Impactante ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos

Entre luces, fuegos artificiales, carnaval y samba, Rio de Janeiro despidió los Juegos Olímpicos con una gran ceremonia en el estadio Maracaná. Fotogalería.

22 de Agosto de 2016 00:26

Por Redacción 0223

PARA 0223

...Y se terminaron. Luego de dos semanas a puro deporte y espíritu de unión entre todos los países del mundo, culminaron los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, los primeros de la historia realizados en Sudamerica, y que tras las críticas especialmente europeas de la previa, superó las expectativas.

Con la judoca Paula Pareto como abanderada de la delegación argentina, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, entre carnaval, mucho color y samba, cerró este domingo oficialmente la cita olímpica con una gran ceremonia, impactante desde lo visual y también emotiva.

"Fueron unos Juegos maravillosos, en la ciudad maravillosa", sostuvo Bach, luego de los 16 días de competición y 306 títulos después. Dirigiéndose directamente a los 200 millones de brasileños, destacó el "legado único" que dejan los Juegos "para las generaciones venideras. La historia hablará de un Rio de Janeiro antes y un Rio de Janeiro mucho mejor después de los Juegos Olímpicos".

Antes, el alcalde de Rio, Eduardo Paes, entregó a su homóloga de Tokio, Yuriko Koike, la bandera olímpica como gesto simbólico del inicio de la cuenta atrás para los Juegos de 2020.

Tras proyectarse un video de la próxima sede olímpica, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, salió de un tubo como los que aparecen en el conocido videojuego "Super Mario Bros" en medio del Maracaná. 

La leyenda "nos vemos en Tokio 2020" proyectada con luces citó al mundo para dentro de cuatro años en la capital japonesa.

El objetivo de la ceremonia era meter en el estadio a las calles de Rio y sus sonidos, la esencia de esta ciudad multicolor. 

De ello se ocuparon, entre otros, el tradicional Cordao da Bola Preta, la mayor fiesta callejera del carnaval carioca, o la diva de la samba Roberta Sá, quienes envueltos por los tambores de las baterías y el brillo de las pasistas mostraron cómo Rio se convierte en la ciudad más alegre del mundo una vez al año.