El Obispo y la violencia nazi: “Nuestro repudio debe ser total y sin atenuantes”

El titular del episcopado en Mar del Plata, Antonio Marino, sumó su manifestación de rechazo por los hechos acontecidos en el último tiempo: “Hieren profundamente la sensibilidad no sólo de cristianos y judíos sino de toda persona de bien”, exclamó.

3 de Marzo de 2016 13:45

Por Redacción 0223

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Desde el obispado de Mar del Plata difundieron este jueves una declaración emitida por su titular respecto a los ataques neonazis que se sucedieron en el último tiempo en la ciudad. En su manifestación, Antonio Marino dejó en claro su “más enérgico repudio a todo hecho de violencia y discriminación que pueda hacerse contra cualquier persona, sea por su sexo, etnia, religión o idea”.

Durante su mensaje, el obispo marplatense hizo referencia al Papa Francisco y a los muchos gestos hermosos” que ha emitido el Sumo Pontífice, “no sólo en su actual función de pastor universal, sino como cardenal arzobispo de Buenos Aires, con los que ha generado en todos una visión sobre cómo los gestos de misericordia ayudan a proclamar la fe y el amor de Dios en el mundo de hoy. Ha visitado las cárceles, se ha encontrado con los más desprotegidos, ha abrazado a los niños, como lo hacía Jesús, y ha bregado por el diálogo con todas las religiones.

En esa línea, Marino hizo hincapié además en que Bergoglio ha tenido un papel decisivo que ha jugado en el acercamiento de naciones, en el encuentro de musulmanes y representantes del Judaísmo y en la promoción incansablemente de la paz y la unidad.

A partir de esas líneas, el obispo local sostuvo que justamente en Mar del Plata ha ocurrido lo contrario y reconoce que en la ciudad se fueron multiplicando hechos de violencia y manifestaciones ante las cuales nuestro repudio debe ser claro, total y sin atenuantes, porque hieren profundamente la sensibilidad no sólo de cristianos y judíos sino de toda persona de bien”.

Para concluir su misiva de prensa, Marino citó por último una frase del evangelio: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan».