Del Potro le puso el broche a su gran año

En los partidos de exhibición, el resultado es anecdótico. Y acá también lo fue, pero con dos jugadores que se mostraron relajados, de buen humor, predispuestos, pero cuando la pelota estaba en juego dejaban todo para ganar. Entonces, además de un espectáculo de primer nivel para ciudad, Juan Martín Del Potro y David Ferrer le ofrecieron un muy buen partido de tenis a las casi 8000 personas que colmaron el Polideportivo "Islas Malvinas". Al igual que en Buenos Aires, el triunfo fue para el argentino, esta vez por 6-4 y 7-5, para sellar un año inolvidable, con su vuelta al circuito en un nivel superlativo, la medalla de plata en Río 2016 y la histórica obtención de la Copa Davis.

Tal como se preveía, si bien no había nada en juego, de exhibición el partido tuvo poco y nada. Al igual que en el DirecTV Arena, los dos mostraron desde el arranque querer ganar el partido, corrieron cada pelota como si fuera la última y mostraron cosas de sus principales características. Del Potro enloqueció mas de una vez a la gente con su imponente derecha, y Ferrer se lució con su velocidad para poner en juego pelotas que parecían imposibles. 

En el primer game, nomás, el argentino se quedó con el saque del español y comenzó dominando el juego, ratificando desde su servicio y levantando a la gente por primera vez en la noche con una derecha cruzada que dejó sin chances a su rival. El juego era equilibrado, no se daban tiempo para "chiches" como suele suceder en este tipo de partidos y sí hicieron explotar el "Poli" con un punto bárbaro, a puro "palo", con Ferrer atacando y "Delpo" devolviendo todo, aunque se terminó yendo a manos del europeo. Cada vez que le tocó sacar, el tandilense mantuvo con autoridad y peleó los del español. Cuando parecía que "jugaban" un poco, alguno de los dos cortaba el "uhhhh" de la gente y se adueñaba del punto. La cuota de humor la puso Ferrer, "protestando" por una pelota cobrada mala y haciendo una "actuación" de su queja con el árbiro principal. 

Enseguida, Del Potro se sumó al show. Le dio la raqueta a un ballboys  se fue a la tribuna, donde la gente de la platea se tiró de cabeza pra "robarle" una foto. Ferrer no se quedó atrás, le dio el gusto a otro nene y los dos chicos jugaron un par de puntos envueltos en la ovación de la gente, con las raquetas de dos de los mejores tenistas del mundo y ellos alentándolos de atrás. ¡Inolvidable!. A la vuelta, el español ganó su servicio y el tandilense ratificó que estaba en una buena noche con el saque y lo definió para el 6-4.

El calor se sintió y el ritmo bajó considerablemente en el segundo set. Los dos con ganas de ganarlo, pero ya no eran tantas las "bombas" que corrían. Y se veía el desgaste en cada pelota corrida hasta el final, no sólo en las caras y los movimientos, sino también en la extensión del tiempo para volver a sacar. Promediando el parcial, Del Potro le ofreció el "juego", no definió, se la tiró dos veces al cuerpo, y en la primera que pudo, el español cerró el punto, dejando ver el gesto de fastidio del tandilense.

Con mucha "chicana" de un lado y del otro, los gritos de la gente, el juego tomó más olor de exhibición y ambos sostuvieron el saque hasta la recta final del segundo parcial. cuando en el undécimo game, se divirieron, pelotearon un ratito en la red, todo volea hasta que Del Potro definió, se llevó el punto y enseguida quebró para llegar al servicio para ganar el partido. Allí no dejó dudas, salió a definirlo y cerró el juego y un año inolvidable, inmejorble, ni siquiera soñado por él. Que solamene quería volver a jugar al tenis en un buen nivel y terminó llegando a la gloria, con medalla de plata en Río 2016 e hizo historia con la Copa Davis.