"La música es el fermento del alma, semilla de cambios sociales, culturales y políticos"

Pedro Aznar vuelve a Mar del Plata para presentar "Contraluz" su último material discográfico el sábado 28 en el Teatro Radio City. Pero antes conversó con 0223 sobre su disco número 13 y revisó algunos aspectos de su carrera.

25 de Mayo de 2016 10:35

Si la palabra "músico" pudiera estar definida en el diccionario bajo un solo nombre, el de Pedro Aznar pelearía cabeza a cabeza con Charly García, Luis Alberto Spinetta o León Gieco (sí, y algún que otro más, pero nos alcanzan los dedos de una mano para contarlos). No por nada junto a uno de ellos integró una de las bandas más emblemáticas y trascendentes del rock argentino como fue Serú GiránLo cierto es que este imponente compositor, multiinstrumentista e intérprete se ha ganado un lugar privilegiado dentro del género pero, no se quedó ahi y expandió las fronteras de sus comienzos e incursionó en acordes y letras, también de otros grandes, que podrían volver loco a cualquiera.  

"Con verdadera pasión y entrega", el autor de Contraluz vuelve a Mar del Plata para presentar su más reciente trabajo discográfico el próximo sábado 28 de mayo a las 21:30 en el Teatro Radio City y, un ratito antes de deleitar nuevamente al público local, le contó a 0223 algunos detalles sobre la producción de lo que es su material número 13 como solista y revisó algunos aspectos de su carrera que  "es más que una profesión, es un modo de ser en el mundo y de comunicar experiencias, una manera de reflexionar en voz alta y compartir lo que vas encontrando, un exorcismo a la tristeza y a la soledad, y, como diría Cazuza (músico de rock brasileño): un tren hacia las estrellas"

-¿Cómo fue la producción de Contraluz?

-Estuve componiendo a lo largo de un año, aproximadamente, desde marzo de 2015 hasta enero de 2016. Trabajé en la composición en Mar de las Pampas, la ciudad de Buenos Aires y San Francisco, California. Grabamos con la banda durante una semana en el estudio Romaphonic y lo mezclamos en mi estudio, Marina Sound, con el ingeniero Ariel Lavigna. La masterización estuvo a cargo de Andrés Mayo. 

-¿Qué propósito buscaban?

-La banda trabajó con la premisa de buscar sus propios arreglos y timbres, en muchos casos, y los muchachos hicieron un excelente trabajo con eso. Hubo varias cosas que grabamos "en vivo en el estudio" (tocando todos juntos como en un escenario). En algunos casos copié exactamente el tempo de los bocetos que hice al componer, o dejamos como base el primer instrumento que grabé como referencia y tocamos arriba de eso, para preservar esa primera intención, que muchas veces es imposible de volver a lograr en la atmósfera "controlada" de un estudio profesional. Todo eso le dio al disco una inmediatez, intimidad y respiración muy especiales.

- ¿El resultado final logró cumplir con las expectativas?

-Sí, estoy muy satisfecho. Es un disco que tiene un apoyo muy fuerte en sus letras; fueron ellas, en muchos casos, los disparadores. Buscaba hacer una colección de canciones que fueran muy estimulantes y divertidas de tocar en vivo, y creo que eso se logró muy bien. En la grabación suenan frescas y directas, y en el escenario son un cañón.

- ¿Por qué “Como un león” terminó siendo el corte de difusión?

-Porque es uno de los temas que más me gustan de este disco. Tiene una buena combinación de elementos retro y contemporáneos. Y una letra sugerente y sonora.

La banda de Pedro está formada por Alejandro Oliva en percusión, Julián Semprini en baterias, Coqui Rodríguez en guitarras y Tomás Fares en teclados.

Contraluz tiene 13 canciónes nuevas, todas compuestas por Pedro Aznar, que recorren varios estilos desde el pop, el rock, el folklore, algún bolero y hasta una ranchera. Este trabajo cuenta con una invitada muy especial que es Omara Portuondo, en el bolero "Última pieza".  El material no sólo reafirma el talento y la creación de Aznar como compositor y cantante, sino que tiene un sonido muy potente y claro en la búsqueda de la excelencia del sonido.

-Hiciste más de cien shows el año pasado ¿Qué tenés en cuenta cada vez que volvés a escena para que cada uno de ellos sea único o distinto al anterior?

