Ante la ola de robos en el Puerto, reclaman más controles y erradicar una villa

Los robos a negocios durante la noche y los arrebatos a plena luz del día se convirtieron en el último tiempo en una constante en la zona del centro comercial del Puerto. Los asaltos a una dietética, una distribuidora y un local dedicado a la venta de lanas son algunos de los hechos que se registraron en cuestión de pocos días y que ponen en alerta no sólo a los comerciantes, sino también a los vecinos que viven en ese sector de Mar del Plata.

“En general, los delincuentes están atentos a las personas que salen de los bancos, les arrebatan las carteras o bolsos y se escapan en moto. Apenas cae el sol, la situación es más complicada y por eso optamos por cerrar lo antes posible o trabajar con las puertas cerradas con llave”, explicó Federico, empleado de un comercio de ropa deportiva, ubicada en 12 de Octubre y Rondeau. Otros admitieron que a veces “ni siquiera nos animamos a sacar la basura”. Hoy, son cada vez menos los locales que trabajan después de las 19.

Para el presidente de la sociedad de fomento del Puerto, Xavier Marcone, el lugar más crítico en materia de inseguridad es la cruz que se forma en la esquina de la calle 12 de Octubre y avenida Edison, corazón del centro comercial. “En pocos metros hay siete bancos, cuatro financieras y cinco centros de pago y está comprobado que la mitad de los robos son salideras bancarias”, explicó en diálogo con 0223.

Si bien aclaró que en esa esquina hay una cámara de seguridad –al igual que en 12 de Octubre y Bermejo, Acha y Avenida de los Trabajadores-, reparó en que en el sector que no es alcanzado por la visión del dispositivo o en aquellas intersecciones en las que directamente no hay cámaras –Alcorta, Acha y Padre Dutto-, el panorama es aún más complejo.

A su entender, un cuerpo de agentes de Tránsito apostado en 12 de Octubre y Edison entre las 10 y las 15 permitiría solucionar “la mitad del problema”. “¿Qué tiene que ver el tránsito con la inseguridad? Sencillo: por un lado, controlarían la presencia de motos y, por el otro, podrían evitar la doble fila y demás faltas que entorpecen el tránsito por ese lugar”, sostuvo. Incluso, recordó que se trata de un viejo pedido: en 2009, la asociación vecinal le donó a la municipalidad 12 motos equipadas para que hicieran esa tarea, aunque el proyecto nunca prosperó. “La verdad, no sabemos a dónde fueron a parar esas motos”, reconoció Marcone.

“Hace cuatro meses mantuvimos una reunión con el director de Tránsito de la municipalidad, Miguel Grassi Muñoz, el director de Asuntos de la Comunidad, Marcelo Carrara, y el delegado del Puerto, Luis Ignoto, a quienes le planteamos la necesidad de reflotar esa idea; y hace un mes nos informaron que los motoristas tendrán sede en Pescadores al 400, donde funcionaba la Delegación del Puerto”, señaló.

“En aquellas esquinas sin cámaras, lo ideal sería que las instalaran o se reforzaran los rondines de la policía”, completó.

Sin embargo, el vecinalista admitió que sólo la implementación de controles diarios no será suficiente para bajar el índice delictivo del Puerto. En ese contexto, mencionó la “necesidad urgente” de que se erradique la villa que se extiende por la vía del ferrocarril desde Beltrami hasta Cerrito  y en la que se calcula que viven alrededor de 2000 familias. “Trasladar a esas familias, resolverles el problema de habitabilidad y recuperar las vías férreas es un plan que demandaría entre 5 y 10 años para concretarlo y por eso a nadie le interesa siquiera mencionarlo: no tiene un resultado político inmediato”, analizó.