Arroyo y el arte de hablar sin decir qué ni quién

25 de Mayo de 2016 21:40

-No voy a dejar que ninguna otra institución elija a mis funcionarios

-¿A quién se refiere, intendente?

-Prefiero no opinar sobre eso

Este diálogo se vivió el último martes en el despacho principal de la Municipalidad, donde, tras casi dos meses, Carlos Fernando Arroyo, custodiado por todo su gabinete, enfrentó a los medios con la idea de responder preguntas. Sin embargo, como suele ocurrir cada vez que el intendente habla, quedó una sensación dando vueltas por el aire: ¿qué quiso decir? Y sobre todo ¿a quién le habló?

En medio del desembarco fuerte de la estructura del Pro en el gobierno municipal, con la llegada de un funcionario que es visto por muchos como un interventor y una estructura “importada” de los laboratorios porteños del macrismo, las palabras del jefe comunal parecieron un disparo (dos, en realidad) directo a la Gobernación y la Casa Rosada.

El intendente ya había intentado dar muestras de autoridad. Desmintió que Gustavo Schroeder estuviese confirmado como secretario de Hacienda en lugar de José Cano, cuando todos los medios lo habían dado por hecho. Dos días después, esa muestra de autoridad se transformó en una exhibición más de confusión: a través de Twitter, el municipio informó que el exsecretario de Hacienda de Daniel Katz se sumaba al gabinete.

Ahora, ante todos los medios y entre varias frases estridentes, el intendente lanzó este dardo, sin que nadie supiera bien hacia quién iba dirigido. Y solo alimentó las sospechas de internas en el seno del gobierno. Sin embargo, fuentes cercanas al jefe comunal desmintieron esas diferencias. “Está contento con el RIL y trabajando bien con los nuevos funcionarios y la gente del PRO”, indicaron.

¿Entonces? La referencia a las “instituciones” a las cuales le marcaría límites, comentaron las mismas fuentes, fue para el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM), que este jueves lleva adelante un paro en el área educativa por la falta de respuestas.

Vale repasar cómo fue la relación de Arroyo y el STM desde el 10 de diciembre hasta hoy. No comenzó de la mejor manera: el jefe comunal tuvo problemas los dos primeros meses para pagar los sueldos y a eso se le sumó el aguinaldo, lo que puso en pie de guerra a los trabajadores municipales. En el gobierno veían al gremio como un sector aliado al exintendente Pulti y le otorgaban una intencionalidad política a cada medida de fuerza que decretaba.

La pipa de la paz llegó en marzo: sin salir de la crisis, Arroyo le otorgó al STM un aumento salarial del 26% en tres cuotas, pero con el compromiso de reabrir las paritarias en julio. Un acuerdo que sonaba muy favorable (todavía se desconocían los alcances de los tarifazos).

Hoy la puja de Arroyo y el sindicato tiene nombre propio: Ana María Crovetto. La pelea no pareciera ir más allá; si la secretaria de Educación abandonara el cargo mañana, la relación volvería a carriles normales. La conferencia, entonces, también tuvo como meta mostrar su apoyo a la funcionaria. Sin embargo, ese apoyo no estuvo acompañado por argumentos concretos: Arroyo no pudo justificar ni uno de los reclamos del sindicato y los docentes municipales.   

Es raro que en política un intendente decida echar a un colaborador cuando las críticas están en su punto máximo. Suelen respaldarlo, pero por lo bajo permiten que las críticas sigan corriendo. Fue, por ejemplo, el caso de Héctor “Toty” Flores. Las críticas eran feroces, el intendente lo respaldó, pero sus principales colaboradores deslizaban que estaban buscando un reemplazante.

Pero este caso parece ser distinto: la gestión de Crovetto es penosa para los opositores y para muchos (la mayoría) de los oficialistas, pero Arroyo sigue confiando en ella. “La vamos a ayudar para que siga”, confían desde el círculo del intendente, no muy satisfechos con su performance, pero sin mucho margen para convencer al jefe comunal que revea su decisión.

Pasaron casi dos meses para que el intendente aceptase dar una nueva conferencia de prensa en la que se le pudieran realizar preguntas. No respondió nada concreto y dejó más dudas que certezas. Tal vez en agosto, cuando el promocionado segundo semestre ya esté en marcha, pueda tener un panorama más claro y vuelva a charlar con los periodistas.