-En principio, busco que cada año el repertorio traiga cosas nuevas. No me gusta repetirme, porque me aburro yo mismo y temo aburrir a la gente, también. Y siento (y sé por los comentarios y mails que me mandan) que ellos lo agradecen y aprecian mucho. Cada año mis shows proponen cosas distintas. Pensá que veminos de hacer "A la carta", que era un menú de hits elegido por internet por el público, y este año vamos a hacer (además de un puñado de clásicos lindos de tocar) todo un disco nuevo, completo, con sus 13 canciones.

-Realmente maravilla escuchar, además de tus propias composiciones, los covers que hacés ¿Cómo se logra? ¿Por qué los elegís y cuánto es tuyo y cuánto del autor original?

-Este año (para muestra de que lo que digo sobre los cambios es realmente así) va a haber poco y nada de covers en el show con la banda (sí va a haber unos cuantos en el show unipersonal). Disfruto mucho de hacer mis canciones favoritas de otros autores, y es un buen ejercicio de saber cuánto conservar del original y cuánto cambiar. No todo se puede tratar igual. Hay versiones que considero "definitivas", y, prácticamente, inmejorables. En esos casos, no muevo ni una nota de lugar. Pero hay otras canciones a las que se les puede encontrar una nueva vuelta de tuerca, y, en esos casos, me dedico a encontrar eso con la misma pasión que si estuviera trabajando en una obra propia, y le imprimo un sello propio, si siento que a la canción "le queda bien".

- ¿Cuándo Pedro Aznar considera a una canción "exitosa" y qué te conmueve de una composición?

-"Éxito" es una palabra engañosa... Tiene muchas maneras de entenderse. Creo, sí, que una canción "logra su cometido" cuando comunica lo que se proponía. Y eso es independiente de la respuesta que obtenga del público. Por eso mismo he versionado obras de otros autores que van desde tremendos sucesos comerciales a canciones semidesconocidas que no llegaron a ser ni un Lado B. Y considero a unas y otras igualmente "exitosas" artísticamente. Ese triunfo de comunicación es lo que me conmueve de una pieza musical: cuando su autor logra meterte en esa atmósfera, y el mundo se detiene, y uno parece contener el aliento, respirar más suave para no perturbar a los ángeles o hiperventilar de excitación cuando esa magia se hace presente.

- Pasás por todos los géneros e incursionás en muchos instrumentos (además de la delicia del bajo) ¿En cuál y con cuál de ellos te sentís más cómodo o te gusta más?

-El rock y las músicas de raíz latinoamericanas son mis estilos favoritos. Pero también el tango se viene haciendo cada vez más cercano. En cuanto a los instrumentos, son como distintos idiomas: uno habla de lo que piensa y siente, pero en cada idioma encuentra herramientas y modos diferentes, y todos tienen su delicia particular.

-¿De qué manera pensás que la música puede influir socialmente?

-La música (especialmente la canción) es una herramienta de cambio importantísima. Lo que se dice en una canción llega al corazón primero, y después fertiliza la mente con nuevas ideas. Pero esa llegada emocional es fundamental, es lo que hace que no sea una experiencia puramente racional, sino algo que te involucra por completo. Hay música sin la cual el mundo estaría un siglo atrás, por decir poco. La música es el fermento del alma, y semilla de cambios sociales, culturales y políticos.

- Evidentemente te llevás muy bien con tu carrera como solista pero ¿Volverías a formar “un Serú”?

-Es que no es como ir al verdulero y pedirle "2Kg de Serú" (risas). Esas cosas se dan una vez en la vida, son únicas e irrepetibles. En cuanto a Serú Girán mismo, creo que ninguno de nosotros descarta de plano la posibilidad de volver a hacer algo. Está ahí, latente. Tal vez, algún día...

- Pareciera que tu capacidad productiva es inagotable ¿Te queda algo pendiente? ¿Algún género por incursionar? ¿Algún lugar donde tocar?

- Hago lo mío con verdadera pasión y entrega. Es lo que más disfruto en el mundo y no me imagino no haciéndolo. Esa es la clave, todo lo demás viene por añadidura. Desde luego que hay muchísimas cosas pendientes, y eso es lo lindo de esta profesión: es más que una profesión, es un modo de ser en el mundo y de comunicar tus experiencias, una manera de reflexionar en voz alta y compartir lo que vas encontrando, un exorcismo a la tristeza y a la soledad, y, como diría Cazuza: un tren hacia las estrellas.

- Una reflexión final...

-Qué lindo es prepararse una taza de té una tarde de otoño mientras suena Jimmy Smith!

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