Luis Cerávolo: "Spinetta contribuyó para la unión de los músicos sin importar géneros"

El baterista Luis Ceravolo es el ideólogo de "A 18 minutos", banda de exmúsicos de Luis Alberto Spinetta que este sábado se presenta en el Auditorium para rescatar piezas del "Flaco". Entrevista con 0223 donde también revive su experiencia con Astor Piazzolla en Europa.

Foto: Malena Balouz

20 de Mayo de 2016 15:21

"Esa fue la mejor grabación que hice en mi vida”

Luis Alberto Spinetta sobre el disco "A 18 minutos del sol", en el libro “Crónica e iluminaciones” (1989)

Mar del Plata recibirá este sábado por primera vez a la banda “A 18 minutos”, que se presentará desde las 21 en la sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium. Integrada por tres ex músicos de Luis Alberto Spinetta como Guillermo Arrom (guitarra), Machi Rufino (bajo) y Luis Alberto Ceravolo (batería), más el tecladista Andrés Beewsaert (Aca Seca, Pedro Aznar, entre otros), este cuarteto de inspirados intérpretes se ha conformado para reivindicar un disco de los menos populares de la trayectoria del músico fallecido en febrero de 2012: “A 18 minutos del sol”, publicado en 1977. Además, abordarán diversas piezas de su notable carrera. Y como aperitivo, tocará la excelente formación marplatense Magnolia

Dos de estos músicos estuvieron involucrados con ese proyecto que acaba de ser reeditado en CD y vinilo. Machi Rufino (pieza clave en el trío Invisible, luego siguió integrando diversas formaciones con Spinetta) formó parte de la grabación de aquel material con su fino bajo. Y el baterista Luis Alberto Cerávolo conformó entre 1978 y 1979 la “Banda Spinetta”, que presentaba en vivo algunas de esas piezas. Este último accedió a una rica entrevista con 0223 para referirse a su actual agrupación, recordar su vínculo con Spinetta y también con otro inmenso músico, como el marplatense Astor Piazzolla, con quien grabó en enero de 1977 junto al Octeto Electrónico el recital en el Teatro Olympia de París.

-Fuiste el ideólogo de tocar este disco y conformar la banda, ¿cómo te surgió la inquietud?

-Bien no sé, pero tuvo mucho que ver el hecho de estar tocando con Guille (Arrom) en Anacrusa, que me gusta tanto como toca. Y también había estado con Machi después de muchos años, nos juntamos a cenar, no hablamos de esto pero estar juntos fue tan lindo… Es que hubo una época donde estábamos todos los días juntos. Se me ocurrió y se lo propuse a Guille en un ensayo, me miró a los ojos y tardó dos o tres segundos en contestarme. “¡Uy que buena idea!”. Y a Machi también, le propuse que cante algunos temas, y ni lo dudó. Pasaron casi tres meses para la primera reunión por diversas ocupaciones personales, y fue Machi quien propuso a Andrés (Beeuwsaert), que es un músico tremendo.

-El disco “A 18 minutos del sol” consta de 8 canciones, ¿hacia dónde va el resto del repertorio?

-Sin decir los títulos para que haya algo de sorpresa, tocamos temas de diferentes épocas, como de Invisible o más recientes. Uno de ellos es Lejísimo. 

-¿Cómo ves la proyección de esta banda junto a Arrom, Machi y Beewseart? ¿Apuntarán a componer o grabar?

-Esta banda se formó para tocar esto y tampoco tiene fecha de vencimiento. No vamos a poder tocar este repertorio toda la vida, es cierto. Hemos pensado en grabar pero no se si estamos de acuerdo. No tenemos mucho tiempo tampoco, todos somos integrantes muy ocupados. Lo que sí, esta banda lo que tiene como capital es el grupo, su creatividad, los solos, su forma de interpretar. El grupo está capacitado para componer, podría tener futuro por el lado de las composiciones propias y también incorporar temas que no se han grabado.

-En su disco póstumo, “Los Amigo”, algunas canciones remiten a A 18 minutos del sol... 

-Tenés razón. Es un disco rítmicamente que no es pop, de alguna manera es jazz rock pero con la onda Spinetta, en la forma de los temas que no son cuadrados, tienen formas raras. 

-Pese a la experiencia que acumulan como músicos, ¿es difícil tocar su música en vivo?

-A pesar de ensayarlo, antes de los conciertos tenemos que hacer repasos porque antes de tocarlos, parecen lógicos, simples. Pero son complicados, no sé cómo los compuso capaz las letras le dio para que los compases no sean siempre de cuatro, por ahí mete uno de siete y otro de tres porque lo necesitó. No son raros. Suenan lógicos, pero hay que conocerlos para interpretarlos. A veces nos equivocamos en el ensayo y decimos “que no nos pase en vivo!” Por suerte no nos pasó nunca. La adrenalina de tocar en vivo nos da otra concentración.

-¿Cómo se definirían?

-Tocamos el concepto jazzístico de Spinetta, que nos cae muy bien a nosotros. No somos un grupo de jazz pero sí con ese concepto armamos este repertorio. Tampoco respetamos la distribución de los solos en el disco. En aquella época los temas tenían una duración muy precisa por la capacidad de los vinilos, duraban 3 minutos. Esto no va con los temas de Spinetta, que duran mucho más. Nosotros algunos los tocamos exactamente como están en el disco, en otros no, lo hacemos con más libertad. Hemos cambiado un poco. El grupo puede armar grooves y lucirse como solista. Eso es original del grupo, por eso tiene posibilidades a futuro y además nos gusta tocar juntos.

