Un verano de película con un final de terror

Papelón de los jugadores de Estudiantes y Gimnasia que terminaron en una batalla campal todos contra todos, para cerrar de la peor manera un torneo de verano que, salvo Boca-River, había sido en paz y con muy buenos espectáculos.

Sin palabras. Las imágenes lo dicen todo, papelón de los jugadores de Gimnasia y Estudiantes en el Minella. (Fotos: Diego Berrutti)

1 de Febrero de 2016 00:22

Venía todo demasiado bien en el verano. Hasta que todo se volvió un partido de Copa Libertadores de los años 70, los viejos clásicos sin televisión donde se "mataban" entre los jugadores, quedaban pocas imágenes de la gresca y a los pocos días todo quedaba en la nada. Pero en el año 2016, en el José María Minella, el clásico de La Plata terminó de la forma más bochornosa. Con las tribunas con su rivalidad folklórica y los jugadores poniendo a los de enfrente en el lugar de enemigos y desatando una batalla campal dentro del campo de juego, con piñas, patadas, golpes a traición y todo lo que se quiere erradicar del fútbol argentino. El partido, que no terminó, fue 1 a 0 para Estudiantes sobre Gimnasia, pero otra vez el derrotado es el fútbol.

El final terminó de la peor manera. Porque primero erró de manera grosera Trucco en expulsar a Bologna por supuesta mano fuera del área cuando la pelota le dio directo en el cuerpo. Con Bonifacio en el arco, Estudiantes no pudo aproechar el tiro libre y salió la contra para Gimnasia que desató lo que vendría. Ascacibar se tiró de forma muy violenta sobre Medina y ahí llegó el desastre. Porque aunqe el árbitro hizo justicia con el reglamento y le sacó la roja al juvenill, los jugadores de Gimnasia la quisieron hacer por mano propia, reaccionaron los del "pincha" y se armó una batalla campal en la que se pegaron todos contra todos. Cuando parecía que todo se terminaba, Damonte arrojó una nueva piña y esta vez fue peor, más golpes de ambos lados, con una reacción vergonzoza de todos los jugadores y asistentes de los dos equipos.

El encuentro, como todo clásico, arrancó friccionado, mal jugado, lleno de imprecisiones y bastante piernas fuertes que Silvio Trucco trató de frenar de raiz con tarjetas amarillas. Pero se veía que el más incisivo, el que tenía más claridad de mitad de cancha hacia arriba, era Estudiantes, porque Gastón Fernández era importante cuando la tocaba y Augusto Solari complicaba metiendo diagonales de derecha al centro. Y en una de las apariciones del exRiver, esta vez por su sector, llegó la apertura del marcador. El centro parecía no llevar peligro, pero no alcanzó Romero con la cabeza, a Oreja le picó antes, falló en el cálculo y la pelota le pasó por arriba, le quedó a Carlos Auzqui que tuvo tiempo para elegir y tocar de derecha, suave, contra el caño izquierdo de Bologna que había achicado desesperado y desarmado.

Había pasado poco, pero era justo que el "pincha" tuviera la ventaja porque era más, ante un Gimnasia lleno de nervios, con mucha pierna fuerte y poco juego, extrañando a "Nacho" Fernández y no pudiendo encontrar a Niell para desnivelar en el uno contra uno. El "lobo" buscó ir por el empate, pero el que estuvo más cerca del segundo fue el equipo de Nelson Vivas en dos pelotas paradas de laboratorio. En la primera, Solari se la picó a la "Gata" por encima de la defensa, el "10" la tocó por arriba a Bologna y Coronel sacó sobre la línea al córner. De ese tiro de esquina, ganó Desábato y otra vez una cabeza de Gimnasia apareció para tirar por el fondo de la cancha.

La primera aproximación concreta de los de Pedro Troglio llegó a los 29', en una jugada similar a la del gol albirrojo, el centro pasado sobró al lateral derecho Sánchez y la pelota le quedó a Mendoza que tardó en definir y permitió el cruce de Schunke. El "lobo" se cargó de amarillas (4 en 25') y seguía sin tener ideas para llega a Andujar. Mazzola no participaba del juego, Mendoza y Meza no ganaban nunca por los costados y Estudiantes estaba tranquilo y hasta era más peligroso cuando pisaba el área rival. Augusto Solari con un remate cruzado que se fue cerca del palo derecho pudo poner el 2 a 0 antes del descanso.

Poco había pasado en el arranque de la segunda mitad, con Estudiantes dominando la pelota y moviéndola ante la deseperación de Gimnasia, cuando Alvaro Pereira volvió a cometer un error como el año pasado en el clásico, despejó a pelota pero dejó seguir el pie y le pegó una patada criminal en la cabeza a Facundo Oreja y Trucco no tuvo otra opción que expulsarlo. El lateral derecho fue sacado en ambulancia de la cancha y el "lobo" tenía la chance de buscar con un hombre demás. De todas formas, le seguía costando generar situaciones y apenas llegó con un cabezazo de Romero que se fue apenas alto.

Troglio movía el banco pero no encontraba solciones ante un Estudiantes replegado, que ya no atacaba pero tampoco se preocupaba al ver que el resultado no corría riesgo, más allá de que la diferencia era exigua. Luego de otro parate porque la hinchada "tripera" mostró banderas albirrojas, el técnico se la jugó, pusop un delantero de área como Federico Rasic y sacó un central (Romero) para ir con todo por la igualdad. Como contrapartida, Vivas le respondió con el ingreso de otro defensor (González Pirez) por la "gata" Fernández y estaba todo dado para los últimos minutos con Gimnasia atacando y Estudiantes resistiendo.

Sin muchas ideas pero con mucho empuje, el "lobo" fue y tuvo la igualdad Maxi Coronel con un rebote que le quedó servido dentro del área, la quiso acomodar contra el palo derecho de Andujar pero le faltó dirección y el remate se fue besando el caño. El conjunto de Troglio merecía el empate y Álvaro Fernández tuvo la gran ocasión en la boca del arco, pero Mariano Andujar lo evitó de manera notable, tirándose con todo el cuerpo y ahogando la igualdad, a 3' del final. Rasic también pudo llevar la definición a los penales, pero su cabezazo fue directo a las manos del arquero que retuvo con seguridad. Después llegó el bochorno, lo que ya contamos, lo que nos apena y nos averguenza.