Presupuesto: austeridad y transparencia vs promesas de campaña

Esta semana se presentó el proyecto de presupuesto. La intención primordial es ordenar las cuentas municipales, mientras que los anuncios realizados por Arroyo el año pasado parecen haber quedado relegados. 

Cano fue el encargado de difundir los detalles del presupuesto 2016 este martes.

3 de Febrero de 2016 21:29

José Cano se ocupó de diagramar el bloque de más de 100 hojas que componen el presupuesto 2016 de la administración central y los entes del municipio de General Pueyrredon. Planificó los recursos que obtendrá la comuna, anticipó los gastos, el esquema de tasas y todos los detalles técnicos que componen el proyecto madre y la ordenanza fiscal impositiva.

Hace falta tiempo para analizarlo en detalle, pero la sola presentación realizada este martes en el despacho de la secretaría de Hacienda y el mensaje de elevación dejan traslucir cuál es la postura de esta gestión: priorizar el orden de las cuentas por sobre los grandes anuncios.

La presentación del proyecto estuvo marcada por la improvisación. Ingresó al HCD el lunes al mediodía, un día después del plazo límite que había autorizado el Concejo Deliberante (31 de enero), pero más allá de eso lo llamativo fue que el arroyismo pretendía que no trascendiera ningún detalle hasta el miércoles. Ese día, Cano iba a brindar una conferencia de prensa para comentar los alcances del cálculo de gastos y recursos.

Los años de experiencia en el municipio ya deberían haberles enseñado a los funcionarios que los proyectos una vez presentados son públicos. Por tanto, el promocionado acceso a la información que propugna Cano chocó contra esta intención. Pero también chocó la realidad: en tiempos en los que la información vuela pretender que no se conozca un proyecto durante 48 horas es pecar de (muy) inocente.

“Nos hubiera gustado esperar hasta el miércoles, pero las circunstancias nos obligaron a anticipar la conferencia”, reconoció Cano este martes y, más sincero aún, añadió: “Ya salió publicado bastante”.

Los objetivos que planteó el secretario de Hacienda en la presentación del presupuesto y lo que consta en el mensaje de elevación apunta fundamentalmente a una meta: solucionar los descalabros financieros que heredó la actual gestión (880.620.583 pesos de déficit operativo al 31 de diciembre de 2015).

“Nos estamos haciendo cargo, en la medida de nuestras posibilidades, de una deuda de un monto y antigüedad nunca vistos”, dice el ítem “Los desafíos que encierra el ejercicio 2016”. “Debemos exhibir una conducta económica, financiera y administrativa para revertir el proceso vivido en los último años”, añade.

Todo esto tiene coincidencias con lo dicho por Arroyo a lo largo de la campaña: siempre anunció una gestión austera y transparente. Sin embargo, deja de lado muchas otras promesas de campaña que realizó el actual intendente con avances concretos que celebraron todos los marplatenses: construir un hospital municipal, que las madres no tengan que hacer colas para obtener un turno en una sala sanitaria y que reciban atención digna, hacer fuerte hincapié en la educación de los chicos, una circunvalación para favorecer el cordón productivo de Mar del Plata, la llegada del Metrobus y, el más ambicioso, pobreza cero en la ciudad.

Es injusto pedirle a Arroyo que concrete todo eso en su primer año de gestión. Es imposible hacerlo. Pero hubiese sido saludable que, al menos, se hiciese mención a alguno de estas ideas para llevar a cabo. Ni en la conferencia, ni en la elevación del proyecto de ordenanza figura nada de ellos.

La única promesa mencionada fue reducir la presión fiscal a los marplatenses. El primer hecho concreto fue emitir la TSU del primer bimestre sin aumento. Las demás llegarán con una suba del 27% promedio en comparación a los mismos bimestres de 2015. Pero si se contempla el congelamiento de las dos primeras, la suba es, en promedio, del 18,25%. Aunque para algunos el plan diseñado por Cano es una incógnita. Hasta el año pasado la TSU se calculaba con la valuación fiscal de 2006. Este año pasó a utilizarse "al 50%" la de 2015. "Es imposible que el aumento sea del 27%, va a ser mucho más alto", arriesgan fuentes consultadas por este medio. 

La otra mención fue para el hospital municipal. Pero para descartarlo. Cano quiso responderle a Alejandro Ferro quien había pedido que se incluya en el presupuesto. “No está, pero trabajaremos para conseguir los fondos”, dijo el secretario de Hacienda.

“Las prioridades están enfocadas en Seguridad, Educación, Salud e Inversión Social”, dice el mensaje presentado al Concejo. Cano, además, destacó que por primera vez cada área detalló sus objetivos para el año.

Al igual que en los argumentos para pedir la emergencia, lo de la Secretaría de Educación indigna. Satisfacer las necesidades educativas, propender a la formación integral, aplicar el principio de inclusión social creando vínculo y fortaleciendo el sentido de pertenencia y solidaridad y favorece las trayectorias educativas a fin de  que sean continuas y completas. Esos son los objetivos para 2016. Una declaración de intenciones que bien puede ser de la Secretaría de Educación de General Pueyrredon, de Cartagena de Indias, de Caracas o de cualquier pueblo de Latinoamérica.

Lejos quedó la promesa de ampliar la oferta educativa para la primera infancia (2 años) o construir nuevos jardines de infantes.

En Salud, el secretario Gustavo Blanco repite en el texto que más de la mitad de los centros de atención primaria se encuentran en mal estado. Y que la propuesta se basa en la reparación y puesta en valor de las unidades sanitarias. Pero reconoce: “Condición que escapa al bajo presupuesto asignado, el cual solo permitiría meros trabajos de mantenimiento”.

Las propuestas en materia de Desarrollo Social son las únicas que tienen algún grado mayor de detalle. Menciona aspiraciones concretas, como asistir de manera directa con alimentos a niños, adultos mayores y familias vulnerables o fortalecer los hogares, casas de abrigo, del niño y centros recreativos para mejorar la situación de niños en estado de vulnerabilidad, por citar algunos.

¿Y en Seguridad? Al igual que la titularidad del área, el resumen está vacío.

Otro ejemplo es el Presupuesto Participativo. Cano habló maravillas, aunque criticó a la gestió anterior de haberlo transformado en una herramienta política para premiar lealtadas. Cambiemos hubiese podido modificar lo que considere necesario para que los barrios puedan llevar adelante las obras. Sin embargo, la decisión fue eliminarlo y cumplir con las pendientes de 2015. Eso sí: prometieron que en 2017 volverá.  

Las desprolijidades de la gestión Pulti en materia económico-financiera son una barrera infranqueable para aspirar a algo más que ordenar los números? A juzgar por el presupuesto impulsado sí. Pero hay otras versiones. “A esta gestión le falta imaginación”. La frase no pertenece al exintendente o a algún concejal pultista. Tampoco a los opositores más acérrimos a la gestión de Cambiemos. Fue Gustavo “Tato” Serebrinsky, quien llegó a ser un hombre de confianza de Arroyo.

El intendente aún no pronunció ni una palabra sobre el presupuesto. Tal vez sea él quien se reserve los anuncios de obras o programas para el 2016. Tal vez en estos días se atreva a revelar aquel plan ambiental secreto que anticipó en la campaña.