo y de los jugadores que tenga este o aquel, los partidos hay que jugarlos. El que piensa que ganó de antemano suele llevarse una sorpresa y no hay equipo en el mundo que, aún en inferioridad de condiciones, salga a una cancha pensando que no tiene chances de triunfar.

Banfield llegaba con dos meses de inactivdad, con lo que eso significa para un plantel totalmente amateur y la preparación a conciencia, pero distinta a si jugás semana tras semana. Kimberley, por su parte, salvo por suspendidos tenía lo mejor que podía usar a disposición para afrontar esta definición. Y a la hora de la verdad, en la cancha, fue más el "dragón", pero no brilló, le costó mucho quebrar el buen planteo de Mariscal y el encuentro fue más bien trabado y aburrido.

De la primera mitad, son pocas las emociones que se recuerdan. Una rápida salida de Mariano Rando ante una pelota en profundidad para Baigorria, un centro-tiro al arco de Rondanina que el arqueri sacó al córner sobre su palo derecho y un cabezazo libre del exUnión que se fue apenas arriba. Antes y después, la iniciativa, buenas intenciones pero poca profundidad. Banfield sentía la falta de ritmo, apenas si inquietaba con el buen manejo de Briones y Riveira, pero no complicó a Zappacosta. Las corridas de Ezequiel Goiburu, más allá de que en varias oportunidades no las terminó bien, eran la máxima esperanza de los de Marinao Mignini para poder quebrar el partido en el complemento.

La tónica no cambió demasiado en el complemento, aunque el ingreso de Andrade le dio otra movilidad a Banfield en ataque, el delantero que había sido figura en la fnal con San Isidro se juntaba con los mediocampistas, trasladaba y abría espacios, principalmente para Aguirre que crecía por izquierda. Igual, la primera de la etapa decisiva fue para Kimberley con un tiro libre de Baigorria que sacó con lo justo Rando.

Un gran pasaje de Banfield apenas pasados los 15', desconcertó al "dragón". El equipo recuperaba rápido y lanzaba para los hombres de ataque que, en varias ocasiones quedaron mano a mano. La más clara de toda la tarde para los de Mariscal llegó de pelota parada, con un centro preciso de Riveira, un excelente cabezazo de Luciano Brosso y una mejor respuesta de Zappacosta, cacheteando la pelota que picaba y se le metía contra su derecha. Se empezó a animar el equipo del Puerto, hasta que en un minuto se le desmoronó toda la estantería. Belagardi salió muy lejos de su posición, cometió una falta y recibió la amarilla. De ese tiro libre, el rebote quedó en la medialuna, la jugada se ensució y Servera se metió al al área, la punteó cuando el "2" la quería despejar y se lo llevó puesto. Roja para el último hombre de Banfield y penal para Kimberley. El inefable Marcos Rondanina se hizo cargo del remate pero ya no lo fue tanto, Mariano Rando adivinó la intención tapó sobre su izquierda y dejó a su equipo con vida.

Podía pasar cualquier cosa, pero con el hombre de más, los de Mignini fueron más protagonistas aún, todavía careciendo de profundidad, pero haciendo méritos para festejar en los 90'. Antes del cierre hubo una clara por lado: Rondanina cabeceó al gol tras un córner y vio como Briones despejaba de cabeza sobre la línea, y Andrade tuvo la gloria en sus pies con una corrida libre, de frente a Zappacosta y le pegó con alma y vida pero sin dirección, estrellando la pelota en la parte externa de la red.

Los penales volvían a ser protagonistas. Como dos veces en el Apertura para que Banfield accediera a la definición (incluida una con triunfo ante Kimberley), como otras tantas ocasiones en este Clausura, para que el "dragón" alcance esta instancia. Y se tomó revancha. De lo que pasó en el Apertura y de lo que pasó en las dos finales anteriores que se vieron las caras y siempre el festejo fue para el Puerto. Briones y Brosso fallaron sus remates, los "pibes" de Mignini no dejaron dudas y la camiseta suma una nueva estrella, la 15, la que le permite alcanzar a Quilmes como los dos clubes más ganadores del fútbol marplatense.