"Era un placer tremendo estar con Spinetta"

-¿Cómo repercutió en vos el disco "A 18 minutos...", que no fue aceptado por la crítica y la gente (Spinetta se acercó al jazz-rock tras sus experiencias en Almendra, Pescado Rabioso e Invisible)? 

-El disco, sinceramente lo conocí porque me lo regaló Spinetta, en 1977. En enero estuve en una gira con Piazzolla, y cuando volví la verdad estaba muy deprimido, estaba sin trabajo. Venía de tocar en lugares muy increíbles. Pero de a poquito me recuperé, empecé a tocar con Santiago Giacobe en un boliche de Palermo. La cuestión es que un día aparecieron Machi y Spinetta a verme a mí. El boliche era una cueva, un sótano. Fue una gran sorpresa. 

-¿Y te sumaste rápidamente a su banda?

-Yo había estado solo una vez con Spinetta.  No éramos amigos. Ahí mismo me dijo “estás en la banda, ¿tocamos juntos?”. Y en el siguiente encuentro me regaló el disco dedicado, es una reliquia, lo tengo guardado. Empezamos los ensayos pero no conocía esa música. Es un disco que se tocó muy poco. Se presentó en el Coliseo, luego fueron a Córdoba y poco más. Después, cuando entré yo a la formación se tocó pero no todo el disco. Por ejemplo, “A 18 minutos”, sí, pero “Telgopor”, no. Con esta banda de hoy empecé a tocarlo verdaderamente entero.

-¿Cómo era Spinetta en aquella época como líder de grupo?

-Lo primero que te digo es que era un placer tremendo estar con él, nos hemos divertido de una manera increíble. También coincide con una época donde yo tenía mucho tiempo, a pesar que trabajaba profesionalmente, tocaba en la orquesta de Canal 13 a la par. Grababa a la mañana, generalmente. Era una tortura para mí (risas). Muchas veces llegué tarde, con la orquesta esperándome…”.

-¿Era exigente?

-Era exigente en cuanto a la presencia. Ensayábamos mucho. Era todo muy ameno, divertido. A mí no me gustaba ensayar tanto siempre lo mismo. Pero me divertía mucho estar con mis compañeros y Luis. Además en una época ensayábamos en la casa de mi madre en Castelar. Teníamos todos los instrumentos y equipos en un cuarto de música que teníamos en la casa de mis padres. Preparado acústicamente. Era fantástico. Nos pasábamos el día entero. Machi preparaba los autitos para el scalextric, después teníamos tiro al blanco, y por supuesto ensayábamos mucho. Y mi madre nos cocinaba. Era completo.

-Era una experiencia comunitaria, muy familiar…

-Era compartir mucho, lo que realmente Luis quería. A él le gustaba que estuviéramos juntos. Con Invisible había hecho algo parecido cuando se iban en la semana a una quinta y volvían a la ciudad sábados y domingos. Yo lo conocí cuando me llamó para tocar, y pienso que era para formar Invisible. Yo le dije que no, me borré, me dio miedo. No entendí ese proyecto. Le dije que le iba a contestar y no contesté nada, me las tomé. La propuesta fue convivir. Y no lo entendí. Cuando entré a la banda luego en tantas noches tocando y charlando, por supuesto le llegué a contar esto y nos moríamos de risa. Gracias a dios tuve una segunda oportunidad.

-Con A 18 minutos del Sol, lo que hizo en Jade, Spinetta demostró un amor por el jazz-rock y uno imagina que de haber continuado su vida hubiera seguido profundizando sobre esa música, ¿cómo es observado en el ambiente del jazz su acercamiento a este estilo?

-Creo que pasó a ser un músico muy respetado en todos los ambientes. Pero no sé si los músicos más puristas del jazz escuchan a Spinetta. Creo que no. Yo muy purista tampoco soy. Sí Spinetta fue uno de los músicos que contribuyó mucho para que todos los músicos se unieran y no hubiera separaciones por los géneros. Años antes de tocar con él tuve un grupo llamado “SOS” donde estaba Rada, otros músicos de jazz, y no podíamos tener notas de rock, cosa que queríamos. Pero existía esa división: el músico de rock, de jazz, de tango. Eso cambió totalmente y no existen hoy esas divisiones. Y Luis influyó mucho para que la música sea una. Hay estilos y lenguajes, pero no divisiones. Otra de las experiencias maravillosas mías fue haber tocado con Piazzolla y luego con músicos de tango de acá que tienen un nivel increíble. Además los tangueros de hoy escuchan todo.

-¿Mantuviste contacto con él a través de los años?

-No tuve mucho más contacto luego, pocas veces nos vimos. Siempre con mucho cariño. La última vez fue en 2004, yo vivía en Barcelona, él fue a tocar y charlamos. Cuando falleció no lo podía creer. Sabía que iba a pasar, pero cuando pasó, estaba en mi casa y me quedé congelado. Inclusive la TV se quedó congelada pro varios minutos donde no hubo nada. Parecía que se detenía el mundo. A mí me pasó eso, y pienso que a mucha gente también”.

El Octeto Electrónico de Astor Piazzolla, que integró Luis Ceravolo (segundo desde la izquierda), en la puerta del Teatro Olympia de París, en enero de 1977.

Temas