Señales de previsibilidad pese al desinterés bonaerense

Las navieras cambian de buques y suman escalas para consolidar la exportación desde el puerto marplatense aunque Vidal todavía no designa presidente del Consorcio Portuario.

El "Lena" saliendo del puerto después de dejar 80 tachos vacíos. Se ahorrraron 160 viajes por la Autovía 2.

11 de Febrero de 2016 08:39

La semana que pasó el puerto marplatense tuvo un movimiento de carga y descarga de contenedores que hacía muchos años no se vivía. Hizo acordar a los tiempos en que Maersk y Hamburg Sud llegaban todas las semanas a buscar la producción de una industria pesquera que todavía gozaba de vientos favorables tras la salida de la convertibilidad. Pasaron 10 años.

Primero entró el “Henriette Schulte”, de la naviera MSC, para levantar unos 50 contenedores. Luego ingresó el “Lena”, un barco de Maersk, que dejó 80 tachos vacíos para que las empresas cuenten con stock de carga inmediata.

También hacía muchos años que no ingresaba un barco exclusivamente a dejar contenedores vacíos. Hasta ahora venían por camión. La decisión de la naviera implica no solo una señal de confianza a la recuperación de la actividad, sino un valor logístico de proporciones. Son 80 viajes que no transitan por la Autovía 2. Y otros tantos de vuelta con el camión vacío.

El domingo pasado ingresó el “Saturn” el barco con que Maersk cambió al “Tabago Bay” para incorporarlo a esta ruta de Rosario, Campana, Mar del Plata y Navegantes. Es un buque de 160 metros de eslora y más práctico para el manejo de la carga refrigerada. En la operatoria subió otros 55 contenedores.

MSC también decidió cambiar de buque. Ya no vendrá con el “Henriette”, que fue el barco que hace casi un año reabrió el camino, luego de 34 meses de ostracismo por falta de profundidad en los canales de acceso y de despilfarrar recursos públicos con la draga Mendoza.

Ahora serán ellos los operadores del “Tabago Bay”, con la novedad del cambio de ruta. Montevideo, Mar del Plata y San Antonio Oeste, que quedará inaugurada en el transcurso de este mes de febrero.

Pero esta postal de la reactivación portuaria cerca estuvo de empañarse. Cinco días antes de que comiencen a llegar los buques, la lancha que oficia de remolcador y que los guía en el ingreso y egreso del puerto, sufrió una avería en la caja de su motor principal.

Con el remolcador roto los portacontenedores ni se acercarían al puerto marplatense y toda la carga saldría por camión rumbo al puerto porteño. La que no tenía urgente despacho, aguardaría en la plazoleta de la Terminal de Contenedores hasta el siguiente arribo.

La noticia de la rotura del remolcador tomó a Emilio Bustamante, presidente de la Terminal portuaria, volviendo por la autovía hacia Mar del Plata. Antes de llegar a la ciudad ya tenía dos remolcadores disponibles, uno de Dock Sud y otro de Bahía Blanca, para que comiencen a operar en el puerto en caso que el problema del “Cuarteador” sea grave.

“Nos costó mucho esfuerzo devolverle previsibilidad al puerto. Las navieras están apostando a su desarrollo porque ven esfuerzo y planificación. No podemos fallar”, dice el directivo. Finalmente la falla del remolcador se solucionó a tiempo y no hubo necesidad de contar con apoyo externo.

El desvelo por brindar servicios y respuestas no todos lo exhiben. Pasaron 60 días y la Provincia todavía no ha designado al reemplazante de Jorge Hidalgo, el presidente olvidado en el Consorcio Portuario, que trata de pasar lo más desapercibido posible como para ampliar al máximo la cuerda en el carretel.

El candidato de Emiliano Giri, como sus promesas de normalizar el Directorio, nunca dejaron de ser otra cosa que palabras, mientras el puerto necesita de hechos concretos: como los estibadores operando en tiempo y forma la carga para que el barco salga a tiempo, o que el remolcador funcione para hacerlos entrar y salir.

Bustamante, junto con su socio estibador en la Terminal de Contenedores, y varios dirigentes de cámaras empresarias de la pesca le dan forma a lo que desde esta columna he bautizado como “el consorcio paralelo”.

En la apatía que muestra la administración de Vidal en materia de puertos bonaerense, este espacio gana terreno para que la rueda no se detenga. “Te das vuelta y hay un camión que se va cargado por la Autovía”, se quejan los estibadores que cuanto más carga muevan, más ingresos perciben.

Las empresas harineras, como Agustiner y Coomarpes, en el puerto dejan solo los olores nauseabundos fruto de sus deficientes procesos de tratamiento de residuos. La harina viaja 400 kilómetros por la ruta y sale por Buenos Aires. 

Todavía la Gobernadora no designó al reemplazante de Jorge Otharán, el subsecretario de Actividades Portuarias en tiempos de la ola naranja. Jorge Elustondo es el ministro de Producción, Ciencia y Tecnología bonaerense. Bajo su administración está la Subsecretaría acéfala.

A un año de la recuperación del servicio de portacontenedores, es urgente planificar una obra de mantenimiento del dragado de los canales de acceso. Hace ya 15 meses que los equipos chinos abandonaron la terminal y lo único que se ha hecho fue intervenir en el muelle de amarre de la sección IX y la zona del radio de giro para garantizar la presencia de las navieras. Elustondo vino a la ciudad pero no visitó el puerto.

Hoy no es una empresa sino dos las que llegan a buscar carga a la terminal portuaria. Y puede ser una tercera si Hamburg Sud comienza a compartir bodega en el “Saturn” de Maersk. Ya no vienen cada tres semanas como al principio sino que la frecuencia es casi semanal. “Con más volumen se puede bajar el costo del flete”, remarca Bustamante.

En el “consorcio paralelo” ya han mandado a realizar una batimetría general de la boca y los muelles para conocer las necesidades de dragado. No quieren que se repitan las viejas postales de inactividad que reinaron en los últimos años. Poco les importa si hay nuevo Presidente o si quedaron adentro o fuera del Directorio. La operatividad por sobre la interna política. Hasta ya tienen una draga chica en carpeta para encargarle la tarea.

En la próxima semana es muy probable que bajen por el puerto marplatense los primeros contenedores con café, importados por Cabrales. Otra señal de confianza a la previsibilidad que intenta exhibir el puerto. Más allá del desinterés que por ahora exhibe la Provincia por su futuro.